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En 2017 Adolfo R. Saá pidió “limpieza de traidores”; ahora dice que su hermano es “antidemocrático”

El senador Nacional expuso este martes la preocupación que tiene porque los empleados públicos y beneficiarios de planes sociales son echados por el gobernador Alberto Rodríguez Saá. Pero hace 2 años cuando perdieron con Claudio Poggi en las PASO encabezó una “limpieza de traidores” y una persecución desde el Estado a aquellos que no los acompañaban.

Adolfo y Alberto Rodríguez Saá juntos en las elecciones de 2017.
Actualizada: 08/05/2019 02:25
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Hoy el ex presidente de la Nación se queja porque los trabajadores estatales sufren las presiones de los funcionarios que les “toman lista en los actos públicos” y los “controlan en las redes sociales”.

El contexto muestra al candidato del Frente Juntos por la Gente firme y dueño de un discurso que se contradice y que lo deja en evidencia con el que tuvo en un pasado todavía muy fresco. En agosto de 2017, cuando con su hermano fueron derrotados por Claudio Poggi (por 20 puntos) en las elecciones primarias legislativas salió a poner los puntos y prometió que su hermano se iba a encargar de hacer una “limpieza de traidores”.

Sus declaraciones trascendieron a partir de un audio que le envió a Sonia Abarca.

“Sonia, ya verás que el Alberto empieza a tomar medidas, en cualquier momento tendrás novedades. Yo voy a pensar cómo hacemos la estrategia para limpiar a los traidores y volver a ser la fuerza invencible que siempre fuimos”. Así le anticipó el senador Nacional a la dirigente, hoy peronista.

Los hermanos hicieron sentir los reproches por la derrota y apuntaron a los que “jugaron en contra”. Inclusive al gabinete de Alberto se sumaron María Angélica Torrontegui y Graciela Corvalán, consideradas “adolfistas” puras e históricas dentro del peronismo. También regresó Sergio Freixes.

La derrota los hizo mirar para adentro y pusieron mano dura; entonces empezaron las amenazas. El mensaje siempre fue claro “si Adolfo no gana no hay más becas”, o no “hay más planes”. A causa de esa y muchas otras presiones, el PJ logró revertir en las urnas y logró imponerse. Hubo en el medio un reparto indiscriminado de recursos del Estado, usados netamente para la campaña electoral.

“Nos hemos reunido con un grupo importante de abogados de la provincia y hemos resuelto formar una agrupación en defensa de la Constitución, en defensa de la libertad de expresión y del pluralismo de ideas”, fueron las primeras palabras que dijo Adolfo Rodríguez Saá cuando habló este martes con los periodistas.

Aseguró que lo motivó “el miedo que mete el Gobierno” de su hermano, a quien acusó “de perseguir o echar, tomar lista en los actos, de obligar a los agentes públicos, a los planes sociales, a asistir a actos políticos y a censurarlos y controlarlos en las redes sociales”.

Apuntó además que ejercen el control sobre “si miran, si ponen un me gusta o si se expresan de alguna manera a favor de cualquier candidato que no sea el del oficialismo”.

Ahora, esta práctica de Alberto Rodríguez Saá, le parece “antidemocrática”, por lo cual se mostró decidido en salir a proteger a los trabajadores: “Vamos a abrir un registro para que los becarios, planes sociales que han sido echados, para los empleados públicos que han sido trasladados, perseguidos o molestados por sus ideas, se puedan inscribir para defenderlos y oportunamente reincorporarlos”.

El senador olvidó lo que pasó en el 2017 y le respondió a la prensa que estas situaciones “no pasaron nunca”. Y planteó que la “persecución ideológica es peligrosa”, y fue un poco más allá: “Así empezó la dictadura militar. Una cosa es que te persigan por lo que piensas y otra es diferente que te den un beneficio que no te corresponde”.

También acusó que los trabajadores de los planes sociales son “obligados y encerrados” en el Parque de las Naciones: “Cierran las puertas, los ponen al rayo del sol, esperan horas. Es un maltrato. No hay necesidad. Los trabajadores deben cumplir solo con las obligaciones laborales”.

Hace dos años los hermanos Rodríguez Saá fueron denunciados por los dirigentes de la oposición y cientos de ciudadanos. Aquella vez Adolfo se mantuvo en silencio.

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