El mapa mundial del coronavirus: más de 43,5 millones de casos y más de 1,1 millones de muertos en todo el mundo
El nuevo coronavirus SARS-CoV-2, que provoca la enfermedad COVID-19, continúa extendiéndose por el planeta y ya ha infectado a más de 43,5 millones de personas, mientras que la cifra global de decesos se sitúa por encima de 1,1 millones y la de los recuperados supera los 29,5 millones de personas.
El país más afectado es Estados Unidos, con más de 8,7 millones de contagios y más de 225.000 fallecimientos, seguido de India, que supera ya los 7,9 millones de casos y las 119.000 muertes, y de Brasil, que rebasa los 5,4 millones de casos y acumula más de 157.000 decesos. Rusia ha superado los 1,5 millones de contagios, mientras que Francia y España -que acumula más de 35.000 muertes- han alcanzado el millón de contagios, convirtiéndose en los países de la Unión Europea más afectados por la pandemia. Argentina y Colombia también superan esta cifra, mientras que México, el Reino Unido y Perú sobrepasan los 880.000.
Como resultado de la expansión del virus, más de la mitad de la población mundial ha sido sometida a algún tipo de confinamiento, se ha impuesto el distanciamiento social y los desplazamientos han quedado paralizados, al igual que la actividad económica, provocando una grave recesión por todo el planeta.
El foco principal de la pandemia se sitúa en América, donde los contagios siguen creciendo y los fallecidos ya superan los 629.000. Sin embargo, Europa, que ya ha sobrepasado los 263.000 muertos, afronta el otoño con una segunda ola que se está extendiendo por varios países del continente, obligando a nuevas y severas restricciones en la actividad y la movilidad, recurriendo incluso al toque de queda como medida para frenar los contagios, sobre todo entre personas jóvenes.
Países con más muertes y casos de coronavirus
Europa
España (1.098.320 casos, 35.031 muertes). Los primeros casos se detectaron en febrero. El virus se extendió en cuestión de semanas, lo que llevó al Gobierno a decretar el estado de alarma de marzo a junio y confinar a toda la población. Tras un proceso de desconfinamiento por fases, el país entró el 21 de junio en la denominada nueva normalidad, que recuperó la libertad de movimientos y abrió las fronteras a los viajeros de la Unión Europea y el espacio Schengen. Desde entonces, el crecimiento de los contagios se aceleró y el territorio se convirtió en uno de los que más contagios acumuló de la UE. Por ello, tras restricciones y confinamientos perimetrales localizados, el Gobierno aprobó un nuevo estado de alarma que, además de imponer el toque de queda, daba a las comunidades el marco jurídico para tomar medidas más duras.
Italia (542.789 casos, 37.479 muertes). Epicentro inicial de la pandemia en Europa, es ahora el segundo país de Europa con más víctimas mortales con coronavirus y el sexto del mundo. El Gobierno italiano paralizó toda la actividad, a excepción de la esencial, durante dos meses y prohibió hasta junio la entrada y salida del país, antes de dar por controlada la epidemia. El Gobierno de Giuseppe Conte ha ampliado el estado de emergencia hasta el 31 de enero de 2021, de modo que el país cumplirá un año exacto en esta situación, que en principio solo había previsto para seis meses. En un escenario de aumento de contagios, los alcaldes podrán clausurar las zonas más concurridas de sus ciudades, como las de fiesta, en caso de aglomeraciones. Italia ha hecho obligatoria la mascarilla tanto en interiores como en exteriores.
Muertes con coronavirus en distintas regiones del mundo
El Reino Unido es el país de Europa con mayor número de fallecidos y el quinto del mundo. Se han registrado más de 44.000 muertes, más de 58.000 según el ministerio de Sanidad y Atención Social, y más de 894.000 contagiados, entre ellos el príncipe Carlos, que superó la enfermedad, y Boris Johnson, que estuvo ingresado en una unidad de cuidados intensivos. Ahora, ve de nuevo cómo la pandemia crece en todo el país en las últimas semanas y el Gobierno ha puesto en marcha un plan por niveles de riesgo que implica en el nivel más alto la prohibición de reuniones sociales entre no convivientes, el cierre de pubs y bares, y así se aplicará en Liverpool.
Francia es el tercer país de Europa con más muertos con coronavirus y el octavo del mundo, al registrar más de 35.000 fallecidos, con más de un millón de casos. El Gobierno francés ha empezado a tomar medidas para frenar la segunda ola, y ha anunciado el estado de emergencia sanitaria para todo el país desde el 17 de octubre, que incluirá un toque de queda -desde las 21:00 horas hasta las 6:00- en París y otras ocho áreas metropolitanas.
Alemania ha superado los 10.100 muertos con más de 455.000 positivos de COVID-19. La canciller alemana, Angela Merkel, y los gobiernos regionales han acordado un sistema de "alerta temprana" a escala territorial para tratar de contener el aumento de contagios en el país, en un intento por evitar un nuevo cierre de la vida pública. De esta manera, a partir de 35 nuevos contagios por 100.000 habitantes y en siete días se extenderá el uso obligatorio de la mascarilla.
