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Sentenciaron a 28 años de cárcel a un baqueano que abusó de dos hermanas en Merlo

La Cámara de Apelaciones de Concarán condenó a 28 años de prisión a Ramón Palacios por los delitos de abuso sexual con acceso carnal en perjuicio de dos adolescentes. El veredicto fue leído este miércoles al mediodía.

Foto: Periódico Judicial
Los hechos fueron denunciados en 2016.
Actualizada: 25/09/2019 16:56
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El Tribunal Penal estuvo integrado por Sergio Darío De Battista, Juan Manuel Saá Zarandon y Sandra Elizabeth Piguillem.

Las víctimas son dos hermanas, de 15 y 18 años de edad al momento de la presentación en tribunales (18 y 21 años en la actualidad).

Palacios, de 62 años, es oriundo de la Villa de Merlo. Allí trabajaba como baqueano en actividades turísticas de senderismo por la zona serrana. Los testigos que declararon en el juicio coincidieron en que siempre portaba armas.

Una de las víctimas declaró en la primera jornada del debate oral. Allí dijo que Palacios, después de violarla por primera vez, sacó un revólver y amenazó con matarle la madre si hablaba del episodio. La niña en ese entonces tenía 9 años.

Previo a conocerse la decisión judicial, las partes realizaron sus alegatos. El fiscal de Cámara, Mario Zudaire, pidió en su alocución que Palacios fuera condenado a 25 años de prisión.

El funcionario del Ministerio Público argumentó que los informes de Cámara Gesell, los exámenes médicos, las denuncias de las víctimas y la declaración de los testigos en el juicio fueron pruebas contundentes para probar la materialidad de los hechos y la autoría del acusado.

La querella, integrada por Diana Bernal y Emanuel Curi, pidieron al tribunal que la pena sea “alta y ejemplificadora”.

Candido Assat, defensor del imputado, había solicitado en su alegación, la absolución de su cliente por el beneficio de la duda porque a su entender el caso poseía una “enorme insuficiencia probatoria”.

El hecho

Ambos expedientes datan de los últimos meses de 2016, aunque, según obra en las respectivas denuncias, los ultrajes habrían comenzado años atrás.

El condenado era un conocido vecino de la zona, amigo de la familia de las víctimas y compañero de trabajo del tío materno de las adolescentes, motivo por el cual varios testigos refirieron durante la instrucción judicial que el hombre frecuentaba el hogar de las víctimas de forma frecuente.

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