Juana Koslay: la apuntaron con un arma, taparon su cabeza con una bolsa y robaron en su negocio
De la tranquilidad al miedo y la preocupación. Así viven los vecinos del barrio Los Eucaliptus una seguidilla de robos violentos que la Policía “no da a conocer”. En el último hecho, a la víctima le pusieron un arma en la cabeza y le saquearon su mercadito.
En menos de un mes asaltaron dos comercios y una vivienda del Barrio Los Eucaliptus. Los delincuentes emplean cada vez más la violencia y usan armas de fuego para cometer sus atracos.
“Estamos bastantes preocupados porque el barrio era tranquilo”, planteó Martín, uno de los comerciantes que fue víctima del delito el pasado 17 de septiembre.
Los vecinos del Barrio Los Eucaliptus, en Juana Koslay, apelaron a las redes sociales para gritar el problema que atraviesan hace un tiempo. Señalaron que los hechos delictivos han incrementado en el último tiempo y que la Policía “no los da a conocer”.
La gota que rebalsó el vaso fue el asalto que sufrió la propietaria del minimercado “Abril”. El lunes pasado ingresaron tres delincuentes armados, le robaron dinero, una balanza, una máquina de fiambre, un celular y bebidas.
“Eran las 20:20, vino una clienta, la atendí, salimos charlando, ella se fue y yo me senté con el celular afuera. Aparece un joven de unos 20 años, me pidió gomitas, entramos (…) cuando miré tenía a otro hombre que me ponía el revolver en la cabeza”, relató la víctima en declaraciones a El Chorrillero.
“Me dice tírate al suelo, me empuja y ahí veo que había otro”, agregó la mujer. Después le pusieron una bolsa en la cabeza.
Explicó que si bien no la golpearon, vivió un “momento violento”. Los ladrones tomaron el botín en unos cinco minutos y se dieron a la fuga. Los ladrones quedaron grabados por una cámara de seguridad de una vivienda vecina.
“Acá me pegan un tiro”, pensó la mujer mientras se encontraba tirada en el piso, detrás de una heladera del local.
Contó que realizó la denuncia y hasta asistió personal de Criminalística para tomar las huellas, pero “no se ha recuperado nada”. La Policía le mostró posibles sospechosos, pero ninguno coincidía con los tres que le hicieron atravesar uno de los momentos más traumáticos de su vida.
Tras el hecho, que no fue difundido por el ministerio de Seguridad, decidió atender a “puerta cerrada”.
“Lo hago por la ventana, si conozco a las personas les abro”, indicó.
“No quiero cambiar mi forma de trabajo o de vida por esto que pasó. No me voy a encerrar para que estos tipos anden sueltos como impunes”, cuestionó.
En la esquina del comercio, hay otra cámara de seguridad pública. Sin embargo, precisó que hasta el momento no les han dado los registros a la Policía. Mientras tanto, recorre los grupos de Facebook para ver si logra dar con algunos elementos sustraídos.
Hace unas semanas, otra vecina fue víctima de una situación similar cuando delincuentes armados ingresaron a su casa.
La indignación e impotencia los ha impulsado a buscar medidas alternativas para protegerse. Por ello han creado grupos de WhatsApp para mantenerse conectados e incluso comparten uno con una comisaría de Juana Koslay. Otros han optado por contratar servicios de alarmas y monitoreo.
Otra comerciante, oriunda de México, contó también su inquietud. "Vengo de un lugar mucho más peligroso. Esto ya lo viví. Fue así como comenzó el problema en mi país", afirmó.
Por eso, redactaron una nota contando los diferentes hechos delictivos y la enviaron al intendente Jorge Videla.
Por otra parte, Martín recordó que en su caso, vivió la inseguridad durante la madrugada cuando forzaron las rejas de la ventana. Se llevaron dinero, alimentos, bebidas alcohólicas y cigarrillos.
En la misma semana entraron a robar en una vivienda cercana.
Los diferentes casos que enumeraron los vecinos son el motivo de una preocupación permanente que por ahora no encuentra una solución. Esperan que actúen las autoridades y que se lleven adelante tareas para prevenir el delito.