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“No podemos ni ir a trabajar porque nos roban todo”

Vecinos del barrio 274 Viviendas de Juana Koslay están preocupados porque aseguran que los hechos delictivos “son una constante” y ocurren en cualquier horario.

Los vecinos se sienten inseguros. Sostienen que no hay presencia policial.
Actualizada: 12/11/2019 01:29
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Por Néstor Miranda

Melisa sufrió en carne propia un robo y salió a exponer la problemática que los mantiene preocupados porque aseguran que si bien desde el año pasado conviven con la inseguridad, en el último mes se intensificó.

Los delincuentes generalmente aprovechan cuando no están los propietarios en sus casas para cometer los delitos. “Es como que te están vigilando todo el tiempo, esperan a que te vayas y ahí entran”, contó en diálogo con El Chorrillero.

Varios vecinos que residen en el barrio trabajan durante la mañana y es en ese lapso que los hogares son vulnerados.

El mes pasado ingresaron a la casa de Melisa a plena luz del día. Entraron por una ventana y se llevaron un Smart TV, un horno eléctrico y una computadora. Realizó la denuncia en la Comisaría 5°.

También contó que quisieron entrar a una vivienda de la manzana “I”, pero los vecinos lo impidieron. Los ladrones volvieron otro día entre las 18 y 19, rompieron la puerta de la casa y sustrajeron dinero en efectivo, un televisor y un equipo de música.

“Es terrible lo que estamos viviendo. El barrio en uno o dos días se llena de policías cuando ocurre un robo, luego no pasa más nada”, manifestó.

Los vecinos creen que los delincuentes viven en la zona y se movilizan en vehículos para cometer los ilícitos.

Una vecina planteó el problema al intendente, Jorge “Toti” Videla quien le respondió que desde el Municipio “se han comunicado con los jefes de la Comisaria para darnos una solución”.

“No podemos vivir tranquilos ni ir a trabajar porque nos roban lo que tenemos”, señaló.

Estos casos se suman a otros ocurridos en la misma ciudad. Por ejemplo a la propietaria del minimercado “Abril”, ubicado en el barrio Los Eucaliptos, tres delincuentes armados la apuntaron con un arma, taparon su cabeza con una bolsa y escaparon con dinero en efectivo, una balanza, una máquina de fiambre, un celular y bebidas.

"Estamos cansados porque se hicieron muchos reclamos y no sabemos qué hacer", señaló Nancy Míguez.

"Cada vez vemos menos patrulleros haciendo recorridos. Estamos aislados y no nos dan soluciones”, apuntó.

“Hemos mandado notas al Municipio para que también esté informado de lo que sucede”, agregó.

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