Varada y sin dinero; una puntana duerme en una carpa en Desaguadero
Hace más de 30 días que Claudia Fernández intenta regresar a su hogar, pero la Provincia no la autoriza. Desde el sábado está en uno de los puntos limítrofes sin plata para poder alimentarse ni abrigo.
"Es desesperante. Necesito que alguien me escuche y me dé una mano. No sé cuántos días voy a estar acá", contó en medio del llanto Claudia Fernández. Lleva un mes sin poder volver.
Desde el puesto limítrofe de Desaguadero, le contó a El Chorrillero que viajó a Mendoza para mejorar su salud y que ahora vive horas de angustia.
El 16 de marzo se había trasladado a la provincia vecina porque tres días más tarde tenía turno con un médico neurocirujano en el Hospital Italiano. Hace más de un año esperaba una operación cervical y debido a que en San Luis no tuvo respuesta, decidió buscarla afuera.
Tras acudir al centro de salud, el estudio se suspendió por las medidas que obligaron el avance del coronavirus en el país. "Ese día se cortaba la circulación y corrí a la terminal, pero ya no pude volver", recordó.
Desde entonces, una familia de San Carlos le dio albergue hasta que pudiera regresar a su hogar. Los días pasaron y el 6 de abril, la mujer de 52 años llegó hasta Desaguadero para intentar ingresar a San Luis. Sin embargo, no lo consiguió porque no tenía el permiso Gobierno y tuvo que volver a Mendoza.
Si bien, aseguró que ha completado el formulario en múltiples oportunidades, hasta ahora no tuvo respuesta.
El sábado, tuvo que dejar la vivienda en donde se estaba alojando porque "no tenía como aportar, ni dinero". Luego de eso, un hombre la llevó hasta el puesto de control, donde permanece actualmente.
"En este momento me encuentro sola. No tengo baño, ni ropa de abrigo. La carpa me la prestaron. Lo que sí me dan es agua caliente para el té", detalló para graficar cómo pasa las horas que ha debido pasar en el lugar.
La angustia también se replica en su esposo y los cuatro hijos que la esperan en San Luis. "Nunca me he ausentado tanto tiempo de mi casa. Están todos muy preocupados", transmitió.
La incertidumbre de Claudia se agrava por las condiciones climáticas y sus problemas cervicales: por ahora se acuesta en una bolsa de dormir y no cuenta con los medicamentos que suele consumir. "Trato de no hacer ningún movimiento raro porque es inaguantable. Me descompongo y siento vértigo", precisó.
Por otro lado, la mujer manifestó su conformidad con las medidas dispuestas por el Gobierno provincial, pero pidió que "dejen entrar a los que estábamos afuera".
"Yo vivo en el campo, ni siquiera tengo contacto con la gente. Solo con mi familia y una hija", añadió.
En este sentido, puntualizó que la Provincia le comunicó que las residencias de la ULP “están llenas” y que la opción para hacer la cuarentena ni bien llegue es alojarse en el Hotel Epic, donde debe pagar. "No me alcanza porque no tengo dinero", planteó.
Fernández agradeció a los efectivos de la Policía que se encuentran en el puesto limítrofe. "La guardia que estaba ayer, hoy me trajo comida, pero ya se fueron. En algún momento le podré retribuir", destacó.
Finalmente pidió que alguien la "escuche" para que pueda volver con sus afectos.