Rusia ha dado cuenta de más de 1,5 millones de contagios, lo que le convierte en el país con más casos de Europa y en el cuarto del mundo. Además, ha reportado más de 26.000 muertes, una de las tasas más bajas de letalidad del virus en el mundo, lo que ha llevado a que la Organización Mundial de la Salud cuestione sus cifras. Con unas cifras diarios de contagios que vuelven a ser como las del mes de mayo, en octubre ha tenido que aplicar nuevas restricciones, entre ellas el cierre de colegios durante dos semanas y la obligación a las empresas de implantar el teletrabajo al menos al 30 % de sus plantillas.
En Turquía, donde los casos superan ya los 363.000 y se han registrado más de 9.800 muertes, reconocen encontrarse actualmente con un incremento en los contagios diarios. El Gobierno turco ha anunciado que los ciudadanos que den positivo por COVID-19 y mientan sobre con quién han tenido contacto pueden ser castigados con penas de hasta dos años de cárcel.
En el resto de Europa, la expansión de la pandemia es relativamente elevada en Ucrania, que ya supera los 366.000 contagios. Bélgica -que también ha adoptado la medida del toque de queda nocturno-, Países Bajos, Polonia, Rumanía, República Checa, Suecia y Portugal también experimentan aumentos preocupantes en los contagios.
América
Estados Unidos es el país más afectado del mundo, con más de 8,7 millones de contagios y más de 225.000 muertes en apenas siete meses. La Administración Trump, que declaró la emergencia nacional y llegó a suprimir temporalmente los permisos de residencia y determinados visados para trabajadores extranjeros, emitió mensajes confusos y contradictorios sobre la pandemia. Varios estados se han visto obligados a dar marcha atrás en sus desconfinamientos ante un repunte incesante de contagios en verano, y a un mes de las elecciones presidenciales, el propio presidente estadounidense, su mujer y personas de su entorno se han contagiado del coronavirus.
La situación es menos grave en Canadá, que acumula más de 220.000 casos y lamenta más de 10.000 muertes, la mayoría vinculadas a residencias de ancianos. Sin embargo, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ha advertido de que puede ser necesario ordenar nuevamente el confinamiento ante el constante aumento de casos, con el inicio del nuevo curso escolar.
La COVID-19 también se ha propagado por América Latina, que registra más de la mitad de los contagios del continente americano, lo que ha llevado a la OMS a situarlo como el nuevo epicentro mundial de la pandemia. La situación se agrava en pleno invierno en un continente lastrado por la pobreza y la falta de recursos.
Brasil es el más afectado y el segundo país del mundo con más casos y muertes; tanto es así que puntualmente ha llegado a superar a Estados Unidos en el número de muertes diarias y es el tercero del planeta en superar los cinco millones de casos. Su presidente, Jair Bolsonaro, que dio positivo en coronavirus, ha optado por minimizar los efectos de la pandemia, en contra del criterio de sus colaboradores, algunos de los cuales han dimitido.
La rápida propagación del virus en Chile, Perú, Colombia, Panamá o Bolivia está desbordando los sistemas sanitarios del continente. Con más de 89.000 muertos, México es el cuarto país del mundo por número de fallecidos con COVID-19, y las autoridades sanitarias han encendido las alarmas ante un posible repunte de casos en medio de la temporada invernal y tras la relajación de medidas de distanciamiento social. Por su parte, Perú es ya el país con más de un millón de habitantes con más muertes por cada 100.000 personas del mundo: tiene más de 34.000 muertos y 888.000 contagios.
La COVID-19 es una amenaza en Chile, uno de los países del mundo con más contagios, pese a tener solo 19 millones de habitantes. El Gobierno tuvo que declarar una cuarentena en la capital, que fue el epicentro de la pandemia durante meses, pero que ahora está totalmente desconfinada y avanza en el plan de cinco etapas de apertura gradual de la economía. La pandemia parece entrar en una fase de contención, pero aún se extreman las cautelas, se mantendrá el toque de queda nocturno y el estado de excepción por catástrofe hasta mediados de diciembre y las escuelas y las fronteras siguen cerradas.
En cambio, países como Colombia y Argentina sí apostaron desde el principio por un aislamiento social obligatorio y generalizado. Eso no ha evitado que Colombia, que impuso restricciones desde el 25 de marzo, aún siga en el pico de la pandemia con cifras de contagios y muertes muy elevadas, ya por encima del millón de casos. En Argentina, por su parte, los infectados también rebasan esa cifra.
Asia
China, el país epicentro del brote, especialmente en la provincia de Hubei y la ciudad de Wuhan, parece haber contenido la enfermedad y ha comenzado a detectar más casos importados que de contagio local, lo que ha llevado a las autoridades a prohibir la entrada de extranjeros. En junio las alarmas surgieron tras un brote en Pekín, con cientos de infectados, y el de la provincia de Xinjiang.
El país más golpeado por la pandemia en Asia es India, el segundo más poblado del mundo, que no ha podido evitar la expansión del SARS-CoV-2. La epidemia supera los 7,9 millones de contagios, lo que lo convierte en el segundo país con más casos del mundo, con más de 119.000 fallecidos, una mortalidad relativamente baja en un país de 1.300 millones de habitantes.
