“Estoy pendiente de él pidiéndole a Dios que salga; de lo otro se encargará la Justicia”

En declaraciones a elchorrillero.com, Gastón Miranda (30) contó que su único hermano está grave y que deben aguardar que pasen las 48 horas: “Todo esto es muy difícil, no sé cómo explicártelo. Su estado general es muy delicado”.

“Ayer a las 4 de la tarde lo pudimos ver un ratito. Está en terapia y tenemos que tener un cuidado especial. Su cuerpo reaccionaba al estímulo cuando le hablaba yo o mi mamá. Reaccionaba al dolor porque está quebrado entero; en lo que es la cara la mandíbula, la pelvis, está destrozado. Después lo pasaron a coma farmacológico y ya no siente nada”. Así de duro fue el relato de Gastón Miranda este mediodía, en medio de un dolor que posiblemente nadie comprenda, sin tratar de responder por qué la vida les cambió de un segundo a otro.

“Estamos esperando que estas eternas horas se pasen”, añadió.

Como otras tantas veces, en la mañana del jueves Daniel Miranda (27) se levantó para ir a buscar a su novia que trabaja como enfermera en el Sanatorio Rivadavia. No desayunó y se subió a la moto. 10 minutos antes de que ella saliera se comunicó para decirle que estaba yendo.

“La novia le dijo que todavía le faltaban unos pacientes, pero él decidió salir de todos modos así iba tranqui”, contó su hermano. Y así lo quiso el destino.

Esa noche Daniel se había quedado a dormir en la casa de su novia que vive frente a la cancha de Estudiantes (Aristóbulo del Valle y Estado de Israel), por eso estaba bastante cerca de la clínica privada. Pero no pudo llegar a su destino. Faltaban dos cuadras y media cuando un auto lo golpeó violentamente. Tan fuerte fue el impacto que la moto quedó partida en dos y él terminó atrapado entre el auto que lo embistió y otro que estaba estacionado sobre Maipú.

“Ella pensó que había pinchado o que se había quedado sin nafta, por eso salió caminando haciendo el recorrido para encontrarse con mi hermano; pero se encontró con el accidente”, relató Gastón.

“Necesitamos que recen mucho por él, solo quiero que salga adelante y después que se haga Justicia. Hay muchísima gente que nos está ayudando, él es una gran persona, muy querido por todos, y no lo digo porque sea mi hermano”, puntualizó Gastón envuelto en el dolor.

Dani, como lo conocen todos, está desocupado y una de sus actividades favoritas es el BMX. “Ese es su pasatiempo”, contó el hermano.

Sus amigos y sus allegados no se despegan de la sala de terapia intensiva y solo piden que “no paren de rezar”.

“La verdad es que no me he movido del hospital, y todo lo está manejando el abogado. Yo estoy pendiente acá pidiéndole a Dios que salga; y bueno de lo otro se encargará la Justicia”, respondió cuando se le consultó sobre novedades en relación a la investigación que lleva adelante la Policía a partir del accidente.

Lo que sí sabe la familia, es que el auto Chery que chocó a Dani lo manejaba una persona alcoholizada, que se fugó del lugar y que para desligarse de las responsabilidades denunció que le habían sustraído su rorado.

La Policía confirmó que el test de alcoholemia les dio positivo a los tres, pero así como las identidades quedaron reservadas, tampoco se difundió el nivel que les detectaron con la prueba.

Este viernes recién se conoció que el conductor es Hernán Emiliano Muñoz, y que viajaba en compañía de otros dos jóvenes (Giugni y Maturano) que también iban con alcohol en su sangre.

Las pericias y los testimonios incriminan también al conductor de que pasó el semáforo en rojo y que lo hacía a una velocidad “antirreglamentaria”.

Y cuando terminaba el viernes, la Justicia ordenó la detención de Muñoz.