Contrajo un virus en el Policlínico, estuvo al borde de la muerte y ahora debe más de 1 millón de pesos
Se trata de Franco Gómez, un hombre que sufrió una obstrucción intestinal y fue tratado en el Hospital San Luis. Allí contrajo la bacteria y fue derivado a Buenos Aires. El ministerio de Salud de la Provincia no lo ayuda porque tiene obra social.
El caso de Gómez fue un hecho de extrema gravedad. Todo comenzó hace aproximadamente un año atrás cuando tuvo un cuadro de gastroenteritis con fuertes dolores intestinales, diarrea y vómitos.
Sin embargo lejos de recuperarse la inflamación que estaba sufriendo provocó que sus intestinos se retorcieran. Debieron intervenirlo quirúrgicamente para solucionar ese problema.
El estado de salud del paciente fue tan complejo que su intestino se micro perforó en seis partes. Los médicos lo suturaron pero luego las heridas volvieron a abrirse, con lo cual nuevamente ingresó a quirófano.
“Me dijeron que era muy difícil que volviera a vivir después de esto porque era una peritonitis (cuando se derrama materia fecal dentro de la cavidad abdominal). Esto le produjo un shock séptico y ahí quedó prácticamente sin vida, solo había que esperar, no podían salvarlo”, recordó su esposa Silvina Guiñez en diálogo con el periodista Daniel Rodríguez.
A estas instancias los especialistas decidieron ingresarlo a terapia intensiva. Con el correr de los días le dieron la noticia de que tenía fiebre y no sabían las causas. Luego de un estudio constataron que se trataba de un virus intrahospitalario.
Las bacterias “colonizaron la piel” y avanzaron a medida de que literalmente le comían este tejido y los músculos. Arrasaron hasta la altura de la rodilla (sólo en una pierna).
“Los médicos me dijeron que no había nada más que hacer, que la única solución era trasladarlo a Buenos Aires porque con una colonia de bacterias tan grande era muy difícil que lo aceptaran; había que hacer todo un tratamiento que lograra que las bacterias pararan de comer los músculos y luego reconstruirlo totalmente”, señaló.
Desde entonces está internado en Buenos Aires, en el Hospital Británico. Gómez tenía, hasta mediados del 2018, la mutual Medisalud pero según su esposa hubo algunas dilaciones para trasladarlo porque no tenían convenio. Finalmente consiguieron que se concretara la derivación por fuera de la obra social.
“No estaba en condiciones de soportar más días acá, diariamente lo llevaban a quirófano para hacerle lavajes”, sostuvo.
Ante las dificultades con la mutual, la mujer optó por recurrir a Dospu (su obra social personal), con la que hubo convenio. Para llevarlo tuvieron que efectuar un viaje en un avión sanitario.
Desde entonces su recuperación fue favorable. Lo “cerraron completamente” y aunque aún tiene separado el intestino, le sacaron la aislación y se recuperó del terrible problema de la bacteria.
“Gracias a Dios está bien, ha vuelto a caminar, aumentó de peso, clínicamente está bien”, detalló Guiñez.
Una deuda interminable
Más allá de los resultados favorables de su tratamiento ahora la familia afronta una grave situación financiera: deben cerca de 1 millón y medio de pesos.
“Tengo que pagar el avión sanitario y los gastos en Buenos Aires. Yo tuve que volverme al trabajo, tengo dos hijos”, comentó la mujer en torno al momento que atraviesan actualmente.
Si bien todos sus allegados colaboran en lo que pueden, el contexto es insostenible. La obra social cubre el 80% del tratamiento y el 20% restante (cerca de $120 mil por mes) debe abonarlo la familia.
“Hemos pedido ayuda al Gobierno provincial pero nos dicen que no pueden asistirnos porque tenemos obra social”, aseguró.
En ese sentido, está disponible una cuenta en el Banco Galicia para quienes deseen contribuir con efectivo.
“Si bien de alguna forma lo tengo que pagar, la idea es que alguien nos pueda dar una mano. Mis suegros están jubilados, mis hijos necesitan alimentarse, mi esposo sigue internado y no sabemos cuánto tiempo más debe estar”, añadió.
Más allá de la problemática, en la que el Estado no ha dado respuestas hasta la publicación de esta nota, Guiñez remarcó la importancia del avance de la salud de su esposo.
“Gracias a Dios está bien”, concluyó.