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Siete meses después, vecinos de dos parajes aún esperan respuestas para sobrevivir

Pertenecen a las comunidades de Santa Rita y El Valle y no tienen agua potable. A fines del 2018 el Gobierno provincial se comprometió a realizar un ramal del acueducto Nogolí, pero no se construyó. Hoy consumen el suministro proveniente de la lluvia. La mayoría de los pobladores son adultos mayores.

Los pobladores deben proveerse de lo recolectado de las lluvias, aunque "sea carente de minerales".
Actualizada: 17/06/2019 22:39
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La problemática de quienes viven en los parajes ubicados en el noroeste provincial, a la altura del kilómetro 906 de la Ruta Nacional Nº 147, comenzó en septiembre del año pasado cuando poco a poco se iban quedando sin agua.

Las comunidades de Santa Rita y El Valle están unidas a la ruta por un camino de tierra de seis kilómetros y pertenecen al departamento Belgrano.

En ese entonces, las represas se habían quedado sin agua y el pozo público estaba en reparación. Las familias del lugar debían ver morir a sus animales o afrontar altos costos para ir a buscar agua de zonas más alejadas.

En noviembre, El Chorrillero dio a conocer la situación y fue entonces que desde la gestión de Alberto Rodríguez Saá se comprometieron a darles una solución. Les aseguraron que iba a contruir un ramal que estaría conectado al acueducto Nogolí. Este último se encuentra a seis kilómetros de ambos parajes.

"Ojalá este proyecto se concrete y no sean simplemente palabras y promesas porque es un año electoral", plantearon en ese momento las familias.

Siete meses más tarde la preocupación permanece y la obra no se ejecutó. En este tiempo transcurrido, las autoridades provinciales sólo repararon el pozo público, pero este sólo es para uso ganadero.

"En algunas casas la consumen, pero es agua salobre", contó una de las pobladoras, que prefirió preservar su identidad.

En la zona hay unos 42 habitantes. Gran parte del total son personas mayores que han pasado toda su vida en su paraje y quieren que sea hasta sus últimos días. Sin embargo, la falta del suministro dificulta sus posibilidades de sobrevivir.

En la actualidad deben proveerse de lo recolectado de las lluvias, aunque "sea carente de minerales".

En la misma línea, transmitió que hay "temor" en los pobladores porque podrían perder los beneficios sociales si dan sus nombres al hacer público que necesitan agua potable.

"¿Será que algún día nuestros abuelos verán el sueño hecho realidad o seguirán esperando las promesas incumplidas?", reflexionaron en un posteo de Facebook.

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