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Ribeiro presentará a fines de marzo la oferta para evitar el default

 La cadena fundada en San Luis busca reestructurar una deuda bancaria de $940 millones. El 65% de los acreedores aceptó esperar. El resto aún duda.

La cadena cerró varias sucursales.
Actualizada: 01/02/2020 22:32
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Ribeiro corre una carrera contra reloj. Según informó ayer a la Comisión Nacional de Valores, el 31 de marzo presentará una propuesta de reestructuración de deudas a sus acreedores “a fin de normalizar las operaciones”.

Pero para llegar en condiciones a ese día, primero tiene que superar una serie de obstáculos. Esto incluye, por un lado, convencer a la porción de acreedores que se resiste a la reestructuración. Y por el otro, congelar el taxímetro de su deuda que sigue creciendo como consecuencia de la progresión de intereses y la acumulación de cheques rechazados.

En la nota que envió a la CNV, Ribeiro asegura que “la sociedad ha alcanzado diversos acuerdos de espera (standstill) con sus principales bancos acreedores”.

Y precisó: “A la fecha se han acordado con bancos privados que representan el 65% de la deuda bancaria, quedando pendientes principalmente los bancos públicos, con los que se espera alcanzar un acuerdo en los próximos días”.

“Los referidos acuerdos implican el otorgamiento de una espera por parte de las entidades bancarias en relación con el pago de capital e intereses hasta el 31 de marzo del corriente año, fecha en la cual la sociedad presentará un acuerdo de reestructuración de la deuda a fin de normalizar sus operaciones”.

La deuda de referencia suma $940.201.000, según los registros actualizados del Banco Central. De esa cifra, hay unos $640.000.000 que están en situación 1 (normal) y equivalen a un 68% del total.

La porción que, por el momento, “resiste” es la que corresponde a deuda en situación irregular, con mayores atrasos. Un 23% (unos $217.000.000) de deuda en situación 2 (riesgo bajo, atrasos en pagos de hasta 90 días) está en cabeza de tres bancos: Santander, Banco Córdoba y HSBC. En tanto que el resto, unos $80.000 millones, corresponden a acreencias del Banco Nación y el Banco de la Provincia de Buenos Aires. Toda en situación 3 (riesgo medio, atrasos de hasta 180 días).

De esta forma, los bancos públicos aparecen en escena con un rol protagónico a la hora de negociar los pasos futuros de empresas que pujan por evitar o salir del default. El caso más resonante en la actualidad es el de la agroindustrial Vicentin, cuyas deudas impagas con el Banco Nación superan los $18.000 millones. Además de las sospechas sobre irregularidades en el otorgamiento del préstamo, el monto en juego le otorga un poder de veto determinante al BNA frente a cualquier reestructuración que encare Vicentin. Incluida la opción de capitalizar las acreencias y quedarse con el control de la compañía frente a una situación que pueda poner en riesgo la continuidad de sus operaciones.

De todos modos, éste no es el mismo caso que Ribeiro, ya que la deuda con la banca oficial es de otra magnitud, aunque es la que está con mayor morosidad. Al Banco Nación le debe $58.867.000 (un 6% del total) y al BAPRO le adeuda $20.626.000 (algo más de un 2% del total).

En cuanto al incremento de la deuda por cheques rechazados, Ribeiro registra a enero de 2020, según el último dato oficial, un acumulado de 102 cheques rechazados por $135.608.686.

Ribeiro tiene vigente hasta fin de marzo un procedimiento preventivo de crisis sobre la base del cual encaró un plan de ajuste con el cierre de 20 sucursales, entre otras medidas como la liquidación de stocks y recorte de gastos. Así buscó paliar la fuerte caída de ingresos por menores ventas y la suba de las tasas de interés. Pero la receta resultó insuficiente.

 

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