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Seis víctimas de trata rescatadas en 20 días en San Luis; el saldo de los operativos nacionales

El último procedimiento lo realizó Gendarmería Nacional este lunes. Detuvo a un hombre que cumplía prisión domiciliaria por problemas de salud y que se encargada de explotar sexualmente a tres mujeres. Antes, la Policía Federal actuó en un caso similar en Villa Mercedes.

Se comprobó que el acusado tenía gente en la calle que lo ayudaba para que no descubrieran su negocio.
Actualizada: 10/05/2019 04:15
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Gendarmería Nacional logró rescatar en la capital puntana a tres víctimas de trata, una de ellas oriundas de la provincia. Se comprobó que el acusado tenía gente en la calle que lo ayudaba para que no descubrieran su negocio.

Si bien hasta la tarde de este jueves no se conocía la imputación formal que haría el fiscal Cristian Rachid, lo que se investiga son “dos casos de trata de personas con fines de explotación consumada, y uno de explotación sexual”; todos agravados.

Se trata de tres mujeres mayores de edad, una de las cuales hizo la denuncia a finales del año pasado, cuando al parecer logró escapar de la situación, según confirmó Rachid a elchorrillero.com.

Inclusive contó que antes (a mediados de 2018) Gendarmería Nacional había iniciado una investigación en Mendoza; eso explica por qué la fuerza nacional de esa provincia estuvo al frente de los múltiples allanamientos concretados este lunes en la capital puntana. “Se le dio la conducción y la dirección de la investigación porque contenía la mayor información”, dijo el fiscal.

Indicó que en los seis allanamientos realizados en San Luis hubo otras personas “relevadas” pero hasta “el día de hoy no se les ha adjudicado la calidad de víctimas” del detenido. Todas las mujeres tuvieron la asistencia del personal de rescate pertinente en estos casos.

Solo una es oriunda de San Luis, de las otras dos el fiscal no quiso confirmar procedencia: “No se puede decir de qué lado son porque se trata de preservar la identidad y la integridad de las víctimas”.

El detenido estaba cumpliendo condena en prisión domiciliaria, por una causa donde se incautaron casi 150 kilos de marihuana trasladada desde Paraguay (entre ellos estaba Lucas Vogel, imputado por la muerte de un policía y por otros delitos). “Él junto a otros cuatro fueron condenados; estaba en su domicilio porque el Tribunal Oral Federal de San Luis le dio prisión domiciliaria por enfermedad”, indicó el fiscal.

Los procedimientos fueron concretados por personal de la Unidad de Investigaciones y Procedimientos Judiciales “Mendoza”, Escuadrón Núcleo, Escuadrón 28 “Tunuyan” y del Centro de Reunión de Información “Mendoza”. Fueron orientados por el Juzgado Federal de Primera Instancia de San Luis, a cargo de Esteban Maqueda.

Al acusado lo detuvieron en una vivienda situada en Concarán 965. En las inmediaciones se allanaron otras casas donde supuestamente vivían las víctimas, los cuales no serían lugares donde se concretaban las citas.

“Estoy solicitando ante el juez que actuó, que es el Juzgado Federal de Primera Instancia, que ponga en conocimiento al juzgado que le dio la domiciliaria, a los fines de que se revise y en su caso sea revocada. Eso va a depender de qué decida ese magistrado que la concedió y de la situación de salud de esta persona”, detalló también.

El hombre está acusado de ser el intermediario; o sea el responsable de captar a las mujeres en otras provincias y después ofrecerlas a los clientes. “No proveía el lugar para que se consumara la explotación sexual”, y según se supo se concretaba en “hoteles o albergues transitorios a los que concurre cualquier persona”.  Alojaba a la víctimas en una casa diferente a la de él.

Se confirmó que tenía colaboración externa que lo alertaba de potenciales controles que pudieran hacerse en cercanías a su domicilio. También un sistema de cámara domo por el cual monitoreaba desde dentro y por celular las actividades que podrían poner en riesgo su accionar

“La captación o la trata estarían dadas porque tenía un sistema de captación a través de internet, dirigido a las provincias en general y a su vez a través de whatsapp”, expuso Rachid.

El detenido, “sin identificarse como tal” ofrecía a las mujeres: “Esa es la diferencia que tiene este caso con el de Villa Mercedes (donde también se detuvo una persona hace 20 días), los clientes no sabían o no tenían elementos como para saber que estaban comunicándose con el explotador, sino que pensaban que eran las propias mujeres que ofrecían sus servicios sexuales.

Trata en Villa Mercedes

El 19 de abril, la Policía Federal detuvo a un taxista que bajo el mismo "modus operandi" cometía igual delito. Fue capturado en la terminal villamercedina cuando estaba entregando dos mujeres a un cliente; con el agravante que una era menor.

Al hombre (que la Federal investigaba desde hace tiempo como integrante de una red de prostitución) se le imputó “un caso de trata y tres de explotación sexual: dos de estos últimos en perjuicio de menores de edad”.

El fiscal aclaró que todavía la causa está en etapa de investigación. El acusado ya fue indagado y todavía no hay resolución del juez.

Las víctimas rescatadas no prestar declaración todavía.

De las pesquisas que realizaron los efectivos se desprendió que el detenido era el administrador de un grupo de WhatsApp donde ofrecía los servicios sexuales, el cual se llamaba “Óvulo”.

En él estaban los contactos denominados “clientes” que elegían a partir de las fotos. Para formar parte de ese grupo, los hombres tenían que pagar “una comisión” extra del importe que salía el servicio sexual.

También pudieron confirmar que antes de que las víctimas “comenzar a trabajar”, el hombre marcaba una serie de reglas que denominaba como “los 10 mandamientos”.

Debían tener un celular con sistema Android para poder ser controladas por GPS; mantener relaciones sexuales con él cuando quisiera, a cambio de zapatos, ropa y celulares; que le pasan información sobre con quién y dónde se efectuarían los “pases”.

Era el encargado además de buscaba en su vehículo particular, trasladarlas hasta el lugar donde se concretaban las citas y esperarlas afuera para luego regresarlas.

En el caso de que los clientes no tuvieran el dinero suficiente para pagar un motel, estaba permitido que el “trabajo” se concretara en la casa del detenido en su auto.

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