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Crimen de Romina Aguilar: pedido de justicia, críticas a la investigación y una “excelente relación”

Durante la tercera audiencia del juicio declaró el hijo del acusado, Hernán Lorenzetti y otros familiares. Todos pidieron “justicia” y coincidieron en que el ex intendente de La Calera se llevaba bien con su pareja. “Me dijeron que a Oliveira Pereira lo habían detenido, golpeado y obligado a inculparse”, reveló una de las hermanas de la víctima.

El llanto del hijo de Aguilar y Lorezetti luego de dar su testimonio en la tercera audiencia.
Actualizada: 29/02/2020 21:04
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Por Antonella Camargo

El recuerdo de Romina invadió a sus familiares y la audiencia de este viernes se convirtió en la más emotiva del juicio.

Fueron citados a declarar el hijo que tenía con el ex intendente de La Calera, Hernán Lorenzetti; sus hermanos Johana, Ramón, Analía y Rodolfo Mattuz; un vecino, Iván Ojeda; y su madre Cándida Aguilar. La última no asistió debido a diversos trastornos que padece desde la muerte de su hija. Las partes accedieron a desestimaron su testimonial e incorporar una anterior.

Romina Aguilar fue asesinada de dos disparos en la mañana del 30 de enero del 2016. Edivaldo de Oliveira Pereira, Leandro Vílchez y quien era su pareja, Lorenzetti, están sospechados están implicados como los autores del hecho.

Los tres acusados por el crimen de Romina Aguilar.

La fiscal de Cámara, Carolina Monte Riso propuso desistimientos, comparendos y oralizaciones de otros testigos. Serán definidos en las próximas jornadas.

Tras un pedido de la defensa de Lorenzetti, a cargo de Marcos Juárez, el primero en sentarse ante el Tribunal conformado por José Luis Flores, Silvia Inés Aizpeolea y Jorge Sabaini Zapata, fue Hernán, el hijo de Aguilar y Lorenzetti.

El joven le sonrió a su padre tras ingresar a la sala. Seguidamente debió recordar el momento más duro de su vida: cuando mataron a Aguilar. Detalló que esa mañana se encontraba en La Calera de vacaciones cuando recibió un llamado: “Tenés que salir porque le robaron a tu mamá”.

Hernán emprendió el viaje hasta la ciudad con uno de los amigos de su padre. “En el camino tenía el presentimiento de que algo malo había pasado”, rememoró. Al mismo tiempo, Lorenzetti lloraba desconsolado.

Indicó que luego de una hora aproximadamente arribó al lugar y su mamá estaba tendida en el piso. “Había muchas personas, un vallado de tres o cuatro metros. El cuerpo se encontraba descubierto. Mi papá estaba quebrado”, detalló.

“No lo podía creer. Fue muy duro. Pienso que le quisieron robar”, agregó.

Hernán Lorenzetti declaró este viernes.

Asimismo transmitió que la relación entre sus padres era “excelente” y dos días después se irían de viaje juntos: “Estaban bien”.

El joven también hizo referencia a amenazas que había recibido Diego días previos al hecho, pero sobre ellas nunca le dieron mucha información. Contó que era habitual que Romina tuviera en su poder dinero debido a que ayudaba a su pareja en la intendencia. Al finalizar su declaración se sentó a unos metros de los imputados.

Cuestionamientos a la investigación y un pedido de “justicia”

En la audiencia se sentaron ante el Tribunal cuatro hermanos de Aguilar: Johana, Ramón, Analía y Rodolfo Mattuz. El dolor de la pérdida y el recuerdo de Romina los quebró en distintos tramos de sus relatos. Todos quieren saber la verdad.

“Quisiera pedir justicia para que descanse en paz”, expresó Johana antes de retirarse de la sala. Sostuvo que su hermana “era muy joven para morir de la forma en que lo hizo” y aprovechó para dar a conocer su malestar con el desarrollo de la investigación.

Dolor y pedido de justicia de las hermanas de Romina Aguilar.

“Me hubiera gustado que actuaran de otra manera”, criticó. Entre las disconformidades enumeró que la Policía no secuestró la camioneta de Aguilar para constatar se habían huellas; que desde un primer momento “fue todo apuntado a Diego” y no indagaron por otro lado; y que pasaron el cuerpo frente de Hernán cuando habían pedido lo contrario preveniente.

Johana reveló que tras el hecho un periodista de apellido Castro se reunió con ella y le aseguró que “a Oliveira lo habían detenido, golpeado y obligado a decir lo que dijo”.

“Tenía un video que lo comprobaba”, afirmó, y aseguró que todo eso fue puesto en conocimiento a la jueza de Instrucción, Virginia Palacios.

En la misma línea, contó que uno de los abogados que tuvo el ex intendente, Rafael Berruezo, debió renunciar a la causa porque “lo seguían y tenía miedo”.

“Es un gran dolor que tenemos. Nos mató la vida a todos, a Hernán también”, subrayó.

