Una prueba del sueño no invasiva puede ayudar a diagnosticar y predecir la demencia en adultos mayores
La demencia es un problema creciente para las personas a medida que envejecen, pero a menudo no se diagnostica.
Ahora, los investigadores del Hospital General de Massachusetts (MGH) y el Centro Médico Beth Israel Deaconess han descubierto y validado un marcador de demencia que puede ayudar a los médicos a identificar a los pacientes que tienen la afección o que están en riesgo de desarrollarla, según publican en la revista ‘JAMA Network Open’.
El equipo creó recientemente el ‘Brain Age Index’ (BAI), un modelo que se basa en la inteligencia artificial y un gran conjunto de datos del sueño para estimar la diferencia entre la edad cronológica de una persona y la edad biológica de su cerebro cuando se calcula a través de mediciones eléctricas (con un electroencefalograma o EEG) durante el sueño. Un BAI más alto significa una desviación del envejecimiento normal del cerebro, lo que podría reflejar la presencia y gravedad de la demencia.
"El modelo calcula la diferencia entre la edad cronológica de una persona y la edad de su actividad cerebral durante el sueño, para proporcionar una indicación de si el cerebro de una persona está envejeciendo más rápido de lo normal", explica el autor principal M. Brandon Westover, investigador del Departamento de Neurología del MGH y director de Ciencia de Datos del MGH McCance Center for Brain Health.
"Este es un avance importante, porque hasta ahora sólo ha sido posible medir la edad cerebral utilizando imágenes cerebrales con resonancia magnética, que son mucho más caras, no son fáciles de repetir y son imposibles de medir en casa", añade Elissa Ye, primera autora del estudio y miembro del laboratorio de Westover, quien señala que las pruebas de EEG del sueño son cada vez más accesibles en los entornos de laboratorio no relacionados con el sueño, utilizando tecnologías baratas como cintas para la cabeza y electrodos secos de EEG.
Para probar si los valores altos de BAI obtenidos a través de mediciones de EEG pueden ser indicativos de demencia, los investigadores calcularon los valores de 5.144 pruebas de sueño en 88 personas con demencia, 44 con deterioro cognitivo leve, 1.075 con síntomas cognitivos pero sin diagnóstico de deterioro y 2.336 sin demencia.
Los valores de BAI aumentaron en todos los grupos a medida que aumentaba el deterioro cognitivo y los pacientes con demencia tenían un valor promedio de aproximadamente cuatro años mayor que los que no tenían demencia. Los valores de BAI también se correlacionaron con las puntuaciones neuropsiquiátricas de las evaluaciones cognitivas estándar realizadas por los médicos antes o después del estudio del sueño.
"Debido a que es bastante factible obtener múltiples noches de EEG, incluso en casa, esperamos que la medición del BAI algún día se convierta en una parte rutinaria de la atención primaria, tan importante como medir la presión arterial –confía la coautora principal Alice D. Lam, investigadora del Departamento de Neurología del MGH–. BAI tiene potencial como herramienta de detección de la presencia de una enfermedad neurodegenerativa subyacente y como seguimiento de la progresión de la enfermedad".