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El pacto de silencio, el arrepentimiento

Por Norberto Foresti (*)

Los rugbiers acusados del asesinato de Fernando vuelven a Villa Gesell.
Actualizada: 16/02/2020 11:27
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A raíz del horrible y absurdo crimen ocurrido en Villa Gesell en este verano, que nos tiene en vilo, y replantea el tema de la violencia inacabada en la sociedad argentina, me puse a pensar sobre la impunidad instalada en nuestra sociedad.

La prensa habla de la falta de arrepentimiento y del pacto de silencio existente entre los rugbiers que actuaron cobardemente en la muerte de Fernando Baez Sosa. La sociedad espera que digan que lo sienten, que lamentan lo ocurrido, que se lo digan al juez, a la prensa, a la familia de Fernando, que rompan el pacto de silencio existente ante ese ataque organizado, premeditado.

Esas dos palabras me sonaron en el oído inmediatamente, me recordaron a los grupos de tareas, a la dictadura militar, a los juicios de lesa humanidad. Toda la sociedad esperaba que se rompieran el pacto de silencio, que al fin los militares dijeran que había pasado con tanta barbarie, que se arrepintieran.

Sin embargo sabemos que eso no sucedió.

Tampoco los militares que actuaron en Malvinas dieron muestras de arrepentimiento.

Acaso los políticos, empresarios, sindicalistas, etc que robaron impunemente en nuestro país, en todas las épocas, en todos los gobiernos, se arrepintieron?, o más bien, todos sabemos que hay un pacto de silencio que atraviesa cualquier ideología, que los mantiene impunes, algunos con sentencias de jueces cómplices, tanto en la nación como en las provincias, que bendijeron el robo, sobreseyéndolos.

Se ha llegado al tupé que algunos de ellos reclaman para sí el título de presos políticos, que al fin y al cabo les daría un plus, un status mayor, como si de esa manera podrían tapar el cielo con las manos, porque todo el mundo sabe que han robado, lo diga la justicia o no.

Que esperamos, que los rugbiers se arrepientan?, que rompan el pacto de silencio?, acaso no es la norma estándar en nuestra sociedad, desde hace 50 años. Porque lo harían?. Acaso esta sociedad, envilecida, derrumbada en la ética pública, desde hace años, que supimos conseguir a través nuestros propios fracasos, y tropezones , de mirar para el costado, de no hacernos cargo de las responsabilidades, de demandar cada vez más derechos y menos obligaciones, les ha dado muestras de una moral superior, a ellos o a sus familias?.

La sociedad argentina no responde, estamos en "un mismo lodo todos manoseados", nos conmueve, pero no hacemos nada por cambiar la decadencia, casi se ha transformado en un problema cultural, de resignación, hasta que ocurra la próxima muerte.

(*) abogado, integrante de la Asociación Permanente de Derechos Humanos (APDH) San Luis.

 

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