Historias de San Luis: opciones para aprender y recordar
Por Nino Romero.
La última columna de estas Historias de San Luis publicada el pasado domingo era la Segunda Parte de los Boliches de San Luis. Se va la segunda pusimos en el título.
Como fue escrito, todas estas historias tienen el objetivo de rescatar principalmente recuerdos de las memorias colectivas.
Hay muchas publicaciones sobre estos temas en San Luis, pero de muy pocas se conservan archivos.
Hoy me permito recomendar un trabajo de investigación que lo encuentra en la red afortunadamente, pues cuando se dio a conocer, se editaron unos pocos libros para la ocasión y nada más.
Se trata de las Memorias de San Luis en Imágenes y Testimonios, un trabajo realizado por la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de San Luis, en el marco de un Proyecto de Investigación llamado Memorias y Prácticas Educativas.
De las imágenes de ese trabajo, se publicaron el domingo anterior las fachadas de Pedro Apes (algunos lo ponen con z) y del bar Irusta, por ejemplo.
Pero este Proyecto de Investigación no está referido a los boliches o bares de antes únicamente, sino que rescata también con fotos y testimonios, Cementerios, Ferrocarril, Industrias, Comercios, Viviendas y La Construcción, entre otros capítulos.
¿Un ejemplo de esa publicación? El Palacio Mollo.
No es caprichosa esta elección, ya era un tema a desarrollar en estas historias porque siendo niño y adolescente estuve muchas veces junto a mi padre en el Palacio Mollo, ubicado en calle Rivadavia entre Lavalle y Pedernera, guiados por el ingeniero José Luis Mollo, quién tenía su vivienda frente al Palacio.
Para una mayor precisión: el Palacio Mollo está pegado a lo que ahora es una sala de juegos y antes fue el Cine Rex. En la vereda opuesta estaba la casa del ingeniero Mollo, al lado de un local de comidas que lo recuerdo con el nombre de La Granja, que no sé si es acertado. Tenía una barra ancha y muy cómoda para comer en el lugar sentado en altas banquetas, o esperar el pedido de las pizzas o empanadas.
Al ingeniero José Luis Mollo lo conocí en dos etapas diferentes de mi vida.
La primera siendo niño cuando iba los días viernes a buscar el cheque con el que le pagaba los trabajos que hacía mi padre (gasista-plomero-hojalatero) en sus obras.
Y la segunda ya de locutor y periodista en LV 13 Radio Granaderos Puntanos de San Luis, que funcionaba en la calle Rivadavia 563. Ahora es la peatonal entre Belgrano y Ayacucho y en ese lugar se construyó un banco.
En la etapa radial, mi relación fue porque el ingeniero Mollo era el presidente vitalicio del Círculo Cultural de San Luis. Una entidad emblemática que organizaba veladas artísticas y culturales de protagonistas locales o nacionales.
Y por supuesto la radio era el gran medio para promocionar estas actividades.
Me tocó, al igual que varios locutores de LV13, presentar sus espectáculos, que generalmente eran gratuitos.
Actuaba como un “mecenas” de la cultura en San Luis, además de dedicarse a su profesión, principalmente en la construcción de obras.
El Palacio Mollo es Patrimonio Cultural de la Provincia desde 1994, y su fachada fue modificada por el o los nuevos dueños. Desconozco si respetaron las normativas de un lugar que es Patrimonio Cultural.
Ilustramos esta nota con dos fotografías de la publicación de la UNSL a la que hacemos referencia. Y en una de ellas observará unos pizarrones verdes y negros escritos con tiza blanca. Tienen que ver con la historia del periodismo de San Luis. Se trata del Diario Mural creado por el profesor Hugo Moreno, pizarrones que forman parte de las Historias de San Luis y que ya contaremos. Hasta la próxima.