X

Por el paro de transporte, los usuarios gastaron al menos $300 por día

En promedio ese es el monto que debe destinar una persona que debe salir una vez al día en taxi. Si bien la actividad escolar no se desarrolla por las vacaciones, lo cierto es que las jornadas laborales, trámites y compromisos siguen con normalidad.

Los vecinos de la capital y de gran parte del interior sufrieron las consecuencias de la protesta.
Actualizada: 21/07/2019 02:24
PUBLICIDAD

El receso escolar atenuó el impacto en el bolsillo de los puntanos. De todos modos debieron hacer malabares.

Los vecinos de la capital y de gran parte del interior sufrieron las consecuencias de la protesta.

La crisis en el transporte público se cobró una media de fuerza en lo que va del año. Desde el jueves se concretó un paro por 48 horas con el objetivo de encontrar una solución a los reclamos de orden salarial.

La situación es complicada desde que el Gobierno de Alberto Rodríguez Saá se negó a acordar la modificación del esquema subsidiario para garantizar el funcionamiento de las empresas y evitar que aumento el boleto.

A partir de la reformulación del programa nacional de subsidios, los fondos llegan a las provincias por otras vías. Se creó la figura del fondo compensador del transporte, pero el rechazo desde el Gobierno de San Luis evita que los recursos se efectivicen. En ese ese escenario las compañías aumentan el boleto para hacer frente a los gastos, y aun así el panorama es insostenible.

La UTA nacional requirió la suba del 20% en la escala salarial de los choferes, el pago de $16 mil como un concepto de resarcimiento por la inflación y una suba del 20% en viáticos; todo enmarcado en el acuerdo al que se llegó en Buenos Aires.

La única ciudad que no se ve afectada por la medida en el transporte urbano, es Villa Mercedes donde la Municipalidad se hizo cargo del concepto que se reclama. En Merlo también funciona el urbano dado que los trabajadores pertenecen a otro gremio.

La falta de respuestas ha llevado a un punto límite el contexto, y pese a que se había conformado una mesa tripartita de diálogo, en los hechos el servicio está totalmente afectado por la ausencia de medias.

Por ahora el secretario General de la UTA, Iván Piñeyro, garantizó que la prestación del servicio será con normalidad durante el fin de semana, pero en caso de no obtener novedades favorables el lunes se concretará una abstención laboral por más de 24 horas que afectará al servicio urbano e interurbano.

En ese sentido elchorrillero.com efectuó un relevamiento para advertir cómo impactó el paro en el bolsillo de los puntanos.

Qué dicen los usuarios

Quienes utilizan el servicio urbano, por cada viaje abonan un total de $22 ($44 ida y vuelta). La cifra en una jornada en la que se deba viajar con trasbordos, puede llegar a alcanzar al menos $132.

Ahora la falta de colectivos ha provocado que los usuarios que no cuentan con movilidad propia deban recurrir a un amigo que los traslade en auto, caminar, utilizar bicicleta o el taxi.

Esta última opción ha sido muy requerida a instancias del paro. De acuerdo a las tarifas actuales, un viaje en taxi en el horario de 6 a 22 cuesta $34 la bajada de bandera, $3,40 el recorrido cada 180 metros y el mismo valor por minuto de espera.

Para el caso de los horarios nocturnos la bajada de bandera cuesta $37,40 mientras que el recorrido cada 180 metros sale $3.70 y el mismo valor se aplica a la espera por minuto.

Para graficar, un traslado desde el centro a la terminal puede oscilar entre $120-$130 dependiendo de los metros recorridos. Por la noche la cifra puede alcanzar $150.

El panorama también se complica para la gente del interior. Contratar a un servicio de transporte privado puede alcanzar los $200 cada viaje, y alrededor de $130 un servicio de comisionista.

En la calle los usuarios hablaron y manifestaron sus quejas. Nélida Lucero dijo en diálogo con elchorrillero.com que para llegar desde Valle de Pancanta tuvo que abonar $300.

“Para solucionar esta problemática el Gobierno deberá pagar lo que les debe a las empresas. La situación nos perjudica mucho a la gente del interior”, expresó.

Por su lado José Cisterno, del barrio Eva Perón, manifestó su disconformidad con la medida. “Estamos hartos de esto, no pueden paralizar todo San Luis (…) con mis hijos y mi esposa usamos como 8 colectivos diarios, y con esto el taxi me cobra $150 desde el barrio, el sueldo no alcanza”, aseguró.

“Para venir a hacer unas compras hoy gasté $200 de ida y $150 de regreso. Les pido que hagan algo”, añadió.

Otro caso similar es el de Cristal Ibáñez, una joven del Barrio 500 Viviendas Sur. “Un taxi desde mi casa al centro sale $150, solo para venir. Son $600 o $700 pesos que estoy ocupando en estos dos días, que de verdad necesito para otras cosas”, señaló.

La joven trabaja y estudia en la universidad, con lo cual este tipo de medidas le generan verdaderos inconvenientes.

“Creo que para solucionar esto el Gobierno debería llegar a un acuerdo lo más rápidamente posible para no afectar a los usuarios; yo puedo pagarlo pero hay gente que no lo puede hacer, el transporte es muy necesario”, agregó.

Rosa Baigorria, de la zona del Parque de las Naciones, también opinó. “Yo utilizo cuatro veces por día el colectivo, hoy tuve que traer a mi madre al centro y me sale caro ir y volver, esto me obliga a limitar la cantidad de trámites que tengo que hacer”, expresó.

“Hoy he gastado $220, pero eso solo porque limito los recorridos, si tuviera que usar el taxi la cantidad de veces que uso el colectivo gastaría alrededor de $500. El Gobierno tendría que ver hasta donde perjudica al pueblo”, advirtió.

También opinó que el Gobierno debería ponerle un freno a la UTA. “Antes cuando se les debía mucho estábamos de acuerdo con el paro, pero ahora es poco ¿Por qué Villa Mercedes tiene el servicio y nosotros no?”, reflexionó.

Otro de los casos consultados es el de Antonio, un vendedor ambulante de medias que trabaja en la Plaza Pringles. La lucha gremial lo perjudicó principalmente en su actividad.

“Hay un 50% menos de gente que lo cotidiano, esto afecta mi trabajo, yo todos los días tengo que llevar la comida a mi familia, realmente es molesto”, opinó.

“El Gobierno debería entablar diálogo, porque en su defecto cada uno tira para su lado, yo soy de la idea de que si no hay diálogo no habrá arreglo (…) peleando no se soluciona nada”, concluyó.

En definitiva, más allá de las percepciones personales de cada usuario, lo cierto es que las medidas de fuerza del transporte afectan directamente a los usuarios, que deben hacer malabares con el dinero para poder utilizar otras alternativas.

PUBLICIDAD

EN PORTADA EL CHORRILLERO

SUBIR