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Trump: "El dominio de la tiranía de Maduro será aplastado"

En el discurso anual del Estado de la Unión, el presidente de Estados Unidos, celebró que el país "vive una recuperación económica increíble", ratificó su alianza con el líder de la oposición venezolana, Juan Guaidó, y evitó mencionar el tema que domina la agenda de Washington: su juicio político. En tono electoral, prometió: "Lo mejor está por venir".

Trump y el Congreso de EEUU ovacionaron al "presidente legítimo" venezolano Juan Guaidó.
Actualizada: 05/02/2020 01:17
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Se trató del último discurso del Estado de la Unión de su mandato. Luego de su primera victoria rotunda en las primarias presidenciales, Trump habló en una atmósfera tensa pero favorable, en la víspera de su esperada absolución en el juicio político que realiza el Senado. Así, el Presidente estuvo en la misma cámara que hace solo unas semanas lo acusó formalmente de utilizar su cargo, la política exterior estadounidense y los recursos del Estado para su beneficio electoral.

Atrás de él y al lado del vicepresidente Mike Pence, estuvo sentada la dirigente que encabezó el proceso en su contra: la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi. La última vez que se reunieron para hablar fue en octubre pasado. El encuentro terminó con gritos y un portazo de la líder opositora y, desde entonces, no se hablan. Hoy, al inicio de la ceremonia, Pelosi extendió su mano para saludarlo y Trump la ignoró, publicó Télam

Una de las peculiaridades del discurso es que contó que la participación de Guaidó, quien fue invitado por la Casa Blanca. El apoyo al líder de la oposición venezolana, a quien el norteamericano identificó como "el verdadero y legítimo presidente de Venezuela", fue uno de los pocos temas que unificaron a todo el hemiciclo y rompieron la grieta bipartidista.

"La dictadura de [Nicolás] Maduro será destruida. Lleve a su país el mensaje de que Estados Unidos los apoya", le dijo el mandatario estadounidense a Guaidó, y todo el Congreso se puso de pie y lo aplaudió. "El dominio de la tiranía de Maduro va a ser aplastado y roto", disparó Trump, quien le dio una relevancia especial a la crisis venezolana al incluirla en medio de los temas nacionales y no al final de su discurso, cuando tradicionalmente los mandatarios se refieren a la política exterior.

Además, durante su presentación, el magnate enumeró los principales logros de su mandato, y destacó que el nivel de desempleo en el país "es el más bajo de los últimos 50 años" y el menor de la historia para la comunidad negra, hispana y asiática que vive allí. Además, definió a la agenda de su gobierno como "pro familia, pro trabajadores y pro crecimiento", y dijo que Estados Unidos "está recuperando la capacidad industrial" y que "3,5 millones de personas en edad de trabajar se han unido a la fuerza laboral".

Lejos de reconocer que la economía había comenzado a crecer durante el segundo mandato de Barack Obama, Trump calificó de "fracasadas" las políticas del gobierno anterior y adjudicó todas las cifras positivas a su administración. En línea con esto, destacó el nuevo tratado de libre comercio con México y Canadá, y su guerra comercial con China. "Cumplí mi promesa", lanzó.

El mandatario también le dedicó tiempo a los temas que más interesan a los estadounidenses, especialmente en un año electoral: educación y salud. Defendió, entonces, la eliminación del sistema de salud universal aprobado por el gobierno anterior y prometió garantizar "mejores y más baratas opciones para todos".

Además, pidió al Congreso su apoyo para prohibir que los inmigrantes que viven ilegalmente puedan recibir tratamiento gratuito y para "prohibir el aborto" en la segunda mitad del embarazo. "Todos debemos coincidir en que todas las vidas valen", dijo y puso como ejemplo a una mujer que tuvo un beba prematura de 21 semanas y seis meses y que fue una de sus invitadas de la noche. Trump también defendió "el derecho constitucional a rezar en las escuelas públicas" y la Segunda Enmienda de la Constitución que garantiza la compra y tenencia de armas.

Sumado a esto, calificó de "sin precedentes" su esfuerzo por reforzar la frontera sur y subrayó que los acuerdos que firmó con México, Honduras, El Salvador y Guatemala redujeron en un 70% las entradas ilegales desde mayo pasado. Esta fue una de las cuestiones que desencadenó uno de los momentos más tensos del discurso, que ocurrió cuando equiparó a los inmigrantes ilegales con inmigrantes que cometieron crímenes. Entonces, acusó a gobiernos locales opositores, como el de Nueva York o California, de refugiar a violadores y asesinos.

Al referirse a su agenda exterior, Trump defendió su llamado plan de paz para el conflicto israelí-palestino, y ratificó el ataque que ordenó para matar al comandante iraní Qasem Soleimani en Irak. "No es nuestra función ser fuerzas de seguridad de otras naciones", señaló, y adelantó, entonces, que buscará retirar todas las tropas de Afganistán.

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