El Gobierno indio mira con recelo el mes de octubre, por el aumento de la contaminación que vuelve irrespirable el aire de la capital y la parte norte del país, y por las numerosas festividades religiosas que congregan a miles de personas en las principales ciudades. Las autoridades creen que las cifras oficiales del país pueden ser mucho más altas, y el ritmo actual de crecimiento de contagios hace pensar que podría rebasar en unas semanas a Estados Unidos como el país más afectado por la pandemia.
Irán también está sufriendo el embate de la pandemia, tanto desde el punto de vista sanitario como económico: inició su desescalada en abril, pero ha tenido un fuerte brote desde mayo y ha superado los 574.000 casos positivos, al tiempo que acumula casi 33.000 decesos. La tercera ola de la enfermedad está golpeando con fuerza al país y, como ocurrió en la primera, también ha afectado a altos responsables gubernamentales. La gran mayoría de las provincias se encuentran en estado rojo, el de máxima propagación de la enfermedad, aunque las que más preocupan son Teherán y Qom, donde las hospitalizaciones superan la media nacional. En Teherán se ha hecho obligatorio el uso de mascarilla también en espacios públicos exteriores.
Irak, Bangladesh y Arabia Saudí son también países con elevadas cifras de contagios. Sin embargo, la mayor incidencia de la COVID-19 en relación con la población en este continente se encuentra en tres pequeños países: Qatar, Baréin e Israel, país este que ha tenido que confinar a su población por segunda vez en septiembre, y endurecer adicionalmente las restricciones a la movilidad y la actividad.
En Corea del Sur, la enfermedad tuvo gran incidencia inicial en febrero, pero logró contener la propagación a mediados de marzo y ahora es un ejemplo mundial de actuación temprana ante una crisis que abordó con una estrategia basada en la eficiencia tecnológica para vigilar el virus. A pesar de ello, posteriormente ha tenido que enfrentarse a varios brotes.
Japón detectó los primeros casos en el crucero Diamond Princess. El país se vio obligado a aplazar a 2021 los Juegos Olímpicos que iba a acoger Tokio este verano, aunque hay expertos que advierten de que ese plazo de un año no sea suficiente si no se desarrolla antes una vacuna contra la COVID-19.
En la mitad oriental de Asia destaca también la expansión de la enfermedad en Arabia Saudí, Bangladesh, Pakistán, Indonesia, Arabia Saudí, Qatar y Emiratos Árabes Unidos.
África
El último continente al que llegó el coronavirus fue África. Allí apenas quedan rincones donde la pandemia no se haya hecho presente desde que Egipto reportó el primer caso y, aunque el registro de casos no se ha disparado como en otras áreas del mundo, acumula más de 1,6 millones de contagios.
Los pronósticos auguraban cifras catastróficas en África, el segundo continente más poblado, con abarrotadas ciudades, escasez de agua y pocas medidas higiénicas. Y, salvando que las cifras no son reales porque no todo el mundo tiene acceso a las pruebas ni se puede confirmar si las muertes son por COVID-19, la severidad de la enfermedad no es tan grande como en Europa, Asia o América Latina. Según la comunidad científica, podría jugar a su favor que la población africana es más joven, que pasan menos tiempo en lugares cerrados, la menor movilidad y, sobre todo, que reaccionaron antes y mejor que el resto del mundo con medidas restrictivas.
A la cabeza de los contagios se encuentra Sudáfrica, que es el noveno país del mundo con más de 716.000 casos y por ahora computa más de 19.000 muertes. En las semanas en las que atravesó sus máximos epidémicos (entre junio y agosto), el país no solo llegó a acumular más de la mitad de todos los contagios registrados en África, sino que llegó a ser la quinta nación con más casos positivos del mundo.
Tras medio año cerradas, las fronteras de Sudáfrica volvieron a abrir el 1 de octubre, y el país, la segunda mayor economía de África y principal polo de transporte del sur del continente, toma medidas para una reapertura "gradual y cuidadosa". Así, hará test de antígenos en sus puestos fronterizos para tratar de facilitar con seguridad la entrada y salida de viajeros internacionales.
El virus también está infectado a numerosa población en Marruecos y Egipto, por encima de los 100.000 casos, y en Etiopía, Nigeria, Libia, Argelia, Túnez, Kenia y Ghana .
Oceanía
Australia, que ha registrado más de 27.500 contagios y poco más de 900 muertes, se ha visto obligada a imponer restricciones en agosto tras controlar durante varios meses la expansión del coronavirus. El repunte de casos ha llevado a las autoridades a imponer el toque de queda nocturno en Melbourne y a decretar el estado de desastre en el estado de Victoria.
Nueva Zelanda, que impuso un confinamiento muy estricto y logró controlar la enfermedad vuelve a tener casos activos, después de haberse declarado país libre de coronavirus el 8 de junio. A pesar de ello y con más de 1.900 contagios y solo 25 fallecimientos, el país mantiene cerradas las fronteras e incluso impuso el aislamiento en Auckland, la región más poblada del país, a mediados de agosto. (Nota: rtve.es)