“Me cansé de gritarle que no cerrara el portón y lo trabó adelante mío; fue una emboscada”
El día después de los incidentes que terminaron con el plantel de Peñarol de San Juan herido y conmocionado, Carlos Leotta, uno de los dirigentes del club puso en evidencia el mal accionar de la Policía.
El operativo de seguridad falló y 24 horas después no se sabe por qué pasó. Nadie se hizo cargo.
“Nos dejaron encerrados, está claro en los videos, fue de una forma alevosa. Sacaron al árbitro y cerraron el portón para que Peñarol quedara adentro, fue una emboscada”, así analizó el momento más difícil que le tocó vivir al equipo sanjuanino en su estadía en tierras puntanas.
“Los hechos hablan por sí solos; una connivencia del club y la Policía”, acusó este domingo el secretario de Peñarol, Carlos Leotta en una entrevista con elchorrillero.com.
Consideró que “no se comprende desde ningún punto de vista lo que pasó”; y que tampoco hay posibilidades de que los “hinchas de Victoria tengan bronca deportiva porque Peñarol fue superior allá (en el partido de ida en San Juan) y acá”.
“En esto debe intervenir el Gobierno, es lo menos que se puede esperar si quiere salvar las ropas”, sintetizó.
Tras el partido de ida donde perdió por 4 goles, el equipo de San Luis se quejó por el arbitraje y acusó que las decisiones del juez dentro de la cancha lo perjudicaron. “Es una mentira inmunda. Es un panfleto con el cual enfervorizaron a la gente, la han engañado y le generaron la bronca deportiva que no tiene sentido porque no le da el sencillo para aspirar a lo que aspiraban”, detalló Leotta en ese sentido.
Las horas que el equipo de San Juan pasó en San Luis marcarán seguramente en un precedente en el fútbol amateur de AFA.
Las acusaciones contra Victoria y lo que más tarde mostraron las imágenes, fue en resumen todo lo malo que no debe hacer una institución que quiere trascender en el deporte y alcanzar las glorias que hagan sentir orgullosos a sus simpatizantes. Lo que sucedió fue un escándalo que difícilmente se olvide.
La Policía es el único organismo que puede garantizar el desarrollo de un espectáculo futbolístico, y debe velar por la seguridad de todos. Justamente porque esa es una condición fundamental, que el Gobierno de San Luis a la luz de todos minimizó, es que AFA hizo responsable de los incidentes no solo al Club organizador sino al ministerio de Seguridad de Alberto Rodríguez Saá.
Así lo manifestó a través de un comunicado, donde además anunció que le quitó a San Luis el amistoso que a mediados de este mes iban a disputar el Seleccionado femenino y su par de Uruguay.
“La Policía no dio protección para nada, el colectivo lo tuvimos que dejar en un estación de servicio porque si lo rompían no teníamos como volver”, revivió el dirigente que lo vivió en primera persona.
Otro detalle que entristece: las autoridades no fueron anfitrionas: “Nunca nos atendieron el teléfono, ningún dirigente, nadie. Acá (San Juan) los tratamos como caballeros, como señores. Peñarol es un club de caballeros de gente de trabajo, no tenemos barras bravas, solo hinchas y socios”.
“De los dirigentes hubo cero atención, era todo mímica porque ellos nos emboscados junto a autoridades policiales”, dejó bien en claro.
Leotta detalló que los jugadores terminaron heridos no solo por los golpes que recibieron de los hinchas sino porque tuvieron que trepar el alambrado con púas. “Terminamos todos desparramados en la calle, más de una hora y pico, y a la deriva”, denunció.
A la lista de falencias se le puede agregar otra: la ambulancia no estaba cuando iba a empezar el partido. El dato no es menor, porque eso también es responsabilidad de la institución que organiza. Finalmente llegó y por eso el partido se jugó.
“La ambulancia que estaba en el predio se retiró y no auxilió a nuestros jugadores. Había uno que necesitaba atención y tardó 40 minutos en llegar. Todo eso a la interperie. Tuvimos que conseguir un micro para llegar hasta el colectivo”, destacó el dirigente.
Hoy se conocieron declaraciones del presidente de Victoria, que no es cualquier dirigente y tampoco está al frente de una institución cualquiera. Es la favorita del gobernador, la que tiene como modelo. Le dio todo el impulso para que el equipo disputara los torneos de ascenso y fuera un digno representante.
Hoy la institución está en boca de todos, porque a la violencia no le cabe otra reacción más que el repudio y el castigo.