Mujeres puntanas salieron a las calles para recordar la primera marcha #NiUnaMenos
El aislamiento social, preventivo y obligatorio no fue ningún impedimento para que organizaciones feministas y autoconvocadas exigieran este miércoles el avance de políticas públicas para combatir la violencia de género.
El 3 de junio del 2015 se llevó a cabo la primera marcha #NiUnaMenos. Fue una multitudinaria manifestación donde miles de mujeres salieron a las calles para gritar “basta de femicidios, travesticidios y transfemicidios” en diferentes puntos de la Argentina.
Hoy, cinco años, los reclamos continúan. Las cifras por los asesinatos siguen siendo alarmantes en el país, y ese fue uno de los motivos para volver a protestar.
Entre 40 y 50 personas se acercaron hasta la Plaza Pringles de la capital puntana bajo las históricas consignas: más presupuesto para la prevención de la violencia de género, justicia por las mujeres asesinadas y por el aborto legal, seguro y gratuito.
Sin embargo esta vez la manifestación se dio en un contexto diferente: plena cuarentena por el coronavirus. La mayoría de las asistentes llevó barbijos, se respetó (en cierta manera) el distanciamiento social, y tuvieron en cuenta la terminación de DNI para participar.
Acudieron organizaciones feministas como Mumalá y la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Regional San Luis, el gremio de la Asociación de Docentes Universitarios (ADU) y el Movimiento Libres del Sur, más autoconvocadas.
“Nos hubiese gustado que se pueda generar algo como el año pasado, pero, más allá de eso, queríamos seguir visibilizando todas las luchas y todos los reclamos. Queremos que se generen políticas publicas tendientes en la erradicación, prevención y asistencia de la violencia de género en todo el país”, manifestó la miembro de Mumalá y concejal capitalina, Ailén Chaine.
En lo que va del 2020 ya se registraron 124 femicidios y desde el 2015 se acumulan 1440 muertes, según el Observatorio Nacional de la misma agrupación. “Los casos de violencia y las denuncias aumentaron en los últimos meses”, puntualizó Chaine en declaraciones a El Chorrillero.
A lo largo del breve recorrido que hicieron por el microcentro, mostraron carteles y pancartas, incluso, pidiendo el esclarecimiento del caso de Florencia Morales, quien murió durante la cuarentena en una celda de la comisaría de Santa Rosa. También pidieron por Mónica Ramos, justo en el día del tercer mes de su asesinato.
A la realidad local se le suma el escándalo más reciente que involucra al senador provincial por el Frente Unidad Justicialista Ariel Rosendo, por violencia de género contra su ex pareja.
Luego de faltar a dos sesiones consecutivas, este martes el cuerpo le otorgó a Rosendo una licencia con goce de haberes por 30 días.
Pese a la gravedad de los hechos, el Gobierno provincial no habla del tema y la secretaría de la Mujer, Diversidad e Igualdad sigue manteniéndose en silencio.
Este medio le consultó a Chaine y lo consideró un “hecho insólito”.
“Tendrían que respaldar a la víctima. El senador sigue teniendo los mismos privilegios que cuando estaba en su función a pensar de no estar yendo a las sesiones. Tendría que renunciar o que se le produzca el desafuero para que la Justicia pueda actuar plenamente”, agregó.