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“Disconformidad generalizada” de los comerciantes en Tilisarao por la fase 1

Este martes se habían convocado para protestar en contra de la decisión de volver atrás, pero una reunión convocada un rato antes por el intendente frenó todo.

Foto gentileza
Los comerciantes de Tilisarao quieren seguir trabajando.
Actualizada: 07/07/2020 22:42
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Todo estaba listo para que a media mañana de este martes los vecinos de la localidad se reunieran en la plaza para protestar contra la última medida adoptada por el Gobierno. Como ya lo hicieron en Merlo y Santa Rosa, los comerciantes de Tilisarao quieren seguir trabajando y no están en contra de las medidas sanitarias; están en contra de bajar otra vez las persianas.

Desde el sábado por la noche, Tilisarao está en el ojo de la tormenta. Cuando el gobernador Alberto Rodríguez Saá anunció que un vecino de ese pueblo había dado positivo de Covid-19, y que además había recorrido toda la provincia por su profesión de tambero, el pánico se instaló en todos lados. Y por ese caso se decretó que todo San Luis debía volver a la fase 1.

Pero Gilberto Bongiovanni dio negativo en dos test posteriores que le hicieron este domingo, y al menos 28 personas que mantuvieron contacto estrecho con él y que ya fueron analizadas, no están contagiadas con el virus. El paciente fue informado por el Comité de Crisis como un “positivo leve”.

En medio de las dudas que planteó el Comité de Crisis, es que los pueblos comenzaron a movilizarse. “No hay información certera, las primeras horas nos duró el pánico, después solo tenemos bronca”, dijo Luis, el dueño de un comercio de Tilisarao.

“Disconformidad generalizada” de los comerciantes en Tilisarao por la fase 1. (Foto: Radio G)

Como el principio, en el inicio de la cuarentena, solo pueden funcionar los locales esenciales, hasta las 19. La fase 1 rige desde el domingo en una zona roja que delimitó el Gobierno y que abarca a 25 localidades.

La movilización de esta mañana quedó en la nada porque un rato antes del horario previsto hubo una reunión en la Municipalidad. El intendente Jorge Fernández contactó a un grupo de comerciantes y los llamó. El encuentro se concretó y se pusieron paños fríos a la situación.

Sin embargo, hay otro grupo de comerciantes que se sintió al margen y no del todo representado.

“Van a seguir las actividades esenciales y en el caso de mi rubro que es la boca de cobro de impuestos. Seguiremos trabajando con el protocolo de seguridad y a la espera de que se pueda seguir flexibilizando”, contó Juan Carlos Muñoz, en declaraciones a Radio G.

El comerciante explicó que del encuentro participaron varios propietarios de negocios de diferentes rubros. “Como se pudo dialogar y sacarnos las dudas no hubo movilización, en lo particular creo que esto fue mejor”, explicó Muñoz.

También se habló que hay 20 testeos realizados a personas del pueblo, de los cuales se está esperando resultado. Que se flexibilicen otros sectores dependerá de eso.

“Nos toca a todos los comerciantes, algunos apenas habíamos podido abrir y ahora tienen que volver a cerrar”, dijo el dueño de una panadería. “El problema que se plantea es que los repartidores no quieren venir al pueblo, porque tienen miedo, se creó una psicosis que ahora nos perjudica. Tengo harina solo para un día más”, agregó el comerciante.

También contó que en todo este tiempo los vecinos han tenido una gran responsabilidad en el cuidado y respeto a las normas de prevención; como el uso de tapabocas y el distanciamiento social: “Todos esperando en la calle, respetando el ingreso de a una sola persona, sin decir nada. Nosotros somos los primeros en no querer contagiarnos, y si realmente hay un caso que nos pone en riesgo no vamos a oponernos a nada. Pero acá estamos viendo que no hay fundamentos”.

También analizó: “Ya sabemos que esta enfermedad llegó para quedarse, que vamos a tener que convivir con ella, como están haciendo en Córdoba. Pero si nos encerramos así, no creo que sea el mejor camino. No estoy de acuerdo con los extremos. Hay que seguir concientizando en acostumbrarse al barbijo, al distanciamiento, a no compartir más el mate, y otras cosas que deberán cambiar”.

“Empezamos a abrir, a normalizar los horarios y podíamos atender hasta las 22, ahora tenemos las puertas cerradas”, contó por su parte Matías, que tiene un local de repuestos y servicios de refrigeración.

Consideró que el caso de Bongiovanni trajo miedo, pánico, y ahora incertidumbre: “Quién no había estado en contacto con él o con las personas que habían estado con él. Son gente conocida, si bien su campo está entre Tilisarao y Concarán, viene mucho por acá. Todas las localidades están muy hermanadas. Ahora todas están cerradas”.

Todos están a la espera de que pronto vuelvan a la normalidad: “Que podamos trabajar para poder empezar a mover la mercadería”.

Jorge, dueño de un mercadito y como otros tantos su servicio es esencial y solo ha tenido que reducir los horarios de atención. “Los ánimos del pueblo están por el piso, más allá de esta decisión, estamos esperando que pasen los días para saber si hay contagiados, por ahora solo nos queda eso”, contó.

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