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Localizó sus cosas robadas porque usaron la cuenta de Netflix, pero la Policía “no actúa”

A una vecina de Juana Koslay le desvalijaron la casa a mediados de octubre y logró rastrear algunas pertenencias por su propia cuenta.

Actualizada: 12/11/2019 10:40
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Por Julián Pampillón

Adriana Morillo es la protagonista de otra historia de inseguridad en San Luis; una madre que vive con su hija en la manzana 41 del Barrio Cerros Colorados.

Luego de que los delincuentes robaran todo de su vivienda el pasado 19 de octubre, Morillo comenzó a recibir notificaciones a su mail avisándole que alguien utilizaba su cuenta de Netflix en el televisor que se habían robado.

Es por eso que de inmediato consultó con tres personas para que la ayudaran a rastrear la dirección. Todas llegaron a la misma ubicación.

Al otro día se dirigió a la Comisaría Nº 34 dónde radicó la denuncia y aportó ese dato.

“Les digo a los efectivos que tengo la ubicación pero me responden que no podían ir porque no tenían orden de allanamiento. Es decir, en menos de 24 horas sabía dónde estaban las cosas, pero los policías no hicieron nada”, manifestó la vecina.

El robo que sufrió llegó hasta los medios nacionales por un inquietante detalle. Los malvivientes dejaron un mensaje intimidatorio en la pizarra que su hija utiliza para estudiar. Con un fibrón verde le escribieron: “Vamos a volver”.

El delito se concretó alrededor de las 17:30 cuando ambas se habían ido al centro. Al regresar, cerca de las 21, Morillo pasó por el hogar de una amiga, dejó a su hija y se fue a su casa.

Cuando llegó se encontró con el panorama: alguien había forzado la puerta haciendo palanca a la altura de la cerradura. Al ver la abertura entreabierta decidió no entrar y llamó a la Policía.

El botín de los ladrones fueron dos televisores, una cámara de fotos Nikon, un microondas, una tostadora, una computadora de escritorio, una guitarra criolla nueva con estuche, una juguera, una cafetera, entre otras cosas.

La sospecha de la mujer es que “actuaron varias personas” y que “utilizaron una camioneta o un vehículo grande” debido a la rapidez con la que trabajaron.

Su conjetura es que los delincuentes “habrían estado estudiando sus movimientos”.

Cuando habló con los vecinos ninguno le pudo dar información. Nadie vio ni escuchó nada y los habitantes de las casas contiguas no estaban. Dos efectivos hicieron un recorrido por la zona durante la tarde pero no llegaron a advertir la presencia de los ladrones.

Los días fueron pasando pero nunca tuvo novedades de algún avance. A partir de allí recorrió diferentes oficinas para encontrar respuestas a su desesperación. Pasó por la Jefatura Provincial, el ministro de Seguridad e incluso acudió a la Justicia.

En primera instancia concurrió a la División de Investigaciones. Allí le avisaron que desde el destacamento policial no habían comunicado “nada sobre el tema”.

Es por ello que decidió ir a Terrazas del Portezuelo para hablar con el ministro Ernesto Ali pero no pudo encontrarlo. En su lugar la atendió el jefe del Programa Seguridad, comisario Claudio Latini.

Este último contactó al director de Investigaciones, Roberto Molina quien aseguró que “estaba al tanto”. Tras la respuesta dejó pasar unos días con la expectativa que avance la investigación.

Corría el tiempo y los avisos de que estaban utilizando la plataforma continuaron.

La semana pasada acudió al Poder Judicial para realizar un pedido de avocamiento en el Juzgado de Instrucción Penal Nº 2.

Más allá de esto, el caso siguió “sin moverse”.

“Decidí enviarle un mensaje por WhatsApp al ministro. Como no me respondía le escribí nuevamente y me bloqueó”, señaló.

“Les di todos los elementos para que pudieron hacer las cosas y no lo hicieron, esa es mi bronca. Nadie hace nada”, expresó Morillo.

A partir de la experiencia que vivió reforzó la seguridad: colocó rejas y contrató un sistema de alarmas.

“Al parecer tenemos que agradecer que no nos haya pasado nada, pero esto no tiene que ser así. Necesitamos respuestas, porque los casos de inseguridad son comunes”, concluyó.

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