Pericias al celular: sin referencias “al encargo concreto de un homicidio” y reclamos de Aguilar
Así lo determinó el análisis de la División Homicidios al referirse a los mensajes que el ex intendente de La Calera tenía en su teléfono personal. Por otra parte revelaron que “había constantes reclamos a Diego por malos tratos y desinterés”, en los textos que Romina Aguilar le mandaba.
Por Antonella Camargo
Este miércoles se hizo la octava audiencia del juicio por asesinato de Romina Aguilar, el 30 de enero del 2016. Están sospechados por el hecho, Diego Lorenzetti, Leandro Vílchez y Edivaldo de Oliveira Pereira.
En un comienzo, el debate estuvo a punto de suspenderse por la ausencia del abogado de Vílchez, Jorge Sosa. Por eso, los jueces José Luis Flores, Jorge Sabaini Zapata y Silvia Aizpeolea decidieron realizar un apercibiendo hacia el letrado y continuar con el proceso este jueves. La determinación no se concretó porque Marcos Juárez (quien representa a Lorenzetti) se ofreció a asumir como codefensor de “El Boconeta”.
En el normal desarrollo, que recién se produjo a las 10:40, el Tribunal anunció a las partes que pudieron encontrar los cuatro DVD´s que habían desaparecido. En los soportes magnéticos se encontraban las pericias realizadas por la Policía de Buenos Aires sobre los teléfonos de Aguilar, Lorenzetti e Inés Garay (hermana de la víctima).
Tras ello, el teniente de La Plata, Daniel Giles ratificó que los CD`s hallados fueron sobre los que él trabajo y mostró parte del contenido de cada uno. Dos de ellos pertenecían a un celular Motorola (de Lorenzetti), otro Samsung (de Aguilar) y el restante a un LG (de Garay).
En medio de esto, arribó Sosa y argumentó su demora en problemas de salud.
Una de las claves estuvo en el último aparato, donde figuraba que el día del crimen había hecho un llamado al 911 a las 06:30:18, con una duración aproximada de un minuto y medio. Así, quedó confirmada la manifestación del ex intendente de La Calera, quien aseguró que él le pidió a su cuñada que pidiera una ambulancia.
Luego de eso, se sentó a declarar la subcomisario Lorena Martínez Lucero, quien al momento del asesinato integraba la División Homicidios. Explicó que fue comisionada para realizar el “análisis” de las pericias concretadas en los tres teléfonos secuestrados. Para eso, debió viajar hasta La Plata debido a que en San Luis no contaban con el software necesario.
Detalló que su trabajo consistió en “extraer información que estuviera vinculada a la causa”, la cual “se le proporcionó a la Instrucción”. Sobre el aparato de Garay puntualizó que no era de “interés” lo que tenía, mientras que el de Aguilar contaba con “muchos grupos”.
Martínez Lucero planteó que le llamó la atención “constantes reclamos a Diego por malos tratos y desinterés”, hacia ella y su familia. Asimismo dijo que hizo alusión a que Lorenzetti la había golpeado e iba a dar a conocer algo a través de Facebook.
Respecto al móvil del ex intendente contó sobre mensajes en los que le decía a alguien agendado como “Gallina” que “le iba a pagar cierta cantidad de dinero por un trabajo”. En otras oportunidades le habría ofrecido una camioneta Fiorino o una Duster.
“Hubo una insistencia de parte de gallina. Diego le decía que todavía no contaba con el dinero porque cobraba el 30”, añadió la subcomisario, quien afirmó que la conversación con esa persona se extendió desde diciembre del 2015 hasta el 14 o 15 de enero del año siguiente.
Otra de las tareas encomendadas a Martínez Lucero por Homicidios fue la de tomarle declaración a María Núñez, la joven que vivía frente a la casa de la pareja y habría visto cuando Aguilar recibió el segundo disparo.
La policía recordó que la vecina acudió a la División “muy angustiada” porque “le dolía lo que había visto” y por eso le convidaron agua.
En la indagatoria, Núñez aseguró que “ella (Romina) se quejaba y él (Diego) no hizo nada”. Además sostuvo que los asesinos eran dos jóvenes “flaquitos” y tras ello, ordenaron que si veían a personas con características similares debían “identificarlas”.
Juárez le consultó a la subcomisario si en los mensajes de Lorenzetti hubo alguna alusión al “encargo de un homicidio” y respondió que “no había referencia concreta”.
Otro miembro de Homicidios, Edgar Soloa manifestó que estuvo en el lugar del hecho y cuando arribó ya se encontraba personal policial, y habían efectuado el cierre perimetral. Afirmó que también trabajó en el vehículo de la víctima y dentro de la vivienda, en donde se encontraba su cartera y teléfono.
Sobre la camioneta “ordenó al personal de criminalística que hiciera un levantamiento de muestras en la manija de la puerta y vidrios”.
En la misma línea vio cámaras de seguridad aledañas en las que aparecían dos personas en una moto. Sin embargo, no pudo precisar dónde se encontraba al momento de reproducir estas imágenes.
Otra testimonial fue la del oficial del Comando Radioeléctrico, Fernando Calio, uno de los primeros en acudir a la escena del crimen. “Me aboqué a hacer el corte de una de las arterias del Barrio Faecap”, puntualizó.
De la audiencia también participó Héctor Cacace, quien había trabajado (unos 8 o 9 meses antes del hecho) con Lorenzetti en cuestiones políticas, cuando era candidato a intendente de Nogolí.
El hombre pudo confirmar los dichos del acusado cuando en su primera indagatoria habló sobre un préstamo que pidió para comprarle una prótesis a una niña con discapacidad. “Una chica que debe tener 11 años ahora. A causa de una enfermedad perdió dos piernas. En ese momento solicitaron colaboración para la compra de una prótesis y se hizo. Sinceramente no sé cómo ni con qué fondos, pero lo hizo él. Previo a las elecciones fue el pedido, no tengo presente cuándo se concretó”, fundamentó.
“Diego ayudó a gente de mi localidad. Desde trabajo hasta pagar una boleta de la luz. Y un montón de cosas que se pudieron solventar”, sostuvo en el mismo sentido.
Cacace rememoró que se enteró de que a Aguilar “la habían matado” alrededor de las 9 o 10 de ese 30 de enero. Tras viajar a la capital puntana fue a la casa de Lorenzetti. “Estaba desbordado, con lágrimas. Conversamos un ratito, me puse a disposición de él y me fui”, relató.
La jornada se completó con la testimonial Mario Mercado Duvara. El hombre tenía una agencia de autos. Aguilar y Lorenzetti habían acudido a comprarle uno. “Recibí un Suzuki Fun color gris modelo 2006, pero no recuerdo qué le vendí”, precisó.
Añadió que luego fue a la casa de la pareja debido a que debían abonarle más dinero y si bien le entregaron un cheque, dijo que lo prefería en efectivo.
El juicio iba a continuar este jueves, pero fue postergado hasta el próximo miércoles debido al fallecimiento de la madre de Sabaini Zapata.