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Cadena perpetua para un joven que estranguló a su hermana por la contraseña de Wi Fi

El muchacho tenía 16 años cuando mató a su hermana de 19. La jueza que dio la sentencia dijo que los adultos responsables no hayan disciplinado al muchacho ni le hayan dado herramientas para lidiar con su ira.

El muchacho tenía 16 años cuando mató a su hermana de 19.
Actualizada: 09/08/2019 12:02
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Un joven fue condenado a cadena perpetua en Georgia (Estados Unidos) por estrangular y matar a su hermana durante una discusión por la contraseña de Wi-Fi.

Kevon Watkins, que en ese momento tenía 16 años, asfixió en 2018 a Alexus Breanna (19 años), en presencia de su hermano menor y de su madre, en la residencia familiar en Macon, del condado de Bibb.

Latoya Watkins, madre de la víctima y del homicida, testificó que su hijo estaba de mal humor cuando lo fue a buscar ese día al colegio.

Eso fue confirmado durante el juicio por Kevon, quien confesó que más tarde en su casa decidió cambiar la contraseña de Wi-Fi. De acuerdo con el joven, la conexión se le hacía lenta para jugar a la Xboxdebido al uso de internet que hacían el resto de sus familiares.

La situación generó primero una confrontación entre Kevon y su madre, quien intentó sacarle de la habitación la consola. Y en ese momento intercedió la hermana en la discusión.

Entonces, el adolescente empezó a estrangular a la chica y no la soltó durante más de 10 minutos, hasta que llegó la Policía.

La jueza de la Corte Superior del condado de Bibb, Verda Colvin, lo encontró a Kevon culpable de asesinato en lugar de homicidio involuntario, tras considerar el hecho de que su hermano de 13 años intentó que dejara de asfixiar a su hermana.

"En esos 10 minutos, ella debió haber dejado de moverse. Quizás el acusado no lo notó porque todavía estaba enojado", señaló la magistrada.

Al anunciarse la sentencia, Kevon Watkins lloró junto con el resto de su familia que estaba sentada en los bancos del tribunal.

Cuando se le dio la oportunidad de hablar al condenado antes de abandonar la sala del tribunal, el joven sólo pudo balbucear un "lo siento" entre lágrimas.

"Creo que todos entienden", dijo la jueza. "Incluyendo esta Corte".

Durante el juicio se supo que Kevon le contó a un investigador que él y su hermana discutían casi todos los días.

Antes de dar su "difícil" sentencia, la jueza Colvin dijo lamentar que los adultos en la vida del adolescente lo decepcionaran al no haberlo disciplinado ni haberle dado las herramientas para lidiar con su ira.

"En este hogar, el caos se fortaleció", expresó la magistrada, quien añadió que en ese ámbito "se habilitó la capacidad de ignorar y seguir la disciplina correctiva".

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