Acusaciones cruzadas entre familiares de egresados de la Policía y la empresa por la cena

Por Nicolás Gatica Ceballos

Lo que se pretendía como un “encuentro soñado” por los agentes egresados de la Policía de San Luis, terminó con un episodio “para el olvido” durante la noche de este viernes en el Centro de Convenciones de La Punta.

En las redes sociales comenzó a viralizarse que durante la cena, organizada por la empresa El Reno Eventos, se sirvieron “alimentos en mal estado” y cuestionaron que el servicio contratado no había resultado óptimo por distintas circunstancias como los horarios pautados, el orden de las mesas, entre otros aspectos.

“La verdad fue muy doloroso e indignante lo que se vivió (…) la gente se tuvo que retirar después de las 4 sin haber bailado ni disfrutado nada, fue muy doloroso ver como se iban llorando”, especificó un comentario expuesto por la usuaria de facebook Marcela Alejandra.

Para conocer en detalle lo que ocurrió, elchorrillero.com mantuvo una comunicación con ambas partes. Por un lado la hermana de una egresada, Roxana Sosa, brindó declaraciones desde su punto de vista de damnificada.

A su vez el empresario Carlos Rizzotto expuso su perspectiva, manifestándose de igual modo como un damnificado.

“No estaban preparados para esto, es la única explicación que puedo dar”, dijo.

Sosa aseguró que nunca imaginó vivir lo que definió como una noche de “terror”. Según explicó, los problemas se originaron prácticamente desde la contratación (a cargo de los propios egresados).

Quienes querían participar del evento debían abonar una tarjeta que de acuerdo a lo que manifestó, sufrió modificaciones en su valor. El precio final “fue de $1800 para adultos y $1300 para los niños”.

Otro de los puntos que remarcó es que la fiesta tenía que realizarse en agosto, pero la empresa modificó la fecha.

También aseguró que desde la firma pidieron que los egresados ingresaran a las 21 para sacarse fotos. Luego a las 21:30 entrarían los invitados comprendidos en la cena, y desde la medianoche pasaría el resto. Sosa aseguró que dicha pauta no se cumplió.

“Entramos a las 23. Mucha gente no tenía mesas (…) íbamos con la ilusión de la fiesta y veíamos que el número de las mesas era un cartón cortado y escrito con lapicera; hubo mucha gente parada y tuvieron que improvisar para que pudieran sentarse”, señaló.

El ánimo habría empeorado cuando sirvieron la entrada, compuesta por tacos que se dispusieron en el centro del salón: “Servirse era una misión imposible, había gente mayor, otros con problemas de movilidad, ellos no podían levantarse a buscar un taco”.

Luego llegó el turno de las empanadas y estas siguieron sumando críticas. Sosa recordó que la mayoría “estaban quemadas y frías”. A estas alturas mencionó que ya “buscaban al dueño” para reclamarle.

Lo que terminó colmando la paciencia de los familiares fue el plato principal, que estaba compuesto por pollo relleno y ensalada que "estaba en mal estado".

“Se le sentía olor a la comida, no estaba bien cocido”, dijo.

De acuerdo a las conclusiones de Sosa, los mozos confirmaron que el estado de los platos no era óptimo. “Mucha gente se levantaba y llevaba el menú para que lo olieran los organizadores y confirmaran ellos mismos la perdida de la cadena de frío”.

Rizzotto reconoció que la noche no fue la esperada, pero negó responsabilidades. Según sus declaraciones, el tema “estuvo mal desde el principio”.

“El ingreso era para 1180 personas, teníamos la ubicación correspondiente para cada una pero se sentaron como quisieron, después decían que faltaba lugar; esto no era un cumpleaños, se trataba de 160 egresados con opiniones diversas, me dejaban lugares vacíos”, sostuvo.

“Esta fiesta se había pautado para el 21 de agosto, pero se pasó a septiembre porque no cumplieron en tiempo y forma el contrato. Corrimos con incremento por la suba del 50% de las cosas”, definió.

En cuanto a los tacos, aseguró que se colocaron discos en cuatro puntos del salón para que la gente pudiera servirse tranquilamente. “Había algunos que lo sacaban con la mano y después pedían la masa aparte”, lamentó.

Por otra parte se refirió a las empanadas y dijo que lo que ocurrió fue que estaban calculadas para servir hasta 4 por persona, pero cuando los mozos pasaban con las bandejas se “dejaban todo, incluso la cantidad que era para 3 mesas la tomaban para 1”.

Rizzotto negó que la comida estuviese en mal estado y dijo que en realidad se trató de una cuestión de “gustos”. También expresó que había garantizado un menú variado con pernil, milanesas, entre otros platos. “Teníamos comida para todos los gustos”, remarcó.

El punto que más lamentó fue que a un compañero de él le "rayaron el auto y le dejaron las ruedas en llanta". Además repudió “el robo” que asegura haber sufrido, que lo estima en “más de un millón de pesos”.

“Se llevaron $280 mil en bebidas (escondiéndolas en las mesas o llevándoselas bajo el brazo) y lo que no se llevaron lo rompieron, hubo agresiones. También se robaron unos 600 platos, copas, rompieron vasos, se llevaron cubiertos, manteles entre otras cosas”, detalló.

“Era imposible controlar a 1180 personas”, añadió.

Por último consideró que su servicio “es excelente” y que nunca le tocó vivir una situación de “descontrol”.

De ahora en más analiza como proyectará futuras contrataciones. Justamente se avecina la cena de egresados de cadetes de la fuerza que de igual modo, contrataron a El Reno Eventos.

“El lunes vamos a ver como seguimos con todo esto, estamos analizándolo con nuestro abogado, sinceramente nos encontramos con mucho daño. Hay gente que comió todo, otros a los que no les gustó, pueden cuestionar el servicio pero no puede hacer esto, quienes estaban eran policías ¿por qué roban?”, concluyó.