Realizarán una marcha solidaria por Nelson Madaf; juntarán alimentos y ropa
La concentración será este viernes en el Correo Argentino. Piden la colaboración para “mejorarle la calidad de vida”.
El hombre fue protagonista de uno de los hechos policiales más oscuros de la historia provincial; lo culparon por un crimen que no ocurrió. Fue torturado, encarcelado e infectado de VIH.
“Una injusticia contra un individuo es una amenaza para toda la sociedad”; es el lema de la convocatoria que fue impulsada por un grupo de puntanos, a los que todavía les duele el calvario que debió a atravesar Nelson Madaf hace 30 años.
Tenía solo 20 cuando en octubre de 1989 desapareció una chica que él recién conocía, Claudia Díaz. Fue el la última persona que tuvo contacto con ella y por eso se convirtió en el principal sospechoso de un homicidio que nunca sucedió.
Durante nueve años padeció múltiples torturas, estuvo preso, y hasta lo infectaron de VIH. La joven luego apareció, pero para el la vida no volvió a ser la misma. Quedó imposibilitado para trabajar y aún sufre las consecuencias de la impunidad: lo golpearon, lo sumergieron en un río, le quemaron las rodillas con cigarrillo, le quebraron las clavículas, lo arrastraron de los pelos, y le arrancaron los dientes con una botella.
Es por eso, que este viernes a las 10 se realizará una manifestación para pedir “Justicia” y a su vez recibir donaciones que permitan “mejorarle la calidad de vida”. La concentración será en el Correo Argentino, en la esquina de San Martín y avenida Illia.
La convocatoria, que se difundió por las redes sociales, también apeló a la solidaridad de aquellos que puedan colaborar con leche, suministros, ropa de invierno y ensure (un suplemento nutricional).
Nelson debe consumir durante toda su vida medicamentos para el VIH. Estos le provocan daños digestivos y para contrarrestarlos debe tener una alimentación saludable.
Hace unas semanas, El Chorrillero visitó al hombre que se encontraba en su humilde vivienda en la zona oeste de la ciudad. Vive con su madre y su hermano menor.
Su situación habitacional es precaria, y el único ingreso que percibe es una pensión por discapacidad. Tras los ultrajes que padeció fue abandonado por los diferentes gobiernos de los hermanos Adolfo y Alberto Rodríguez Saá.
Hace dos años, su salud atravesó por uno de los momentos mas preocupantes. Estuvo internado por una severa anemia y neumonía. También fue inducido a un coma farmacológico.
Hoy está mejor anímicamente, aunque perdió la visión de un ojo y sufre dolores permanentes en sus huesos. Sin embargo, su familia transmitió que juntará fuerzas para participar de la marcha.
“Queremos que no se olviden de nosotros”, pidió semanas atrás.