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La industria de San Luis en rojo: “Las consecuencias serán mucho peores que en el 2001, por lejos”

Las empresas están operando a la mitad de la capacidad que poseen y las ventas cayeron entre un 30% y 60%. Desde el sector advierten un futuro oscuro de no tomar medidas a corto plazo.

Parque Industrial Sur.
Actualizada: 21/06/2020 23:48
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Por Julián Pampillón

El panorama para las industrias de San Luis no es nada alentador. La crisis desatada por la pandemia del coronavirus y la consecuente cuarentena, impactó de lleno en un sector que traía consigo 24 meses de recesión.

En la actualidad y con más de 90 días de aislamiento más el distanciamiento social, preventivo y obligatorio en sus espaldas, las fábricas puntanas operan entre un 45% y un 50% de la capacidad instalada.

El presidente de la Cámara de la Industria, Eduardo Mirengo trazó un panorama en declaraciones El Chorrillero: “Creo que estamos en una situación que hace muchísimos años no se veía. Las consecuencias que habrá de todo esto serán mucho peores que las del 2001, por lejos. La recuperación de aquel año fue rápida pero en esta ocasión será todo lo contrario, de una manera más plana”.

Lo cierto es que es que los problemas para la actividad se ven reflejados en todos los rubros, aunque con diferente impacto.

Actividades como la textil, por ejemplo, lograron reconvertirse y por proporcionar barbijos o sábanas para el sistema sanitario, al igual que los fabricantes de colchones.

“Si bien algunas tuvieron de alguna manera otra suerte, el resto está muy mal como quienes viven de la construcción, sector que está totalmente paralelizado al no haber obra pública”, puntualizó.

A nivel nacional, la Unión Industrial Argentina (UIA) dio cuenta que el 80% de las empresas están operativas, en tanto que en San Luis, en plena etapa de distanciamiento, “prácticamente todas funcionan”, dijo Mirengo.

Ahora, en la provincia los industriales debieron afrontar otros inconvenientes a la hora de retomar los trabajos. Vieron complicaciones en llegada de materia prima debido a los controles delineados por el Gobierno.

Según contó el dirigente, muchos transportistas y compañías de diferentes puntos del país “no quieren venir a San Luis”, pese a que se haya agilizado, de cierta manera, el ingreso de camioneros hace unos 10 días.

“Nos reunimos con el Comité de Crisis para plantear las dificultades y se llegó a un acuerdo donde el chofer pueda descargar o cargar custodiad haciendo una breve parada en el Autódromo Rosendo Hernández”, manifestó.

Otros de los puntos que destacó es el problema que vienen trayendo en el pago de los salarios (y ahora el aguinaldo). Si bien muchos acudieron al programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP) de la Nación, “fueron pocos los que llegaron a recibir la ayuda”.

Datos oficiales indican que en la provincia fueron beneficiadas 2094 empresas con un monto total de $401 millones destinados a 19.125 empleados.

En cuanto a la continuidad del programa, la administración del presidente Alberto Fernández confirmó que la cobertura del 50% de los sueldos, solo se mantendrá para sectores en estado crítico. Esto dejaría afuera a las radicadas en San Luis.

“Los ATP son muy importantes, entendemos que es un contexto difícil también para el Gobierno nacional, pero necesitamos una mano”, dijo y añadió: “Me parece que estamos muy abocados al tema salud pero nos estamos olvidando del económico. No es que no nos interesa la salud, todo lo contrario, pero si una fábrica cierra no abre más y los trabajadores terminan en la calle”.

En esta línea detalló que, si bien solicitaron una ayuda económica al Comité de Crisis provincial (como la reducción de Ingresos Brutos), todavía no reciben respuestas.

Más allá que en la entidad todavía no fueron informados sobre cierres o despidos, sí reconoció suspensiones, demoras en los pagos y acuerdos con los diferentes sindicatos para el abono parcial de los haberes.

En los últimos días, por ejemplo, hubo manifestaciones de empleados de Arcor en capital y Villa Mercedes para que se otorguen la totalidad de los salarios a los empleados que son grupo de riesgo, más un aumento.

“Nadie quiere despedir gente, pero vos tenés leyes como la prohibición de despidos, la doble indemnización y son costos que al industria tiene que pagar. Y a este ritmo muchas van a terminar con un llamado a convocatoria o en la quiebra”, aseveró.

“Pese a todo lo que estamos viendo hay que rescatar es que los obreros están muy concientizados, porque entiende la situación y que si no ponemos todos el hombro, nos va a ir mal a todos”, finalizó

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