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Liverpool agranda su mística: le ganó a Tottenham en la final y se adueñó de la Champions League

Con goles de Salah y Origi, los Reds conquistaron la sexta "Orejona" de su historia. El equipo de Mauricio Pochettino se quedó con las manos vacías.

Con la cabeza puesta en el ataque, Tottenham descuidó su última línea y así fue que los Reds cerraron la faena con un tanto de Origi. Ya no quedaba nada más por hacer: el poderoso Liverpool volvió a ganar la Champions.
Actualizada: 01/06/2019 18:59
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Un año después de haber perdido la final con Real Madrid, Liverpool tuvo revancha y se consagró campeón de la Champions League. El equipo de Jürgen Klopp derrotó 2 a 0 a Tottenham, dirigido por Mauricio Pochettino, y conquistó el certamen más importante de Europa. Mohamed Salah y Divock Origi marcaron los goles en los extremos del partido. Es la sexta "Orejona" que ganan los Reds en su historia, luego de las ediciones 1976-77, 1977-78, 1980-81, 1983-84 y 2004-05.

Liverpool golpeó muy rápido: cuando iban apenas 23 segundos, el árbitro marcó penal por una mano de Sissoko, que Salah cambió por gol. Ese tanto, a la larga, terminaría cambiando la estructura del partido, al que, por momentos, le faltó intensidad.

Luego del gol tempranero, Tottenham quiso ponerse de pie, pero no le fue nada fácil. El conjunto de Pochettino comenzó a controlar la pelota, aunque no podía avanzar. Con su rival bien parado y listo para salir rápido de contra, los Spurs iban metro a metro, preocupados por no fallar. No querían, de ninguna manera, quedar mal parados en la última línea. La circulación se hizo lenta y sin sorpresas. Y sin sorpresas, los ataques siempre se dificultan.

El partido se hizo opaco. Liverpool estaba cómodo con la ventaja e invitaba a Tottenham a avanzar. Cada vez que los de Pochettino daban un paso adelante, los de Klopp se preparaban para el contragolpe. Como todavía faltaba mucho por jugar, no querían dejarle a su rival la posibilidad de extender aún más la diferencia.

En el segundo tiempo los Spurs aceleraron un poco más. Necesitaban un gol que les permitiera volver a jugar con paciencia. Liverpool, mientras tanto, retrocedía cada vez más. Harry Kane no recibía cómodo la pelota y quedaba siempre marcado por el eficiente engranaje que propuso Klopp.

A los 20 minutos de la segunda parte, Pochettino mandó a la cancha a Lucas Moura, para tratar de romper la estructura de su rival, que cada vez se hacía más firme. El brasileño se convirtió en esta edición de la Champions League en una pieza clave, sobre todo en los momentos más calientes de los partidos.

Poco después, no obstante, el que llegó con mucha claridad fue James Milner, con un disparo que se fue muy cerca del arco de Hugo Lloris. Pudo haber sido el 2 a 0 y la sentencia. Cuando faltaba diez minutos, Moura tuvo su primera situación clara, que le pudo haber dado el empate a Tottenham, que controló los últimos minutos.

Con el ingreso de Fernando Llorente, sobre el final, el equipo de Pochettino fue por un empate agónico. Rodeó a Liverpool, lo encerró en su propio territorio y buscó por arriba un cabezazo que le permitiera llevar el partido a la prórroga. Pero en los intentos de los Spurs, Alisson fue fundamental para atajar todo lo que le tiraron.

Con la cabeza puesta en el ataque, Tottenham descuidó su última línea y así fue que los Reds cerraron la faena con un tanto de Origi. Ya no quedaba nada más por hacer: el poderoso Liverpool volvió a ganar la Champions.

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