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A dos semanas de las elecciones: se le acaba el tiempo a Trump

Hace 4 años el mundo quedó asombrado después de la sorpresiva victoria del republicano Donald J. Trump sobre la demócrata Hillary Clinton en las elecciones del 8 de noviembre.

Donald Trump y Joe Biden.
Actualizada: 19/10/2020 23:38
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Por S.S.

Trump ganó con un mensaje populista enfocado en el regreso de trabajos y el despegue de la economía, mientras Clinton planteaba una continuación de las políticas liberales del presidente Obama. En las elecciones, Clinton le sacó una ventaja de 2,1% a su rival, ella con el 48% de los votos y él con el 46%, obteniendo 2 millones de votos más. Y entonces, ¿Cómo ganó Trump las elecciones? Estados Unidos elige a sus presidentes por medio del colegio electoral. Esto significa que el que gane el voto total del país no siempre será elegido, teniendo que ganar estados con los suficientes electores para superar a su rival. Con que un candidato gane un estado por solo un voto, ya todos los electores de ese estado le pertenecen. Cada estado presenta un numero diferente de electores, siendo California el estado con más electores (55).

Los 50 estados más el distrito de Columbia, donde se encuentra la Casa Blanca y Capitolio, suman en total 538 electores, siendo necesarios 270 para coronarse con la presidencia.

Clinton logró una gran diferencia de votos en estados grandes como California, Nueva York e Illinois, logrando superar en voto popular a Trump. Pero estos estados no fueron suficientes para ponerla arriba de los 270 electores. Trump, con su mensaje populista dirigido a la clase media blanca trabajadora, logró ganar una serie de estados anteriormente demócratas que se encuentran en el “Rust Belt” (Cinturón de Óxido), con gran presencia de la industria pesada y zonas de clase media, que vieron sus económicas desplomar por la crisis del 2008 y sus ciudades quedar en el olvido.

Estos estados “bisagra”, que pueden votar por uno u otro candidato y están disputados, incluyen a Ohio, Michigan, Pennsylvania, Wisconsin y Iowa. Trump también logró una victoria en el estado más disputado de las últimas elecciones, Florida. 4 años antes todos estos estados habían votado a Obama, y las pequeñas victorias sorpresivas de Trump le dieron la mayoría de los electores, y así la presidencia.

Estadísticas Hillary Clinton y Donald Trump.

Estadísticas año 2012 y 2016.

4 años después y con todo un mandato a sus espaldas, Trump enfrenta un panorama mucho más complicado. En la mayoría de los estados bisagra, Trump ganó con una pluralidad, sin una mayoría de los votos. En Pennsylvania, ganó con el 48,2% de los votos. En Michigan, con el 47,3%, en Wisconsin con el 47,2%. Al mismo tiempo, Clinton estuvo en los 3 estados a menos de un punto de su rival. En estos tres estados combinados, la victoria del republicano fue de solo 78,000 votos. Si Trump pierde estos estados, pierde el colegio electoral y así la elección.

Pudo lograr, esto ya que hubo un alto porcentaje de votos yendo a terceros partidos, incluyendo a candidatos del partido Libertario y el partido Verde. Eso resultó por la alta imagen negativa de tanto Clinton como Trump, rodeados de escándalos y de un clima de tensión política. Este año, los terceros partidos tienen menor fuerza que en 2016, y sus candidatos no están atrayendo tantos votos, lo que significa que Trump deberá no solo mantener todos sus votantes, sino que también sumar votos para poder volver a ganar.

Donald Trump.

A principios del 2020, el presidente se perfilaba para una victoria electoral. Los demócratas se encontraban en unas amargas primarias, el juicio político solo había logrado aumentar la popularidad del presidente, y sus números en los estados bisagras se mantenían fuertes.

Todo cambió en marzo, con el comienzo de la crisis económica y sanitaria del coronavirus, que vio los números del presidente desplomarse. En julio la situación se tornó aún peor, con una fuerte crisis social causada por los disturbios en contra de los asesinatos de afroamericanos a manos de oficiales policiales. Una falta de coordinación y respuesta en todas estas crisis hicieron que se extendieran y crecieran, manteniendo a Trump siempre en la defensa y prohibiendo cualquier crecimiento político. Al mismo tiempo, el actual presidente solo se encarga de mantener activa su base política, que incluyen al 40% de los votantes, pero no son lo suficiente para ganar una elección y logra repeler posibles nuevos votos.

Después de unas disputadas primarias que se extendieron por casi 2 años, los demócratas eligieron al moderado Joe Biden como su candidato, ex vicepresidente de Obama. Biden, de casi 78 años, es una figura política muy conocida en todo el país. Con 40 años de experiencia política, siempre se ha presentado como un defensor de la clase media americana, y refleja una vuelta a viejas políticas donde las diferencias entre ambos partidos no estaban tan marcadas, casi una vuelta al “aburrimiento” y establishment después de 6 años con climas políticos y sociales muy agrietados. Se muestra como una opción a presidente segura, en el medio de la grieta.

