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Cuando desapareció Claudia Díaz; la historia de una familia arrastrada por la injusticia

Laura Godoy tenía 17 años cuando la encerraron por primera vez en la Comisaría del Menor; también la encarcelaron como cómplice de un homicidio. Después de 30 años recordó cómo la torturaron y cómo pasa los días junto a su madre, la enfermera a la que acusaron de practicar un aborto mortal a una joven que siempre estuvo viva en San Juan.

Laura Godoy.

por Catalina Ysaguirre

elchorrillero.com

Actualizada: 28/07/2019 09:28

Llena de dolores que tienen partida su alma, en una entrevista que ofreció a elchorrillero.com contó que hoy vive envuelta en las necesidades; que el Gobierno de San Luis nunca le dio un resarcimiento económico, que muchos sectores de la sociedad la discriminaron, que no pudo terminar la escuela y que la injusticia hizo que su vida sea un camino de supervivencia. Ella es otra víctima, y llora cuando dice que nunca nadie les pidió perdón.

Habita con su madre en un departamento del barrio José Hernández. Duermen 10 personas en una misma pieza, todos sus hijos y sus nietos. Sufre de lupus y cuando consigue ropa usada va y la vende en “el trueque” los sábados.

Ella dice que vive de prestado, porque nunca pudo tener su propia casa. Que ahora la necesita y que no quiere resignarse, que quiere una vida más digna. “Quiero que me ayuden como a Nelson Madaf; me lo merezco. Todos sufrimos la injusticia de la misma manera”, remarcó.

Laura Godoy es ex cuñada de Madaf porque en 1989 cuando la Policía los comenzó a investigar como sospechosos de la desaparición de una joven de 15 años, era la novia de su hermano, Leonardo Madaf, con quien tuvo su primer hijo.

También habló del miedo que todavía no le permite decir todo lo que guarda en el corazón. “La Policía de aquella época me amenazó con que no hable, y todavía siento el temor, todavía me siento perseguida y la discriminación”, sostuvo.

Laura Godoy lloró a lo largo de toda la entrevista. “Quiero que se sepa que yo también necesito ayuda”. Contó que la gestión de Enrique Ponce le adjudicó en una vivienda en unos terrenos en el sur de la ciudad, en la zona del barrio Néstor Kirchner. “Pero tengo que reconstruirla, porque no tiene nada y como no cuento con los medios, no podría hacerlo”, explicó.

Hace 30 años los ojos se posaron sobre su familia porque Claudia Díaz, quien era su compañera de la escuela, fue hasta su casa a pedir los deberes y después de eso desapareció.

El caso es uno de los hechos más injustos de la historia de San Luis, porque la Justicia puntana metió a la cárcel a personas inocentes; los culpó de un crimen que nunca ocurrió.

Madaf, Godoy y su madre, Marina Garay, (y hasta el concubino de la mujer) fueron imputados y pasaron muchos años en la cárcel. Para ninguno la vida volvió a ser la misma. Cuando fueron liberados (porque no había pruebas que comprobaran la existencia de un delito) descubrieron que sus vidas ya no serían las mismas y desde entonces padecieron la amargura de la resignación y del olvido.

Nueve años después de calvario, de estigmas y de una condena social que no se borrarán ni con cien años de perdón, encontraron a Claudia Díaz en San Juan. De su provincia se había ido por su propia voluntad (concluyeron que un motivo fue la mala relación que tenía con su padre) y había formado una familia. Estaba en pareja con un hombre 20 años mayor que ella y con cinco hijos.

Nunca se investigó más nada.

Laura Godoy.

Hace algunas semanas, Nelson Madaf se movilizó por primera vez por las calles de San Luis, y consiguió que el Municipio lo ayudara y le garantizara el lugar donde vive. Laura Godoy habló porque grita las mismas necesidades.

-¿Cómo se te involucra en el caso?

-Claudia había dicho que fue a mi casa a copiar los deberes. La atendió mi mamá porque yo me estaba bañando. Estuvo 5 minutos, mi mamá le dio unas hojas y después se fue, se perdió.

-¿Qué relación tenías con ella?

-Compañera de curso

-¿Conocías de su vida, de sus problemas?

No, nunca. Ella era callada, no contaba lo que pasaba, nunca faltaba a clases. Ese día no sé qué pasó y fue a mi casa a pedir los deberes.

-También tu mamá estuvo involucrada en el caso…

-Sí, ella estuvo detenida. La acusaron por hacer un aborto seguido de muerte. Algo que nunca pasó eso, y yo caí como cómplice con Nelson Madaf.

