Al menos cinco muertos y decenas de atrapados tras la erupción de un volcán
Ocurrió tras la erupción del volcán Whakaari cuando medio centenar de turistas visitaba una isla deshabitada al noreste de Nueva Zelanda, y las autoridades aseguran que como mínimo habría una decena de víctimas que permanecen atrapadas en el lugar.
Al menos cinco personas murieron tras la erupción del volcán Whakaari cuando medio centenar de turistas visitaba una isla deshabitada al noreste de Nueva Zelanda, donde las autoridades creían que habría una decena de víctimas atrapadas en el lugar, pero tras un vuelo por la zona afirmaron que ya "no habría sobrevivientes".
"Con la información que tenemos, no creemos que haya ningún superviviente en la isla", indicó la Policía en un comunicado tras realizar un vuelo de reconocimiento sobre la zona, donde se cree que había unos 50 turistas en el momento de la erupción.
La Policía afirmó esta mañana que el número de personas que quedaban en la isla tiene por lo menos "dos cifras", aunque admitió que desconoce la cantidad exacta y el estado de estas debido a la imposibilidad de comunicarse con ellas.
"Debido al alto riesgo, los equipos de emergencia no pueden acceder a la isla (…), que permanece inestable y con posibilidad de nuevas erupciones", aseguró a la prensa el vicecomisionado de Operaciones Nacionales de la Policía, John Tims.
El funcionario aclaró que los muertos son parte de las 23 personas de "varias nacionalidades" que fueron rescatadas de la isla y que se encontraban en ella en el momento de la erupción, según publicó la agencia de noticias EFE.
La erupción ocurrió a primera hora de la tarde del lunes con la expulsión de rocas y una gran nube de ceniza sobre la isla de Whakaari, también conocida como White Island y que se encuentra a 48 kilómetros al este de la Isla Norte.
Un grupo de excursionistas se encontraba cerca del cráter minutos antes de la erupción, según imágenes de una cámara de seguimiento instalada en la zona.
La Agencia Nacional de Respuesta a Emergencia emitió una alerta ante posibles nuevas erupciones o actividad sísmica moderada, y las autoridades neozelandesas establecieron un perímetro de seguridad y la cancelación de todas las excursiones, incluidas los barcos turísticos, alrededor de la isla, visitada cada año por unas 10.000 personas.