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En Santa Rosa del Conlara los comerciantes se movilizarán en contra de la fase 1

La convocatoria abarca a los pequeños y medianos comerciantes que habían sobrevivido la crisis de la pandemia. La concentración será mañana en la plaza principal del pueblo.

Noticia captura ANSL
Actualizada: 07/07/2020 09:10
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“No al cierre de nuestros negocios, no a la fase 1”. De ese modo los comerciantes de Santa Rosa del Conlara comenzaron a hacerse oír el día después de un comunicado del Gobierno que trajo más dudas y desparramó disconformidad en los pueblos del norte puntano.

El domingo, Alberto Rodríguez Saá salió a decir que el vecino de Tilisarao “era un positivo leve de coronavirus” con pocas posibilidades de contagio. El día anterior, por ese mismo caso puso a toda la provincia en aislamiento obligatorio.

El paciente fue sometido a dos nuevos test, y ambos le dieron negativo. Esa situación puso al Gobierno detrás de una tela de incertidumbre y las reglas del juego volvieron a cambiar.

Pese a los resultados, Gilberto Bongiovanni está aislado en el Hospital “Madre Catalina” de la Villa de Merlo. Las 28 personas que mantuvieron un contacto estrecho con él también fueron sometidas a los análisis, pero todas las muestras fueron descartadas: no están contagiados.

De todos modos, desde el domingo el Gobierno decidió poner en zona roja a 25 localidades de los departamentos Ayacucho, Chacabuco, Junín, Pedernera, San Martín y Pringles.

La noticia generó un rechazo inmediato en Merlo, y hoy también sacudió la tranquilidad de Santa Rosa del Conlara. Las dos ciudades, aunque en diferente medida, son turísticas y están separadas por unos 10 kilómetros.

Los vecinos de Santa Rosa no quieren volver a la fase 1, no porque estén en contra de las medidas sanitarias que son la barrera para prevenir el contagio de coronavirus, sino por las dudas que generó un caso positivo de Covid-19 que merece absoluta claridad y rigor.

No quieren volver a la época del desabastecimiento, “del principio”, cuando había que pagar fletes hasta el Aeropuerto para buscar la comida, pagar dos peajes, gastar y gastar, porque no había otra forma de atoabastecer a toda la población. Los negocios llegaron a quedarse sin lácteos y sin fiambres. Estaban en medio del campo pero faltaban hasta los huevos.

Hoy, Santa Rosa del Conlara “no son más las cuatro casitas de la esquina”, como dicen algunos vecinos que contactó El Chorrillero. Ya saben lo que es estar aislados, con casi nada y “cuidándose entre todos”. En un momento, como seguramente pasó en otros pueblos, su gente no tenía opciones: se compraba lo que había.

Ahora que para los comerciantes “la cosa se encaminaba” y muchos habían comenzado a estabilizar sus economías, de un día para el otro tienen que volver atrás.

“Necesitamos trabajar, con las medidas de prevención que corresponden, como lo hicimos todo este tiempo en el que la población tomó conciencia, en el permanente uso del tapaboca y cuidando el distanciamiento. Aprendimos a cuidarnos solos, teniendo muy cerca la ciudad de Villa Dolores, donde la situación es alarmante, y sin controles en los caminos. Así, con todos los miedos estábamos en una fase 5”, dijo una de las fuentes consultadas.

“Con este caso tan incierto, sin información, que de repente es positivo, que después no. Creo que no nos merecemos esto”, contó Belén, comerciante de la localidad.

Noticia captura ANS. Los vecinos advirtieron que Santa Rosa no está en el mapa.

Durante la conferencia del domingo, Rodríguez Saá mostró una imagen para graficar cómo se había delimitado la zona roja, en el norte provincial por las rutas N°20, N°2 y N°10. Que Santa Rosa estuviera borrada del mapa no fue un dato sin relevancia para los habitantes, sino todo lo contrario: lo advirtieron de inmediato. “Es seguir maltratándonos, en medio de un caso donde la información no es certera, donde te meten en la misma bolsa, nos indigna mucho”, planteó otra fuente.

La protesta que harán los comerciantes de Santa Rosa está destinada a “todos los que se sientan afectados” en el desarrollo de la economía. Y se movilizarán en la Plaza Pringles, frente a la Municipalidad, a las 10:30.

La crisis de la pandemia afectó a una zona que en verano vive mucho de turismo. Como el sector está frenado por la pandemia, son varias las familias que emprendieron diferentes proyectos para sobrevivir, por ejemplo comidas caseras y delivery.

Con el aislamiento que rige desde anoche, los habitantes deben cumplir las normas del comienzo. Los negocios esenciales solo pueden atender hasta las 19, de lunes a viernes.

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