X

Un testigo dijo que Vílchez y Oliveira Pereira le ofrecieron participar del crimen de Romina Aguilar

Un taxista apuntó contra dos de los imputados. Dijo que le propusieron dinero para llevarlos a “matar a alguien”. Señaló que los hombres habían manifestado que la orden era responsabilizar al ex intendente de La Calera. Denunció amenazas de un hombre vestido de policía, y que todavía tiene miedo.

El debate oral entró en la etapa final.
Actualizada: 26/06/2020 13:44
PUBLICIDAD

A pocos días de cumplirse 53 meses del homicidio de Romina Celeste Aguilar (32), el debate oral entró en la etapa final. Durante este jueves se desarrolló la penúltima testimonial y fue una de las más relevantes en la causa que tiene como acusados a Diego Hernán Lorenzetti, Cristian Leandro Vílchez y Edivaldo de Oliveira Pereira.

La audiencia se llevó delante de forma mixta. En el Poder Judicial participó el Tribunal (José Luis Flores, Silvia Inés Aizpeolea y Jorge Sabaini Zapata), la fiscal Carolina Monte Riso, y parte de la defensa Marcos Juárez (Lorenzetti) e Iván Coria (Oliveira Pereira). Desde la cárcel lo hicieron los acusados junto a los abogados Jorge Sosa (Vílchez) y Olga Allende (Oliveira Pereira).

Pese a los inconvenientes técnicos, las partes escucharon con atención la declaración de Luis Carlos Blatter, un taxista que en la etapa de instrucción reconoció a Vílchez y Oliveira Pereira como participes del crimen. Y desligó la responsabilidad del ex intendente de La Calera, y entonces pareja de Aguilar.

En el comienzo relató que 20 o 30 días antes del crimen estaba trabajando un fin de semana y un grupo de pasajeros le hizo seña en el boliche Terraneo, en la avenida Illia y Falucho. “Me indican hasta el barrio José Hernández”, recordó, y puntualizó que se trataba de cuatro personas. Una de ellas viajó adelante y las demás atrás.

“El que iba a mi lado me pide subir el volumen para que se escuchara mejor. Iban charlando entre ellos. (…) Cuando llegamos me pide, por la buena onda que tuve, la tarjeta para hacer otro viaje. Me pagan y me voy”, detalló. Aseguró que no dijeron nombres o apodos.

Agregó que días después el mismo joven lo contactó para que fuera hasta la calle Falucho pasando la autovía, en un descampado del Barrio José Hernández. “Le dije que me liberaba en unos 20 minutos e iba para allá”, refirió.

Oliveira Pereira y Allende.

En ese momento le consultó “si estaba dispuesto a hacer un trabajo” por el cual le pagarían $10 mil. “Le pregunté de qué se trataba y me dijo que cualquier cosa me avisaba”, añadió.

Blatter transmitió que a los tres días volvió a llegarle un mensaje para que acudiera al mismo lugar donde se encontró con tres personas. Allí volvieron a proponerle el “trabajo” y ante la consulta le explicaron: “Vos tenés que llevarnos a un lugar (la placita del Barrio Faecap). Sólo llevarnos, esperarnos ahí y nos volvés a traer”.

Tras la insistencia para conocer de qué se trataba le habrían confesado que era para “matar a una persona”, aunque él no tendría participación.

“Si algo nos pasa, el señor Leyes nos va a sacar, hay que culparlo a Lorenzetti que él planeó todo”, dijo que le subrayaron las personas.

El remisero señaló que desconocía ambos nombres, se negó a hacerlo y le ofrecieron $30 mil: “Les dije que no y me amenazaron con que si decía algo me iban a matar. Sabían mi número de licencia de taxi y dónde vivía. De ahí nunca más los vi”.

Seguidamente expuso que adjudicó el hecho a “una broma” o la intención de un robo. La opinión habría cambiado cuando se enteró de la muerte de Aguilar.

“Nunca me había pasado algo así, una propuesta así. Cuando veo las noticias me doy cuenta que eran esas personas”, aseguró.

Diego Lorenzetti.

Advirtió que luego de que el hecho se hiciera mediático identificó a Vílchez como el hombre que le había ofrecido el trabajo y era el que iba adelante en el primer viaje, pero indicó que “el otro chico” era el que “llevaba el mando”.

“Si yo no hubiera visto las fotos después, no me habría dado cuenta”, resaltó.

