Ataque cobarde a plena luz del día: a una joven le rompieron una botella en la cabeza para robarle
Ocurrió este domingo cuando la chica caminaba hacia su trabaja por calle 25 de mayo. Un hombre la golpeó y en el piso intentó arrebatarle el celular. Algunos vecinos la socorrieron y pudieron avisar a la Policía.
El rostro de Brenda Escudero (25 años) quedó desfigurado. Pasarán muchos días para que esas heridas cicatricen, y para que el terror y todo el daño psicológico se le vayan.
El domingo a las 9:15, ella caminaba por 25 de Mayo y Rawson. Iba a trabajar cuando se le cruzó un hombre que la atacó por la espalda, así como si nada. Después le hizo estallar en su rostro una botella que llevaba en la mano.
“Me caí y empecé a pedirle que no me hiciera nada, se lo pedía por favor. Él quería que le entregue el celular, y yo empecé a pedir ayuda”, relató la joven esta mañana en diálogo con El Chorrillero. Los vecinos actuaron rápido y aunque el agresor escapó dieron aviso a la Policía para que lo buscaran.
Le duelen los golpes, pero también el alma porque el ataque fue cobarde. “Qué te vas a imaginar que un domingo a esa hora te puede pasar eso. Salí de mi casa a buscar un taxi, pero como no encontré seguí caminando y tuve la mala suerte de encontrarme con este sujeto”, relató la chica a este medio.
“Lo veo de reojo, lo sobrepaso y es cuando me viene de atrás y me golpea. Mi mochila no me la vio porque me la tapaba el cabello, y mi celular lo llevaba en la cintura. Se escapó cuando muchas personas salieron a auxiliarme”, recordó. También se acuerda que ese hombre “era de contextura grande” y que vestía remera roja y pantalón negro con rayas blancas.
Su madre, María Barrionuevo contó que a la chica le hicieron cinco puntos en la nariz y uno en el pómulo. Cuando la mujer se enteró del ataque y la encontró llena de sangre la llevó de inmediato al Hospital del Norte. El día después agradeció a las personas que no dudaron en darle contención a su hija.
Dijo que de acuerdo al testimonio de los vecinos, el agresor ya es un “reincidente” porque semanas atrás le habría robado a hombre en la misma zona. También hicieron trascender que "es hijo de un policía retirado".
Se supo que la Policía detuvo al agresor a pocos metros y lo llevó a la comisaría.
“Más allá de las heridas que le van a quedar, la cicatriz más profunda es el miedo de volver a salir a la calle. Ella además pierde de trabajar, muchas cosas que son injustas, si esta persona tiene causas en la Policía, por qué anda en la calle, no se entiende. Sabemos que está cumpliendo una condena con tareas comunitarias”, sostuvo la mujer.
“Le estoy agradecida a la vecina que le dio asilo en su casa a mi hija, que le prestó una toalla porque tenía su cara toda ensangrentada. Este joven le reventó una botella en la cabeza. Cuando la llevábamos en la camioneta se iba sacando vidrios marrones de la cara”, agregó Barrionuevo.
Todavía se pregunta: “¿Qué necesidad tenía de golpearla así con tanta saña? Quiero que esto se haga justicia, que no quede como un caso más y que quede en la nada, hoy fue mi hija pero mañana puede ser cualquiera”.