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El dramático momento de restaurantes y bares de San Luis

En una nueva etapa del aislamiento social que rige en todo el país la mayoría de las empresas gastronómicas mantienen abiertas sus cocinas y se mantienen exclusivamente con el sistema de delivery. Los empresarios sostienen que las ganancias solo alcanzan para “sobrevivir” y "no darse por vencidos".

Bares que ofrecen el servicio gastronómico en delivery para resistir la crisis.
Actualizada: 27/04/2020 02:50
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Con el aislamiento social, preventivo y obligatorio, que este sábado se extendió hasta el 10 de mayo, los empresas gastronómicas de San Luis persisten con la única alternativa que tiene hasta el momento para salir a flote, en medio de una pandemia que desató una crisis económica. Los dueños aseguran sin dudar  que “no sólo no alcanza” y sino que la situación actual está generando un escenario "sin precedentes".

Este domingo el Gobierno de San Luis anunció una "apertura gradual" de la cuarentena, con la habilitación de salidas de esparcimiento, apertura del sector comercial, peluquerías y centros de estética entre otros. Sin embargo la apertura al público y la atención en el interior de bares y restaurantes continuará prohibida. Con esta medida solo pueden vender sus productos por mostrador o a través del delivery.

El trabajo del día a día sirve para que sus emprendimientos no cierren para siempre. El Chorrillero contactó algunos casos para conocer cómo es el trabajo a puertas cerradas que por ahora les da aire para sobrevivir.

Mario Silva, dueño de la Cervecería Kerse contó que están realizando delivery de jueves a sábado pero que las ganancias son insuficientes para cubrir los costos fijos que demanda el local. El local reabrió hace tres semanas pero para la entrega a domicilio; una forma que le permite justar el dinero para pagar el sueldo de sus empleados.

“Con lo que se está haciendo no llegamos, la recaudación abarca solo el 20 o 30% del costo fijo y con toda la furia”, explicó Silva.

“Las ventas cayeron en un 95% porque la mayoría de lo que producimos se coloca en restaurantes y bares, que como están cerrados, tenemos tasa cero”, remarcó.

Contó que a los empleados se les pagó mes completo de marzo, abril y van a seguir cobrando aunque no estén trabajando: “Estamos haciendo algunas guardias una vez por semana para ver que toda la maquinaria esté bien pero nada más”.

Entre los bares de la Avenida Ilia que se vio obligado a cambiar su funcionamiento se encuentra Il Nono. Hace poco retomó la actividad para llevar su comida a los hogares puntanos. La dueña del local, Andrea Vogt, analizó que la situación “es cada día más difícil”, y describió que “los pedidos no son más de tres por noche”, un dato que si persiste los llevará a cerrar otra vez.

Sobre el personal a cargo, Vogt comentó que cuenta solo con dos personas: “Lo que pasa es que la mayoría son mozos y solamente tengo habilitación para cocina y pizzería”.

Federico Amieva, propietario del bar Bufet ubicado en 9 julio y Rivadavia puso en movimiento su negocio después de estar cerrado 30 días.

“La recaudación es cero, es más perdimos mucha mercadería por fecha de vencimiento sobre todo en lo que es lácteos, carnes, verdura”, indicó.

“Por suerte les pude pagar el sueldo del mes pasado a mis empleados, pero este mes va a estar más complicado ya que ni pude abonar el alquiler del bar”, dijo para describir la crisis económica que viven todos en el rubro.

En su caso, esta semana puso a funcionar la cocina; armó una lista con las elaboraciones y empezó con la promoción en las redes sociales. “Se reactiva de a poco, están saliendo 8 o 9 pedidos por día a la mañana, manteniendo los precios desde el inicio de la cuarentena, aunque todo subió, principalmente los huevos y la carne”, analizó. Dijo que el delivery no tiene cargo dentro de las cuatro avenidas.

Manso Cabrón, un bar y cervecería de la Illía transita el mismo camino desde hace unas semanas. La promoción de sus platos y de las cervezas es a través de sus sitios virtuales y toma los pedidos por whatsapp. “Estamos muy mal, todos, con la mayoría de los he hablado. Nosotros no hacíamos esto, hay gente que lo implementa desde años y tiene su maquinaria funcionando. Por eso es que tuvimos que armar todo con los riesgos que significaba”, contó su propietario, Eduardo Pamerlo.

En su análisis sostuvo que la cuarentena está llevando a todos los locales del sector a moverse con delivery: “Encima se suma que toda la gente está en su casa con más tiempo de cocinar; por lo tanto hay menos gente comprando, se vende mucho menos”.

Consideró que en el contexto de crisis, este modo por ahora “no ayuda mucho”.

“Lo estamos haciendo para estar en ejercicio, para no cerrar y no darnos por vencido, pero no se pueden pagar alquileres, ni luz, ni gas, porque no alcanza. Solamente para que los muchachos que trabajan lleven algo a sus casas. Los dueños no tenemos forma de ver ganancias”, explicó.

A lo largo y a lo ancho, todos los locales de comida tienen algún cartel en la puerta que promociona sus ventas puerta a puerta. Una salida para la supervivencia.

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