“Desde que me citaron a la muerte habrán pasado 20 o 30 días. Fechas no me acuerdo. Si quisiera mentir me hubiera puesto a leer la declaración que hice”, aseveró.

A su vez, dijo que le contó lo sucedido a un periodista conocido, quien le recomendó acudir a la Justicia: “Esa es la única verdad porque me presenté a hablar”.

El hombre rememoró que se dirigió a Tribunales para dar a conocer la situación. En ese 15 de marzo ofreció su teléfono para que pudieran leer los mensajes, pero no lo aceptaron y se comprometieron a llamarlo. A los días, declaró ante el juez Sebastián Cadelago Filippi.

Frente al Tribunal el hombre reveló que en medio de ambas testimoniales sufrió “el susto más grande” de su vida. Fue cuando en la intersección de avenida Lafinur y 9 de Julio lo paró un pasajero para que lo llevara hasta el Barrio San Martín. En la calle Brasil “había otro chico parado que tenía una campera de la Policía”.

“Suben al auto y me amenazaron. Me tuvieron por lo menos 40 minutos. Dijeron que no me iban a matar, pero tenía que dejar de hablar y siguieran los que estaban culpables. Me puteaban y pegaban piñas por el costado. Me gatillaron como tres o cuatro veces en la cabeza”, recordó. También mencionó que le quitaron el teléfono y borraron las conversaciones.

Vílchez y Sosa.

A raíz de ello, según expresó, su vida “cambió” y fundamentó por qué: “No me ofrecieron ayuda. Declaré y a los cinco minutos estaba mi nombre en todos lados. Me pasó de todo. Me dejaron sin trabajo por lo que pasó. Yo solamente quería contar lo que había vivido”.

Al mismo tiempo sostuvo que debió cambiarse de domicilio en tres oportunidades y cada vez que necesitó hacer un trámite ante la Policía los “de un día demoraban cuatro”, “se perdían expedientes” o “les mostraba el documento y era algo malo”.

El taxista hizo énfasis en que no conoce a ninguno de los imputados ni tampoco ha viajado a La Calera.

Además, transmitió el temor que atravesó durante estos años: “Han sido los peores. Tengo que salir a la calle porque si no, no como. Hoy cuando venía pensé que me iban a matar”.

“No sé si lo que me dijeron era verdad. Solo digo mi verdad. Yo solo cuento lo que viví, sin conocer a nadie. Sólo quise hacer una obra de bien”, continuó.

Asimismo pidió disculpas al Tribunal por los inconvenientes que tuvieron a la hora de citarlo a declarar: “No quería dar mi domicilio, pensé que era la única forma de protegerme”.

Ante las consultas de los letrados descartó haber tenido algún vínculo con el anterior abogado de Lorenzetti, Rafael Berruezo, y que le propusieran algún tipo de protección o recompensa.

Al final su testimonial, Flores lo instó a que denuncie cualquier hecho que le haga tener miedo por su vida: “Sepa que mantener el silencio en situaciones como esa favorece el poder de quien lo puede amenazar”.

Cómo sigue el debate

Blatter fue la penúltima persona citada por los jueces. Sólo resta que comparezca Claudio Orozco, a quien no han logrado contactar durante el transcurso del juicio. El hombre era un entrenador de fútbol infantil de Nogolí y de La Calera, con quien el ex jefe comunal habría cruzado mensajes relacionados al supuesto encargo del crimen.

Por eso, en la audiencia del próximo lunes concurrirán a Tribunales los tres imputados a fin de ampliar su declaración indagatoria. Lorenzetti fue el primero en solicitar hacer uso de su derecho. Vílchez y Oliveira Pereira habían propuesto efectuarlo al finalizar las testimoniales.

Flores planteó la intención de que el proceso concluya a la brevedad por el tiempo que ha demandado y porque la fiscal Monte Riso está propuesta para integrar el Superior Tribunal de Justicia. Como consecuencia, su lugar quedaría vacante.

En paralelo a ello, las defensas podrán analizar las pruebas y el material tecnológico como cámaras de seguridad o pericias de celulares. Y luego tendrán que realizar los alegatos para la posterior sentencia de los jueces.

Si el desarrollo sigue su curso habitual, el veredicto podría darse antes de la feria judicial que inicia el 8 de julio.

PUBLICIDAD

EN PORTADA EL CHORRILLERO

SUBIR