Este perfil logra perforar directamente en los votantes de Trump, como los blancos sin título universitario, algunos conservadores que desconfían de Trump y votantes mayores de 65 años. Al mismo tiempo, Biden logra aumentar votos en blancos con títulos universitarios, población suburbana y se mantiene estable entre jóvenes, progresistas y la población afroamericana. Esto hace que Biden tenga una imagen positiva, algo que Trump nunca logró ni en campaña ni ya como presidente.

Biden.

La imagen positiva de Biden junto a una base más expansiva que la de Hillary Clinton dejan a Trump en una situación frágil. Hace 4 años la sorpresa en las elecciones se dio porque la mayoría de las encuestas daban a Clinton como ganadora. Aunque el resultado del voto popular no difería mucho en las encuestas, las encuestas en los estados más importantes si tuvieron errores.

El problema es que, a 14 días de las elecciones, Trump se encuentra en una situación peor que hace 4 años, con números bajos en los estados que le dieron la victoria y encuestas muy reñidas en estados que ganó fácilmente. Esto le da a Biden múltiples estrategias para ganar, y dejan a Trump con un puñado pequeño de combinaciones posibles, todas en estados cuyas encuestas lo dan como perdedor.

El sitio de análisis estadístico FiveThirtyEight realiza un promedio de diferentes encuestas actualizadas. A nivel nacional, Biden tiene una diferencia de 10,7% frente a Trump, la mayor diferencia de todo 2020. Si este agregado fuera cercano al resultado final, sería la mayor diferencia de los últimos 20 años, y le daría altas chances de una victoria a Biden en el colegio electoral.

En los estados bisagras más importantes para realmente ganar, la diferencia entre ambos candidatos es menos estrecha, pero sigue siendo grande. En Michigan, Biden está 8 puntos arriba. En Wisconsin la diferencia es de 7,3%, en Pennsylvania de 6,5%. Manteniendo los estados que ganó Hillary y ganando estos tres, Biden ya sería electo presidente.

El problema de Trump es que no solo está perdiendo en esos tres estados, sino que hay otros donde también se encuentra abajo en las encuestas. Biden está 4 puntos arriba en Arizona y Florida, 3 puntos arriba en Carolina del Norte, 1 punto arriba en Georgia, y pocos puntos abajo en Iowa, Ohio y Texas. Estas encuestas apuntan a una recuperación casi total de los votantes de Obama, lo que no sería difícil de imaginar, teniendo como candidato a su vicepresidente. También apuntan a nuevos posibles votos para los demócratas en lugares anteriormente republicanos.

A estas encuestas hay que agregarle una importante diferencia de dinero entre ambas campañas, con un aumento en donaciones hacia Biden, la mayoría de manera online, logrando tener casi medio billón de dólares para las ultimas semanas de campaña. Trump se encuentra más apretado con el dinero, perdiendo presencia en publicidad por cable, pero aumentando trabajos en persona en diferentes estados, algo que se vio complicado por el coronavirus.

Estadísticas

(Si las encuestas acertaran el resultado final, Biden ganaría cómodo el colegio electoral. Si Trump cierra la brecha por lo menos unos puntos, la elección está más jugada)

En Estados Unidos, además del voto el 3 de noviembre, hay múltiples opciones para poder votar, incluyendo voto en persona anticipado y voto por correo. El voto por correo involucra el pedido de boleta, el llenado correcto de esta boleta y que sea enviada a los centros electorales. Las restricciones y medidas de seguridad por el coronavirus hacen que el voto por correo sea una manera segura y accesible para votar, por lo que hubo más de 82 millones de pedidos de correo, y a dos semanas de la elección más de 30 millones de personas han votado. Estos números rompen todos los récords, y se espera que sea la elección con mayor participación de la historia del país, llegando a los 150 millones de votos en total. Esto significa que cada día que pasa, la elección se le aleja un poco más a Trump.

Si algo es cierto, es que toda la evidencia apunta a una victoria de Biden, ya sea una modesta disputada en pocos estados o una rotunda elección donde múltiples estados sean dados vueltas por el demócrata, con altas chances de que el senado también sea para los demócratas, sumamente importante a la hora de legislar.

A 2 semanas de la elección Trump está perdiendo, y para ganar necesitará o un milagro, o un gran error de encuestas mayor a lo visto en anteriores elecciones. Cualquiera de las dos cosas puede ocurrir, como también podría ocurrir problemas a la hora de contar los votos por la enorme cantidad de correos que tienen que contabilizarse, y peleas judiciales por los conteos no vistas desde la disputa entre Bush hijo y Al Gore en 2000 que finalizó con Bush como ganador. Nada es imposible, pero las chances de una reelección para Donald Trump son cada vez más bajas.

 

 

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