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A 14 años de la tragedia del colegio Ecos, condenaron por homicidio al chofer del micro que llevaba a los alumnos

El 8 de octubre de 2006 murieron nueve chicos y una profesora que venían de hacer tareas solidarias en El Impenetrable. La causa estuvo a punto de prescribir.

Fue la Corte Suprema de Justicia de la Nación la que el año pasado ordenó reabrir la causa.
Actualizada: 08/10/2020 12:33
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La noticia llegó apenas horas antes de que se cumplieran 14 años de aquel fatídico día. Este miércoles, después de idas y vueltas procesales que pusieron la causa al borde de la nada, la Justicia de Santa Fe condenó a Oscar Eduardo Atamañuk, el chofer que sobrevivió a la tragedia de Ecos, a la pena de tres años de prisión en suspenso, como responsables de homicidio múltiple culposo. No irá a prisión, pero deberá hacer tareas comunitarias y tendrá prohibido conducir vehículos durante los próximos cinco años, según el fallo al que accedió Infobae.

Fue la Corte Suprema de Justicia de la Nación la que el año pasado ordenó reabrir la causa, tras una apelación del fiscal de Estado de Santa Fe. Si no, el caso hubiera quedado en la nada, porque los tribunales provinciales habían dictado la prescripción de la causa: el cierre por el paso del tiempo.

Ahora, el tribunal Pluripersonal del Colegio de Jueces de la Cámara de Apelación en lo Penal de la Cuarta Circunscripción de Vera, en nombre del Poder Judicial de la provincia de Santa Fe, firmó la condena de Atamañuk. En un fallo al que accedió Infobae, los jueces Eduardo Alberto Bernacchia, Carlos Damián Renna y Jorge Andrés entendieron que correspondía aplicar la figura de homicidio culposo. Para la Justicia, está claro que no buscó la muerte de nadie, pero tuvo una "conducta imprudente” y cometió “la infracción al deber de cuidado -al invadir el carril contrario”.

“Que haya un fallo después de 14 años es una sensación rara”, dijo a Infobae Diego Molina, ex esposo de la docente que acompañaba a los chicos y que falleció en el accidente. “Podemos decir que se cierra una etapa, pero ¿justicia? Cuando llega tarde, no es justicia”, acotó a este medio Carlos Ecker, papá de uno de los chicos.

Es que, según explicó, “nunca buscamos que este hombre fuera preso, pero sí queríamos desde el primer día que le sacaran el registro. En todos estos años, ningún no solo tuvimos absoluciones, condenas con olvidos y el sabor amaro de que la causa prescriba. Y a lo largo de todo este proceso ningún juez tuvo la hombría de sacarle el registro. Es decir: un asesino al volante estuvo manejando 14 años y tuvo una remisería”.

Por su parte, Sergio Kohen, también padre de una de las víctimas y una suerte de vocero del grupo, expresó ante Infobae que “más allá del timming” de la Justicia para este veredicto, el fallo “viene a echar una pizca de luz tras casi una década y media de trámite judicial sobre la cadena de negligencias que derivara en la tragedia”. Sostiene la figura de homicidio y sube de dos años y medio a tres la sentencia original. Pero además le prohíbe al acusado seguir al frente de un volante por cinco años. Es que, aunque pareciera “inverosímil” y “sentido común”, el “corresponsable" de estas muertes seguía “alegremente manejando a gusto y piaccere por las calles y rutas de nuestro país”.

Tras resaltar que “la condena en suspenso a cárcel por 3 años, y la inhabilitación para conducir por 5 años son sólo un eslabón en la cadena de responsabilidades", Kohen afirmó: “La corrupción en el manejo de la infraestructura, la falta de controles preventivos sostenidos, la negligencia de quienes conducen, el uso del alcohol mientras se conduce, la ausencia de educación vial, y finalmente la pobre performance de la Justicia, que casi nunca sanciona a los responsables, y si lo hace se toma décadas en realizarlo, forman un cóctel que presagia la continuación de esta otra pandemia”.

Los padres de las víctimas creen que en la causa hubo responsabilidades que siguen impunes. “La Policía que dejó circular al camionero, la estación de servicio que le vendió el alcohol y lo dejó irse cuando estaba totalmente borracho, el del peaje que no avisó… Quisimos acusar al entonces ministro de Transporte Ricardo Jaime, a su segundo y al responsable de las concesiones viales, Claudio Uberti, que dijo como arrepentido (en la causa de los cuadernos) que recibía coimas de las concesionarias, pero nada de eso avanzó”, dijo Ecker.

El caso

El 8 de octubre de 2006, un grupo de chicos del colegio Ecos que viajaron a hacer tareas solidarias de El Impenetrable, Chaco volvía hacia Buenos Aires.

A unos 200 kilómetros de Santa Fe capital, en el kilómetro 689, en el departamento de Vera, el micro que los llevaba por la ruta 11 se topó con un camión zigzagueante que venía por el carril contrario. El chofer no solo no bajó la velocidad ni se detuvo en la banquina a esperar que el vehículo pasara. Hizo la peor maniobra que podía haber hecho: dio un volantazo que lo hizo chocar de frente.

Murieron nueve estudiantes y una maestra: Julieta Posilovich, Daniela Carla D’agostino, Julieta Giataganellis, Delfina Goldaracena, Julieta Hartman, Nicolás Kohen, Benjamin Bravo De La Sena, Lucas Ezequiel Levin, Federico Ecker y Mariana Boye.

También perdieron la vida los ocupantes del camión: Hugo Fabian Albrecht y Angel Ernesto Soto. Precisamente Soto -chofer del camión- estaba cerca del coma alcohólico y había venido zigzagueando desde que puso en marcha su vehículo. Otras 38 personas resultaron heridas.

“Del examen de estos diez cuerpos de expediente, surge la gravísima responsabilidad de Oscar Eduardo Atamañuk, quien en horas de la noche del 08 de octubre de 2006 conducía un colectivo de la empresa Godoy interno N° 137, dominio FIK 440, haciéndolo a una velocidad que no le resultaba posible dominar dicho vehículo ante cualquier contingencia del tránsito y realizando maniobras imperitas, imprudentes, inadecuadas invadiendo el carril contrario a su sentido de circulación, actuando en dicha ocasión además en clara violación a las normas que regulan el tránsito”, sostuvo la acusación.

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