-¿Conocías a Nelson Madaf?

-Sí porque en ese momento era novia del hermano. Nelson conocía a Claudia porque mi novio lo llevaba a buscarme para que lo acompañara; ahí se conocen ellos.

-Después de eso cambió tu vida…

-Todo se derrumbó. Todo cambió. Perdí todo, mi matrimonio, el colegio.

-¿No terminaste la escuela?

-No, nunca más me recibieron. Siempre fui una mujer discriminada. Ni me quieren entregar el analítico en el Colegio Nacional. Nunca pude volver a ser la misma persona.

-¿Qué recuerdos tenés de cuando te detuvieron?

-Me detuvieron, estuve en la Comisaria del Menor cuando estaba en el barrio Rawson, en una pieza dos por dos; ahí hacia mis necesidades, me acostaban desnuda en barras de hielo, y ahí estuve tres meses. Después, al tiempo me llevaron a la cárcel. Fuimos culpables de algo que nunca pasó.

Tenía mi hijo de tres añitos que lo tuve que sacar de la provincia. Él vio todo cuando me sacaron encapuchada, esposada con dos armas en la cabeza. Después lo tuve que llevar a Mendoza porque no me podía hacer cargo. Mis tíos lo cuidaron.

-¿Por qué quedaste el libertad?

-Porque no habían encontrado el cuerpo del delito.

-¿Cuando se descubrió que Claudia Díaz estaba viva, qué sentiste?

-Bronca, rabia, muchos sentimientos encontrados. Hasta la vez somos manoseados por la sociedad, por muchas personas. Nunca el gobierno o la persona que estuvo con todo esto se disculpó conmigo.

-¿Nunca te dieron una pensión?

-Ninguna, nunca. No me dieron casa ni trabajo. Me iba a inscribir a un plan y no me daban trabajo ni casa.

-¿Con tu mamá qué pasó?

-Ella estuvo más tiempo presa que yo, junto con Nelson. Yo estuve con Luis Chavez, que era por entonces el concubino de mi madre.

-¿Cómo lo sufrió ella?

-Las dos sufrimos iguales. Ella es más callada, se guarda todo, lleva el calvario por dentro. Perdió el trabajo, 30 años de servicio en el Hospital. Esté enferma, es una mujer que no quiere recordar el tema.

-¿Por qué a veces te da miedo hablar?

-Me siento muy perseguida. Cuando salí, la Policía de aquella época me prohibió hablar, me amenazó porque me iban a tocar done más me dolía.

-¿Seguís creyendo que fue una injusticia?

-Obvio, todo fue una injusticia. Ahora nadie te ayuda con nada. La injusticia va a seguir siendo como hasta ahora.

-¿Te resignaste?

No, no te podes resignar.

-¿Cuál es tu necesidad hoy?

-Una casa, porque estoy viviendo de prestado. Una ayuda económica. Necesito que me solucionen el problema, que me den la misma ayuda que a Nelson Madaf.

-¿Nunca gestionaste una pensión con el gobierno provincial?

-No nunca. Donde iba fui discriminada siempre, hasta por la calle.

-¿Cómo vivís ahora?

-Con mi mamá en el barrio José Hernández. Con mis tres hijos y mis nietos, somos 10 en total y todos dormimos en la misma pieza. Soy el sostén de la casa, los mantengo con lo que vendo en el trueque. Vendo ropa y calzado usado. Ese es mi trabajo.

-Tenés lupus, ¿cómo vivís con la enfermedad?

-No puedo tomar frío, trato de vivir, sin los recursos para viajar a ningún lado.

-¿Volviste a verla a Claudia Díaz?

-No, no sé cómo reaccionaría.

-¿Te gustaría que te pidan perdón?

-Obvio que sí. Me gustaría ser bien mirada y que la gente no se olvide que no solo Nelson pasó lo que pasó. Todos vivimos lo mismo, él fue más torturado que yo, pero psicológicamente tenés que aprender a vivir.

-¿Creés que había una presión política en el caso?

-Sí, política y policial.

-¿Te animas a decir quién tuvo la culpa?

-No

-¿Te da miedo?

-Sí, mucho miedo.

-¿Por qué y a quién?

-A todos, siento que todavía estoy amenazada. Es difícil salir a la calle. Yo no hablo porque tengo miedo, y hoy necesito una ayuda económica. Una casa es lo más urgente, me lo merezco por todo lo que ya pasé y por lo que sigo pasando.

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