Una mujer denunció que fue a reclamar por unos colchones y terminó golpeada

Durante la tarde del jueves comenzó a circular el video que muestra a una mujer llorando en el ingreso a la Mueblería Máximo, ubicada en calle San Martín entre Lavalle y Bolívar. Según el testimonio de los transeúntes, la señora había sido golpeada por el personal del negocio luego de realizar un reclamo.

Hoy, María Luisa Espinosa dialogó con El Chorrillero y detalló que había ido hasta el comercio donde diez días atrás había comprado dos colchones. “Eran de mala calidad, entonces les pedí devolverlos pero para no anular la compra iba a poner más dinero y llevarme otros mejores”, contó.

“Las chicas que me atendieron me pidieron la boleta para anotarme el número de la encargada. Se fueron a la parte de atrás y cuando volvieron me dijeron que esperara porque estaba por llegar. Después guardaron la factura en un cajón, le pusieron llave y comenzaron a negarme que hubiera hecho una compra allí”, relató.

Seguidamente, Espinosa tomó su teléfono para llamar al 911, pero no pudo concretar la comunicación. “En ese momento ingresó una mujer. Me pegó y me tiró el celular. Después se sumaron otros hombres que también me insultaban”, recordó.

Llorando y con la voz entrecortada transmitió que “no entendía nada”. Agregó que también la increpaban responsabilizándola de haber agredido a una de las empeladas, y que le decían “ladrona”.

“Les pedía por favor que no me pegaran porque estaba operada”, mencionó la mujer de 49 años. Dijo que hace unos días le realizaron una eventroplastía debido a que en una caída se le abrió la pared abdominal.

Segundos más tarde intervino en el episodio una mujer, que según le dijeron era una policía que estaba de civil. “Me levantó, llevó hasta un sillón y por encima de ella me querían seguir pegando. Así que me sacó a la calle”, precisó.

A partir de ese momento, el llanto de Espinosa, insultos de los transeúntes y el arribo de los efectivos quedaron registrados en las imágenes que más tarde se viralizaron.

La mujer, que luego fue trasladada en ambulancia al Hospital, cuestionó el accionar de la Policía debido a que “sólo atendieron a los del local”.

En el nosocomio le pusieron suero, calmantes y efectuaron diversos estudios. Las marcas en su cuerpo también fueron difundidas a través de imágenes en las redes sociales.

Ya en la madrugada de este viernes, Espinosa se trasladó a la Comisaría 1º para realizar la denuncia. En la misma seccional, la propietaria del comercio hizo su descargo.

“Durante mi declaración entró un policía que iba de parte de ellos queriendo arreglar el problema para que quede en la nada. A cambio me ofrecían lo que yo quisiera”, manifestó Espinosa que dijo haberse negado al pedido.

“Yo fui a hablar bien y recibí golpes. Esto no se arregla con plata. Me humillaron, me trataron de ladrona. Tienen que pagar. Nadie merece ser agredido así, menos por ir a exigir lo que tenemos como derecho”, finalizó.

Desde la mueblería no quisieron hacer declaraciones a la prensa.