El Gobierno “acelera” ahora el ingreso de los varados y pagará la cuarentena en la cadena EPIC Hoteles
Hasta ahora los ciudadanos si querían entrar sin demoras recibían por mail la cotización del hotel y debían hacerse cargo de los gastos del alojamiento.
Tras las desmentidas, operativos de prensa y trastornos que sufrieron cientos de sanluiseños, el Gobierno salió a comunicar que “decidió acelerar” el regreso de puntanos varados generando más espacios para cumplir con la cuarentena obligatoria.
A partir del 2 de mayo se “ampliaron” los lugares del alojamiento a los hoteles de San Luis y Villa Mercedes de la cadena EPIC.
El gobernador Alberto Rodríguez Saá anunció esta noche que el costo correrá por cuenta del Estado que pagará $1.250 de alojamiento por día por persona y $500 la pensión completa diaria.
“Fue el que cotizó un precio menor, lo voy a transparentar absolutamente”, dijo el gobernador al justificar la elección de la empresa que tiene el monopolio de la explotación de la red casinos diseminada en la geografía provincial.
En varias oportunidades el Comité de Crisis del Gobierno respondió que tenía las residencias llenas y dio como alternativa a quienes deseaban entrar sin esperas las instalaciones de la cadena. En ese momento la opción estaba disponible con los gastos por cuenta del ciudadano. Recibían un mail con la cotización del hotel y tenían que confirmar si aceptaban.
“Para que los puntanos que se encuentran fuera de la provincia puedan volver a sus hogares lo más pronto posible, siempre respetando la logística y el operativo sanitario de acceso diagramado para evitar los riesgos de contagio y propagación del virus, es que se decidió acelerar el ingreso ampliando los lugares de alojamiento para realizar la cuarentena obligatoria”, consignó el comunicado oficial.
A partir de este sábado también se otorgará la pensión completa sin costo a quienes realicen la cuarentena en el complejo de la ULP.
En las últimas semanas decenas de puntanos gestionaron la vuelta sin éxito. Escribieron al Comité de Crisis desde las distintas ciudades que los sorprendió el aislamiento social y obligatorio y fundamentaron la necesidad de llegar a sus hogares. Muchos durmieron a la intemperie, en autos o carpas en los puestos limítrofes.
Un ejemplo de los casos extremos fue Claudia Fernández que sumó 30 días gestionando el pase sin lograrlo. Cuando se quedó sin dinero se vino hasta las fronteras y permaneció en una carpa.