“La muerta se movía e intentaba hablar, fue de terror”
Una mujer de 95 años, quien el pasado lunes fue trasladada a un centro asistencial de la ciudad de Añatuya, falleció mientras era tratada en una clínica del medio, y tras firmar el acta de defunción los profesionales hicieron entrega del cuerpo a sus familiares para el traslado y su posterior inhumación.
Tras contratar el servicio de sepelio, los hijos de la difunta procedieron a trasladarla hacia el paraje Navicha, de donde era oriunda, situado en cercanías de Icaño, Santiago del Estero.
Al llegar al lugar y destapar el féretro para aprestarse a velatorio, propios y extraños se sorprendieron cuando la mujer “comenzó a mover su rostro” y según indicaron varios testigos “intentaba pronunciar palabras y transpiraba”.
Presos de la desesperación, los familiares llamaron a la ambulancia del puesto sanitario de Icaño para que fueran al lugar para trasladar nuevamente a la mujer a un centro de salud.
En tanto que otros vecinos tomaron motocicletas y raudamente fueron hacia la comisaría más cercana, y dieron parte de la situación a efectivos policiales. Éstos se trasladaron rápidamente al lugar.
Consultada sobre el tema, la fiscal María Cecilia Rimini, indicó a El Liberal que fue informada de la situación y que inmediatamente ordenó que un médico revisara el cuerpo, y dijo que el profesional diagnóstico que efectivamente se encontraba sin vida.
De todas formas, ordenó al personal policial que “se recaben todos los testimonios posibles para escuchar de boca de los presentes qué había sucedido; todos coincidían en el relato de que cuando abrieron el féretro la mujer movía su rostro y su boca”.
Por su parte, el chofer de la ambulancia del Puesto Sanitario de Icaño, contó a los policías que cuando fueron solicitados viajaron inmediatamente al lugar con una enfermera, que al llegar determinó que “la mujer estaba sin vida”, aunque los presentes afirmaban que momentos antes “se había movido y respiraba”. También indicaron que una agente sanitaria de lugar “había comprobado que efectivamente respiraba, y estaba transpirada, pero nada de eso se pudo comprobar oficialmente”, según dejó trascender la fiscalía interviniente.
Luego del “extraño incidente” la mujer siguió siendo velada ante la angustia de sus familiares de no saber a ciencia cierta qué pasó.