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Dos años desaparecidos: ¿dónde están los abuelos Matías Dávila y Sergio Ojeda?

Forman parte de la nómina de personas perdidas en la provincia, que nadie puede encontrar. Sus familiares acusan que la Justicia no reacciona y piden que no abandonen las causas.

Matías Dávila y Sergio Ojeda.
Actualizada: 23/06/2019 23:30
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En mayo de 2017, Dávila y Ojeda fueron vistos por última vez. Los casos conmovieron a la comunidad puntana, sin embargo con el paso del tiempo fueron quedando en el olvido.

A dos años de las solicitudes de los paraderos, elchorrillero.com consultó sobre las causas al juez Penal Nº 1 de Marcos Flores Leyes, que no accedió a dar detalles. El fiscal del caso, tampoco atendió la requisitoria.

Desde la comisaría 2º, dependencia que tuvo a cargo ambos paraderos, también se excusaron de dar precisiones.

Matías Dávila en el momento de su desaparición tenía 76 años; fue visto por última vez en su casa de la calle La Pampa 132. Su prima, Rosa Elena Suárez fue quien formuló la solicitud de paradero en la Comisaría 2º.

La instrucción empezó cuando el juzgado estaba a cargo del ahora camarista Sebastián Cadelago Filippi. El magistrado ordenó inspecciones oculares en la casa de Dávila, se allanó la casa de un jardinero y de dos hermanas que se ocupan del servicio de limpieza en el hogar del anciano

A ellas se les secuestraron sus teléfonos celulares.

Las primeras averiguaciones de la Policía indicaron que cuando el anciano salió de su casa dejó “todo cerrado”. Posteriormente se supo que un mes antes, había retirado $13.500 de una caja de seguridad del Banco Santander, mientras que también hizo lo propio en el Banco Supervielle de donde habría retirado más de $ 8 mil.

Dávila mide 1,65, es de tez morena y calvo. Una de sus señas características es una cicatriz en el costado izquierdo del pecho.

“Estoy indignada, en un estado depresivo fulminante”

Por otra parte, elchorrillero.com mantuvo una comunicación telefónica con una de las hijas de Ojeda. Según manifestó, la mujer asiste al juzgado “una vez cada 15 días” para conocer el estado de la causa.

“Antes iba una vez a la semana, ahora lo hago casa 15 días. Me abren las puertas pero no me dan ninguna solución (…) nunca se hizo un rastrillaje a fondo, quienes más me ayudaron fueron los vecinos de la zona de Ruta 3”, expresó.

Según detalló, unos chicos lo vieron el día de su desaparición y lo describieron “perfectamente”, dando referencias de “una bolsa de carne molida”, que según la mujer era alimento para perros.

“Anteriormente cuando estaba (Sebastián) Cadelago Filippo era imposible (conseguir soluciones), nunca movió el expediente para nada; (Marcos) Flores Leyes me recibe, me ha dicho que ha pasado una solicitud de informe y una de rastrillaje, tanto a la Comisaría 2º como a la Jefatura, pero no hay novedades”, explicó.

Lo que la hija de Ojeda manifestó es que necesitan que se haga un rastrillaje en la zona de la Ruta 3, en cercanías del Barrio 500  Viviendas Sur y un camino que se dirige a Dónovan.

Estas referencias las movilizan en base a los dichos de los testigos que aseguran haberlo visto por última vez.

“Supuestamente la Policía tiene los mejores perros entrenados para rastrillajes, incluso colaboraron con la búsqueda de Santiago Maldonado, pero acá ¿se olvidaron que hay gente? Estoy indignada, en un estado depresivo fulminante, la Justicia no se mueve”, acusó.

Por otra parte recordó que la familia contrató a personal con canes de Villa Mercedes por su propia cuenta, pero no lograron arribar a datos concretos.

Según advirtió en su momento se dirigió al ministro de Seguridad Ernesto Ali. Si bien le dijo que iban a buscar a su papá, al poco tiempo renunció y no pudo obtener más detalles.

También se dirigió al por entonces jefe de Policía Fabricio Portela. Esa vez el funcionario ordenó un rastrillaje, pero la búsqueda no dio resultados.

“Solamente pido que siga la búsqueda y se haga Justicia. No logro que lo hagan (…) me voy a ir a encadenar hasta que hagan un rastrillaje; por favor, les suplico, no tienen corazón. Ojalá nunca les pase lo que estoy viviendo, mi papá es un hombre mayor, está enfermo y eso no lo entienden”, concluyó.

Ante cualquier información dirigirse a la comisaría más cercana o comunicarse al 911.

Ojeda, un caso similar sin respuestas

Por su parte, Sergio Ojeda tenía 78 años cuando desapareció. Sufre Alzhéimer.

Ojeda fue buscado en La Carolina, El Trapiche y Paso del Rey, ya que en un principio se sospechaba que estaba perdido, pero nunca llegaron a él.

Por entonces los uniformados tomaron declaraciones a sus familiares.

Ojeda salió de su casa en el barrio Pueblo Nuevo para ir a comprar a una panadería y desde entonces no regresó. Al igual que en el caso Dávila, su familia hizo la denuncia en la Comisaría 2º.

Al momento de su desaparición vestía una campera de polar color negro, un pantalón de jean, llevaba un gorro de lana color negro y calzaba zapatillas negras.

La única pista concreta era el registro de una cámara de seguridad, del día posterior a su desaparición, en la que se observa a Ojeda caminando en dirección a la Colonia Hogar. Sin embargo, la filmación no aportó más datos relevantes.

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