"Es difícil pensar en lo sucedido. Todavía no caigo. Ni siquiera las noticias me atrevo a ver”, agregó Ramón.

Con timidez, Analía también le pidió a los jueces el esclarecimiento del hecho. Necesitan “saber qué sucedió”.

“Es muy duro para nosotros. Era una mujer muy joven. Esperamos que se haga justicia”, reclamó.

“Han pasado cuatro años y hasta ahora no sabemos qué le pasó a mi hermana”, dijo por su lado Rodolfo, quien además cuestionó el trabajo de la Policía. Manifestó que en la primera testimonial “querían poner otra cosa distinta de lo que había dicho”.

“Sentimos presiones en cada declaración para que dijéramos que mi cuñado era culpable. Era todo en contra de él”, aseveró.

La hipótesis de un robo, Romina “seguía viva” y la buena relación con Lorenzetti

El momento más doloroso para sus hermanos fue recordar cómo se enteraron del crimen y los momentos siguientes.

“Romina y Diego eran como mis segundos papás”, expresó Johana y explicó el fuerte vínculo que tenía con ambos debido a que le dieron hospedaje por unos cinco años para que ella pudiera estudiar su cerrera universitaria.

Indicó que en la mañana del 30 de enero del 2016 recibió el llamado de su cuñado para comunicarle que Romina “había recibido un disparo”.

“Me dijo que fuera al hospital porque estaba yendo la ambulancia”, continuó.

Dolor y pedido de justicia de las hermanas de Romina Aguilar.

Johana fue la encargada de avisarles a Ramón y Analía. Con Rodolfo se comunicó su otra hermana, Inés Garay, quien mencionó que “le habían intentado robar a Romina y estaba herida”.

Los cuatro tenían la certeza de que Aguilar continuaba con vida. Se encontraron en el Policlínico, pero la víctima no estaba. Por eso fueron hasta la vivienda del Barrio Faecap donde la encontraron muerta.

Todos coincidieron en que escucharon o pensaron que su hermana perdió la vida en un asalto.

Y cuando se refirieron a la convivencia con Lorenzetti coincidieron que “tenían una buena relación”.

“Era excelente. Siempre se llevaron muy bien. Nunca vi un problema”, planteó Rodolfo.

“Se llevaban re bien. Había diferencias pero más de eso no”, afirmó Analía.

Por su lado, Johana puntualizó que su hermana creía estar embarazada y “hacía planes de que tendría una nena”.

“Hace 17 años que estamos con Diego. Somos re locos, pero nos queremos”, le había dicho Aguilar en una de sus últimas charlas.

Ella junto a Analía la rememoran como “una segunda mamá” y “protectora”.

La política, amenazas y problemas económicos

La familia de Aguilar también habló sobre la incursión de Lorenzetti en la política y los cambios que produjo esto en su vida cotidiana.

Johana expuso que “las peleas en el último tiempo eran porque Romina no quería que Diego entrara en la política”.

Su hermana le había transmitido que se quería ir de su actual casa porque “tenía miedo de los políticos”. “Eran malos”, le dijo Aguilar una vez sobre “la familia que gobernada en La Calera antes de Diego”.

El temor, según sostuvieron, se agravaba debido a que Lorenzetti recibió amenazas en distintas oportunidades. “Una vez mi hermana me habló de un llamado para que tuvieran cuidado con su hijo”, recordó Ramón.

Asimismo, Johana hizo referencia a la situación económica de la pareja en el último tiempo, la cual se había agravado cuando Lorenzetti asumió como intendente. “No era lo mismo que cuando tenía la empresa de hielo. Romina me decía que se debían privar de muchas cosas”, argumentó.

“Estaban bien económicamente pero habían estado mejor”, sostuvo por su lado Analía.

Johana trabajó en la Municipalidad junto al ex intendente por unos seis meses y manifestó que Lorenzetti pedía préstamos “para cubrir los gastos de la comuna”.

“Quería hacer montón de cosas, ayudar, pero no le alcanzaba el presupuesto y por eso se endeudaba”, dijo.

“No intentó tocarla o ayudarla, simplemente la miró”

Otra de las declaraciones de este viernes fue la de Iván Ojeda, un vecino del Barrio Faecap que vivía frente a la vivienda de Aguilar. El joven era pareja de María Eugenia Núñez, la testigo que vio cuando la víctima recibió el segundo disparo.

Sobre el día del crimen, Ojeda recordó que tras despertarse salieron de su casa y Romina estaba “tirada” y que se quejaba: “Le preguntábamos cómo estaba pero en ningún momento contestó”.

“Nos dijo que era su mujer y no la tocáramos. No intentó tocarla o ayudarla, simplemente la miró”, precisó sobre la actitud que tuvo Lorenzetti.

Contó que la noche anterior había estado en Potrero tomando vino. También que, según su parecer, cuando vio a Aguilar “todavía estaba viva”.

El debate oral se reanudará el próximo martes a las 8:30.

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