Vecinos de El Volcán buscan respuestas ante una ola de inseguridad
Quieren reunirse con autoridades policiales para encontrar la salida a los hechos que se han tornado “cotidianos”. También advierten sobre el consumo “progresivo” de la droga.
Desde hace un tiempo atrás la localidad dejó de ser un sitio tranquilo y seguro. Los robos se han multiplicado al igual que la violencia ejercida en los mismos; ya no se trata del accionar de “rateros”, sino de entraderas, según exponen.
Para frenar este contexto, la Comisión de Vecinos de El Volcán elaboró una nota para pedirle al intendente Ricardo Callegaro, que arbitre los requerimientos necesarios para mantener una reunión con autoridades de la Policía, tanto a nivel provincial como local.
Lo que los damnificados buscan es la posibilidad de relatar cara a cara lo que viven en carne propia.
“Debido a los sucesos de público conocimiento respecto a los hechos delictivos que vienen ocurriendo en nuestra localidad, cada vez con mayor frecuencia y grado de violencia, el aumento de las denuncias al respecto y el incremento progresivo del consumo de drogas, es que los vecinos requerimos de manera urgente un encuentro con los responsables de la seguridad”, dice textualmente el pedido.
La nota fue presentada a Callegaro, pero el mismo indicó que el texto debía estar firmado por los vecinos para que tuviera “peso” a la hora de llevarlo a la Jefatura Central de Policía.
El Chorrillero mantuvo un diálogo con una de las vecinas que adhirió a la convocatoria y que sufrió los hechos de inseguridad, Liliana Costa.
La mujer manifestó que en lo que va del año le robaron tres veces, pero aseguró que hay casos especiales como el de un hombre al que le provocaron alrededor de siete entraderas.
De acuerdo a la percepción de los lugareños, la droga es el nexo que contribuye a este tipo de hechos y está "a la vista de todos". Por ello les urge una solución concreta.
Costa fue una de las personas que colaboró en el proceso del petitorio presentado al intendente. Ella se encargó de llevar copias a diversos puntos del pueblo para sumar adhesiones.
El día que fue a buscar la nota que se había entregado a Callegaro, al mismo tiempo hizo la denuncia sobre lo que le había ocurrido en su domicilio. El 10 de julio había viajado con motivo del cumpleaños de su hermano en Córdoba y a los días debía dirigirse a Buenos Aires para el acto de colación de grado de su hijo.
En ese lapso en el que se ausentó de su hogar, le avisaron que le forzaron una puerta y había sufrido un robo. Cuando regresó se percató de la gravedad del hecho, ya que le destrozaron la puerta con un durmiente de tren, algo que es inusual en el pueblo.
Todo fue concretado alrededor de las 14, a plena luz del día, según el testimonio de sus vecinos que oyeron ruidos sospechosos. “Vinieron de Criminalística pero fue en vano”, dijo.
El día anterior habían intentado cometer la misma modalidad en la zona del zoom de Turismo, pero alguien alertó los movimientos y se frustró el robo. Costa no tuvo la misma suerte y los delincuentes pudieron concretar su cometido.
Se llevaron alhajas de plata que eran de la mamá de Costa, le sacaron zapatos, botas, sandalias, camperas, bolsos, una copia de las llaves del auto y hasta una valija. Pertenencias que para la damnificada son “inusuales” en una entradera.
“Yo no tengo miedo pero evidentemente no me puedo ir por tres días de mi casa, ahora tengo que acorazar mi hogar, que era muy seguro. De hecho estoy trayendo una puerta de Buenos Aires; yo tengo la posibilidad de hacerlo, pero hay gente que no”, expresó.
Por otro lado afirmó que esta situación la viven muchos vecinos, en particular la gente de la zona de Ruta provincial Nº 18, a la altura del monolito. De hecho los vecinos de este sector ya habían juntado algunas firmas, que serán anexadas a la nota de la comisión.
Soluciones ante la falta de acciones de las autoridades
Para los vecinos la situación está “causando un daño tremendo” y ante este panorama “ya no se puede vivir así". Incluso muchos de los damnificados conocen a los que perpetran los delitos; pero poco pueden hacer por ello.
“Si sabemos nosotros quienes son y donde están los aguantaderos, la Policía debe saber también”, analizaron.
“Históricamente ha sido muy tranquilo, incluso he dormido con la puerta sin llave hasta el año pasado (…) pero eso cambió. La Policía por su parte nos aconsejó en una reunión que mantuvimos hace unos años atrás, a denunciar porque ellos miden la inseguridad de acuerdo a las estadísticas”, señaló Costa.
De todos modos más allá de la cantidad de denuncias efectuadas, lo cierto es que hay una ola de inseguridad en la zona.
“A una mujer le robaron cuatro veces, a una veterinaria le sacaron un aparato que tiene un valor de 20 mil dólares, a un vecino mío le entraron 7 veces a su casa, es una situación alarmante, estamos en una población pequeña que se supone que tiene cierto grado de seguridad, pero no tiene ninguno”, expresó.
“Yo puedo instalar alarmas o adquirir un sistema de video vigilancia, pero hay gente que no, es muy injusto”, añadió.
En ese sentido, mientras se gestiona la nota que requiere un encuentro con autoridades policiales, analizan la posibilidad de tomar “medidas propias”.
Una de ellas es la conformación de un grupo denominado “Vecinos en Alerta”, mediante el cual se pueden informar sobre diversos ilícitos y prestarse socorro mutuo para “defenderse de la falta de presencia del Estado provincial y la Policía”.
Ahora resta que en la semana se presente la nota ante la Jefatura Central y de ahí en más se aguarden las respuestas. Por lo pronto los vecinos tomarán todas las medidas necesarias para evitar la delincuencia.