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Puertas cerradas y actividad casi nula: la dura realidad de la industria de San Luis

Solo abrieron algunas fábricas que pertenecen a sectores como el metalúrgico, el textil y a las ya conocidas como esenciales. La producción cayó más de la mitad y la incertidumbre para el futuro inmediato crece. Incluso se registran suspensiones y despidos de trabajadores eventuales.

Imagen ilustrativa
Parque industrial sur.
Actualizada: 24/04/2020 02:30
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El pasado domingo en el reporte diario, el gobernador Alberto Rodríguez anunció que diferentes sectores de la economía volverían a producir a partir de este lunes.

Entre las actividades que habilitó el Gobierno provincial estuvo la industria, específicamente el rubro metalúrgico, autopartistas, textiles, cementeras y madereras.

A estas se suman las de alimentación, curtiembres, agroalimentos, plásticas y químicas que abastecen al sector alimenticio e higiene, que ya estaban autorizadas.

Pero pese al prometedor mensaje, la realidad marca otra cosa. Y es que la actividad industrial de San Luis es mínima y pocas empresas abrieron sus puertas.

El Chorrillero recorrió el parque de la ciudad de Sn Luis y que muestra la gran mayoría de las plantas con las persianas bajas.

El ministro de Producción, Juan Lavandeira dijo ese mismo domingo que con la autorización de otros rubros cerca del 66% de las empresas ya estaban habilitadas a operar nuevamente.

El secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) San Luis, Jorge Garro y al secretario general de la Asociación Obrera Textil (AOT), Mario Sosa dieron un panorama del funcionamiento y la situación laboral.

Según explicó Garro, de las 80 empresas que hay en la capital, hoy solo funcionan cuatro, entre ellas las más importantes como Polimetal y Mabe. El resto busca obtener la autorización de manera rápida para comenzar a producir.

Parque industrial sur.

“Cuando comenzó el aislamiento obligatorio no había ni una sola trabajando. La situación no es nada fácil y el futuro es incierto”, sostuvo y destacó que las fábricas abiertas funcionan con el 40% de la capacidad instalada.

Ahora, otro de los mayores desafíos que tienen los empresarios es mantener los puestos laborales en este contexto. En este sentido, el dirigente detalló que se registraron suspensiones y 140 trabajadores eventuales quedaron sin empleo.

Si bien el crítico escenario se agravó a partir del 19 de marzo, los últimos años el sector cayó de sobremanera, por ejemplo, el año pasado 980 obreros de San Luis fueron despedidos.

En relación a los salarios, algunas industrias cumplieron con el 100%, pero la mayoría decidió abonar, de manera adelantada, el 50% o el 60%. El gremialista contó que las compañías “le pidieron al Gobierno trabajar porque no tienen plata para pagar a los empleados”.

Además, dijo que la respuesta que le brindan desde las empresas es que “el resto del sueldo se hará cargo la Nación”. Ese es un “punto de conflicto” para Garro ya que “la obligación es pagar la totalidad y luego acordar con el Estado”.

Actualmente de los 3 mil afiliados que tiene la UOM alrededor de 200 trabajan. Los demás todavía no pueden regresar porque los lugares donde se desempeñan están cerrados.

“Va a ser difícil para las empresas que puedan seguir resistiendo no solo en San Luis, sino también a nivel país. Hemos caído en un pozo tremendo y se verá cómo se puede salvar pero esta difícil y muy complicado”, añadió.

“Panorama negro”

La situación que viven los textiles es la misma que la de los metalúrgicos. Solo el 20% de las fábricas se encuentran activas, aunque con “evidentes inconvenientes”.

Las que lograron la habilitación son aquellas que producen sábanas, barbijos y telas sanitarias, las demás pertenecen a la parte de indumentaria y son considerados como “no esenciales”.

Según aseguró Sosa, la producción “bajo considerablemente” y la capacidad productiva no supera el 40%. Al igual que con las anteriores industrias hubo suspensiones por 60 y 90 días, aunque no se registraron despidos.

“Las empresas no tienen ventas y la capacidad de operar está quebrada, incluso los cheques están siendo rebotados porque los clientes no venden la mercancía”, resaltó.

Si bien el sindicalista indicó que gran parte de las empresas cumplen con el pago de los salarios, hay dos que no lo hacen y han abonado solo parte del sueldo.

“Lo que se ha hecho es solicitarle que el Gobierno una ayuda al sector para respirar. En esta época estamos trabajando para la temporada de invierno y no hay para venderle a nadie, se verá cómo haremos para llegar para agosto y septiembre”, aseveró.

Lo cierto es que al igual que los diferentes rubros y actividades de la provincia el futuro es oscuro e incierto. “Tennos un panorama negro, ojalá podamos llegar a fin de año para llegar al otro, no sé cómo se la arreglara, pero el Estado deberá dar apoyo”, finalizó.

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