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El impactante testimonio de la mujer que se defendió de dos motochorros

Los delincuentes la increparon y la golpearon en el suelo, en pleno centro puntano. Cansada de la inseguridad se resistió: “No soy ejemplo de nada, pero me defendí”.

Radio Nacional
Los delincuentes fueron detenidos.
Actualizada: 30/07/2019 23:47
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El lunes por la noche dos amigas caminaban por calle Colón. Para ahorrar dinero en transporte optaron por recorrer algunas cuadras a pie; luego tomarían un taxi a mitad de camino.

Unos 100 metros antes de que llamaran a un coche, pasando Pedernera, fueron increpadas por dos motochorros, un hombre y una mujer de alrededor de 30 años. Los mismos conducían una Motomel.

Los delincuentes las quisieron reducir a golpes para robarles.

Una de las mujeres logró escapar y comenzó a gritar desesperadamente pidiendo ayuda mientras que su amiga fue arrojada al piso, cerca de un contenedor de basura, y le propinaron golpes de puño y patadas.

La joven que estaba siendo agredida era Sofía Roig (25), quien cansada de las situaciones de vulnerabilidad, optó por resistirse. El forcejeo le permitió quitarle la llave de la moto a uno de los ladrones, con lo cual no pudieron darse a la fuga de modo inmediato, sino que escaparon corriendo con la motocicleta a un costado.

“Me tiraron al piso y me pegaron porque me resistí”

Roig aseguró que se encuentra movilizada por la situación que le tocó atravesar, pero aun así se siente tranquila.

De acuerdo a lo que sostuvo en diálogo con el programa Amanecer Informados, de Radio Nacional, una circunstancia que tuvo en ventaja fue que los delincuentes no estaban armados.

“Yo volvía de trabajar con una amiga que me había pasado a buscar. Yo trabajo en la zona de Avenida Juan Gilberto Funes (…) una cuadra antes de tomar el taxi aparecieron dos personas, nos interceptaron, nos pusieron contra la pared, mi amiga pudo escapar y me agarraron los dos a mí”, recordó.

“Me defendí porque estoy muy cansada de que pasen estas situaciones. Por ahí se trató de una cuestión impulsiva, sin pensar en las consecuencias, pero por suerte no pasó nada”, añadió.

La joven vio cara a cara a sus agresores. A pesar de eso la vorágine del hecho no le dio tiempo a sentir miedo, además su hartazgo ante este tipo de situaciones (no es la primera vez que le roban), fue clave a la hora de su reacción.

“No soy ejemplo de nada pero me defendí, hice lo que muchos no pueden hacer”, señaló. En este sentido trató de concientizar sobre las circunstancias de vulnerabilidad, para que no se juzgue a las víctimas.

“Los primeros comentarios que recibí fueron del tipo ‘¿por qué venían solas a esa hora?’; yo no estaba sola, estaba con mi amiga (…) estoy cansada, sé que le dimos una lección a esa gente, sinceramente creo que fue así”, señaló.

El arresto de los delincuentes

Tras el forcejeo Roig logró quitarle la llave de la moto a uno de los ladrones, así no tuvieron más remedio que intentar escapar con la moto a un costado. Solo habían conseguido robar un celular.

A estas instancias y ante los gritos de su amiga que pedía ayuda, la joven explicó que había gente alrededor, algunos tomaron partido en la asistencia, otros no lo hicieron.

Pero entre todos los presentes hubo un hombre que se destacó. Daniel, testigo principal del hecho, vive por calle Colón. Esa noche transitaba la zona cuando observó que una de las chicas pedía auxilio desesperadamente.

El hombre andaba en bicicleta, giró en contramano y se volvió para tratar de asistir a las mujeres.

“Veo que la estaban pateando cerca de un contenedor, en el piso, entonces me pregunté ¿cómo reacciono? En ese instante me di cuenta de que había una obra en construcción entonces tomé unas piedras (escombros) y les empecé a pegar”, relató.

Para el testigo los delincuentes “estaban drogados” ya que lejos de reaccionar a las agresiones, no soltaban a la joven e incluso en un momento tras la detención, uno se golpeaba la cabeza contra el suelo.

“Se fugaron, fueron en contramano por Lavalle y a una cuadra y media aproximadamente llegaron muchísimos móviles. Lo agarraron y lo tiraron al piso, su compañera se tomó un taxi pero la vieron justo, con lo cual la Policía también la alcanzó”, describió.

“Gracias a Dios justo estaba en el momento indicado (…) dicen desde la Policía que estaban viendo las cámaras y no sabían si yo estaba asaltando”, agregó.

Finalmente los motochorros fueron arrestados. Uno había salido del penal días atrás.

Por su parte Roig remarcó la intervención de Daniel y de quienes ayudaron a llamar a la Policía. “Estoy muy contenta de que todavía haya gente que te acompaña y reaccione desde el lugar que se pueda”, dijo.

“Basta de tantas injusticias, de robarle a la gente que labura por un teléfono que no es nada (…) que esto no sea un ejemplo, que no salgamos a reaccionar, pero tengamos conciencia, cuidado, las mujeres estamos empoderadas y no queremos que nos pasen por arriba”, concluyó.

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