La pandemia golpea con saña a Brasil y no da tregua en toda América Latina
Al menos 1.179 personas murieron por coronavirus en Brasil en las últimas 24 horas, el número de contagios avanza en Chile y las restricciones se mantienen o aumentan en otros puntos de América Latina, donde la pandemia no cede.
El nuevo coronavirus ya mató a 320.000 personas en todo el mundo y ha afectado a casi cinco millones de personas. Además, ha paralizado la vida de más de la mitad de la humanidad, ha hundido las economías y ha provocado un miedo a la vida en sociedad que tardará en desaparecer.
En Europa y en Asia la esperanza en recuperar poco a poco la vida normal convive con el miedo a una segunda ola, pero en América Latina y Estados Unidos lo peor puede estar aún por venir, según los expertos.
En 24 horas, Brasil registró 1.179 muertes por coronavirus, la peor cifra diaria desde el comienzo de la pandemia, que ha dejado hasta ahora 17.971 fallecidos en el país y más de 271.000 contagiados, según las cifras oficiales.
Brasil, donde viven 210 millones de personas, es el país más afectado de la región y el tercero más castigado del mundo en número de contagios después de Estados Unidos y Rusia. Sin embargo, la realidad podría ser mucho peor ya que las cifras oficiales son cuestionadas por los expertos, que apuntan que los números reales podrían ser hasta 15 veces superiores debido la escasez de tests de diagnóstico.
El pico de la pandemia está previsto para inicios de junio en el país, que ya registra más de la mitad de los más de 30.000 muertos en América Latina y el Caribe.
Aumento de contagios en Chile
Sao Paulo, el estado más rico y poblado de Brasil, es el epicentro de la enfermedad, con 65.995 casos y 5.147 muertos. Le sigue Rio de Janeiro, con 3.079 decesos y 27.805 contagios.
En estados del norte y el noreste, como Ceará, Amazonas y Pernambuco, la propagación de la enfermedad provoca situaciones dramáticas y asfixia los sistemas de salud.
Pese a esta situación, el presidente Jair Bolsonaro sigue oponiéndose a las medidas de cuarentena y aislamiento social implementadas en varios estados y ciudades del país.
En pocas semanas, dos ministros de Salud han dejado el cargo por diferencias con Bolsonaro sobre la gestión de la pandemia. En este momento, el ministerio de Salud está dirigido por el general Eduardo Pazuello.
El mandatario dijo el martes que se va a recomendar el uso de la cloroquina, empleada para combatir el paludismo, “a partir de los primeros síntomas” de coronavirus pese a las reticencias de las autoridades sanitarias internacionales sobre su uso en enfermos de COVID-19.
Como referencia, Bolsonaro citó que el mandatario estadounidense, Donald Trump, también toma cada día de manera preventiva un comprimido de hidroxicloroquina.
En Chile, el número de contagios diarios aumentó de manera impresionante y llegó a 3.520. El país se acerca a los 50.000 casos, de los que al menos 509 murieron.
El ejército está presente en las zonas vulnerables de Santiago donde la víspera, un centenar de personas se enfrentó a la policía mientras pedían comida y trabajo en medio de una cuarentena total.
“Tenemos hambre”, “necesitamos trabajar, necesitamos que llegue algo de ayuda”, se escuchaba entre vecinos de los barrios más vulnerables de Santiago.
En la capital, más de 90% de las camas de cuidados intensivos están ocupadas y las autoridades han optado por trasladar pacientes a otras provincias del país.
“Estamos en un momento muy complejo, muy difícil, con mucha preocupación ciudadana”, dijo el ministro de Salud, Jaime Mañalich, en un mensaje para dar el último balance en un tono que reflejó angustia.
En Argentina, la ciudad de Córdoba, la segunda del país, con 1,4 millones de habitantes, tuvo que dar marcha atrás a la flexibilización de la cuarentena tras detectarse un fuerte aumento de personas contagiadas con COVID-19, informaron las autoridades. En el país hay 8.358 personas contagiadas y se registraron 384 muertes por coronavirus.
En Venezuela se extendió el toque de queda en frontera con Brasil y Colombia ante un repunte de casos, y Colombia decidió extender hasta el 31 de mayo el confinamiento.
La Organización Panamericana de la Salud alertó sobre el impacto “desproporcionado” de la pandemia en indígenas y mujeres en las Américas, situándolos entre los grupos vulnerables que instó a proteger.
Además del coste humano, la pandemia de COVID-19 provocaría una contracción del 5,2% del PIB este año en la economía de América del Sur, según el último informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
El martes, los países del Foro para el Progreso de América del Sur (Prosur) acordaron unir esfuerzos para reactivar la economía, promover el empleo y la inversión.
Escuchar el sonido de las olas
Los países desarrollados tienen “lecciones” que aprender de las “medidas preventivas valientes” tomadas por algunos países africanos para contener la propagación de covid-19, aseguró el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
Africa registra unos 88.000 infectados y menos de 3.000 muertes, cifras muy inferiores a las funestas previsiones trazadas para la región al inicio de la pandemia. Pero según Guterres la COVID-19 agravará la pobreza extrema, la desnutrición y la vulnerabilidad ante otras enfermedades de los habitantes del continente.
En Europa, donde la pandemia mató a 168.000 personas, los balances de decesos diarios bajan y poco a poco se van levantando las restricciones.
En España, en las playas de Barcelona, que estaban abiertas algunas horas para hacer deportes, se amplió el horario el miércoles y se autorizaron también los paseos en la arena, aunque no está aún permitido el baño.
“Es como un premio, no me lo puedo creer”, dice Adriana Herranz, de 33 años. “Hacía dos meses que no veía el mar (…) Escuchar el sonido de las olas, pasear un poco por la playa… teníamos muchas ganas”, explica también Helena Prades, una psicóloga de 43 años.
Poco a poco los países europeos van a abrir sus fronteras a los turistas de la Unión Europea con el ánimo de reactivar este sector clave para sus economías.
Igual ocurre en Asia, continente donde brotó la pandemia en diciembre, en la ciudad china de Wuhan. Este miércoles en Corea del Sur, cientos de miles de estudiantes regresaron a las escuelas después de un parón de más de dos meses.
En Estados Unidos, el país más afectado por la pandemia, se superarán las 113.000 muertes provocadas por el nuevo coronavirus a mediados de junio, según cálculos publicados el martes por el Centro de Pronóstico COVID-19 de la Universidad de Massachusetts.
El país registra más de 1,5 millones de contagios y 91.845 decesos.
Mientras los balances se agravan, laboratorios y científicos de todo el mundo trabajan en la fabricación de una vacuna o un medicamento que permita volver a salir a las calles sin miedo aunque habrá que esperar varios meses para tener un remedio seguro.