River empató en Tucumán y se le escapó el torneo
El "Millonario" igualó 1 a 1 ante Atlético de Tucumán, en el duelo que pudo haberle dado el campeonato de Primera División. Javier Toledo, en el local, y Matián Suárez, en el Millonario, los goleadores.
River Plate, preso de la poca definición, empató 1 a 1 con Atlético Tucumán como visitante y se quedó sin gloria, sin título en la Superliga, porque Boca ganó su partido ante Gimnasia y Esgrima La Plata.
Javier Toledo puso en ventaja a Atlético y Matías Suárez marcó la igualdad que no le alcanzó a River en la 23ra. y última jornada de la Superliga.
La falta de precisión en el último toque dejó con las manos vacías a River, que en el estadio José Fierro, una olla a presión entre el calor, la humedad y el empuje de los tucumanos, resignó un torneo que le sigue siendo esquivo.
La Superliga se había transformado en una obsesión, especialmente para su entrenador, Marcelo Gallardo. En Tucumán jugó un primer tiempo discreto, hasta el gol de Toledo, de cabeza, en una mala salida de Armani, que desnudó las falencias defensivas del millonario.
River reaccionó y arrinconó a Atlético cuando De La Cruz y "Nacho" Fernández eludieron las marcas de Erbes y Acosta.
En el medio, el árbitro quedó en el eje de todos con un gol anulado a Borré (estaba habilitado). En la segunda parte, Loustau no cobró infracciones a Fernández y Suárez.
Con todo en contra, River recuperó su buen juego en los instantes finales del primer tiempo y lo continuó en el segundo, pero otra vez, las situaciones no concretadas fueron su pecado.
La más clara la tuvo el cordobés Suárez, en soledad, de cara al arco, con un remate que pasó por encima del travesaño (26m).
El cansancio se apoderó de los dos en el final. El calor se instaló como un factor desgastante, pero River iba como podía; tenía que ganar para ser campeón.
El ingreso de Quintero por Pinola buscó más fútbol para River. Atlético refugiado en su campo siempre apostó por la contra. Por momentos se paraba con cinco en la línea defensiva.
El reloj consumió las energías de River que en el tramo final fue por el gol que le diera el campeonato, soñaba con la gloria.
El equipo de Gallardo, con los minutos encima, iba como podía, ya no importaban las formas.
Los puntos perdidos en el Monumental se lamentaron más que nunca, mientras los hinchas de Atlético lo tomaron como algo personal, no querían a River campeón.
No hubo tiro del final para River, no hubo gloria. El campeonato sigue esquivo para el Millonario que no lo gana desde 2014.
River se fue masticando mucha bronca, Zielinski desde el banco otra vez fue su verdugo, Atlético hizo su parte, mostró honor, y Boca festejó.