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Boliches en San Luis: lejos de volver a la “normalidad” y con expectativas en el verano

Los locales nocturnos no creen abrir en lo que resta del año y esperan el lanzamiento de la temporada en la provincia. Plantean que la habilitación permitirá una opción segura ante las fiestas clandestinas. Además apelan a un auxilio del Gobierno.

Los boliches permanecen cerrados desde marzo.
Actualizada: 05/11/2020 22:28
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A poco de cumplirse ocho meses desde que permanecen cerrados, los boliches en San Luis atraviesan la pandemia con incertidumbre sobre el futuro que le espera al sector. No creen poder reanudar sus actividades en el corto plazo y saben que para hacerlo deben adecuarse a la nueva normalidad.

“Estamos trabajando, tratando de armar algún tipo de protocolo, ver cómo podemos llegar a abrir en la temporada de enero y febrero. Apuntamos a esa fecha”, transmitió uno de los dueños de Sky, Ricardo Páez en diálogo con El Chorrillero.

Explicó que han estado viendo el retorno del sector en otros países a fin de poder imitar las medidas de seguridad, pero la situación sanitaria en la provincia y los retornos de las fases les impide hacer planes concretos.

Roberto Ofría, propietario de Aqua y Lecoq, dijo que a fines de junio presentaron protocolos al Comité de Crisis, pero aún no han recibido alguna respuesta favorable para volver a trabajar. Ante la falta de contestación, aguardan “alguna ayuda del Estado”.

Aclaró que la intención es abrir el boliche cumplimentando con las medidas de seguridad necesarias y que “la gente pueda disfrutar del baile específicamente”.

“La propuesta está armada. Está pensada en base a lugares con espacio y estamos dispuestos a restringir la capacidad o el factor ocupacional al 10% o 15%. Tengo capacidad de 2 mil personas y con 200 o 300 nos podemos acomodar, pero lo que sí necesitamos es mayor días de apertura para poder conformar a toda la audiencia”, detalló.

En otros distritos, como Mendoza y Mar del Plata, el sector ha solicitado reactivar las actividades debido a las fiestas clandestinas y la crisis económica que atraviesan.

En este sentido, Páez marcó la diferencia con la segunda ciudad, que busca hacer las fiestas al aire libre: “San Luis recién está armando la temporada y tiene dos o tres boliches. Recién se está viendo el panorama puntano con respecto a lo que podría llegar a ser”.

“Más cerca del inicio nos podríamos llegar a juntar con otros dueños, gente del Municipio y poder llegar a armar algo favorable para todos porque todavía no hay nada concreto”, afirmó.

En la misma línea reflexionó Nicolás Borra de Point, quien expresó “incertidumbre” para lo que resta del 2020. “El gobernador (Alberto Rodríguez Saá) habla de una esperanza para pasar las fiestas. Pero no le ponemos mucha expectativa a hacer algo dentro del boliche más que como bar”, añadió.

En la provincia vecina, los empresarios que buscan la apertura, tuvieron en cuenta que esto permitirá contrarrestar las fiestas clandestinas. Por eso, comenzaron a trabajar en una plataforma que contenga al sector del entretenimiento y conformaron una cámara para dialogar con el Gobierno.

“Estaría muy bueno que el Gobierno de acá lo vea”, planteó al respecto Borra y tuvo en cuenta que pese a las restricciones “la circulación de la gente no se ha visto reducida en gran impacto”.

En el mismo punto advirtió que “las fiestas clandestinas estallaron el viernes y sábado pasado”.

“Hemos visto que otras provincias están presentado protocolos de que es más seguro tener cierta cantidad de gente en una infraestructura preparada con protocolos y seguridad necesaria, que dispersa sin control”, puntualizó.

Asimismo, argumentó que previo a la pandemia era necesario contar con habilitación municipal para realizar un evento debido a que es fundamental tener ciertas medidas, como servicio de emergencias y matafuegos.

“Un establecimiento que está preparado para eso es mucho más propicio que liberar y dejar que se hagan fiestas por otros lados”, subrayó.

Tanto él como Páez consideraron que actualmente, la situación de la provincia no facilitará reanudar las actividades y depende de las acciones que articule el Gobierno.

“Es la realidad que estamos pasando y no podemos ir en contra de eso”, dijo el propietario de Sky.

En consonancia reflexionó Ofría: “Creo que hay que estar a la altura de la situación y darle prioridad a la salud y a la vida. De hecho fuimos los primeros que cerramos por una cuestión lógica y de ayudar”.

“Pasaron más de ocho meses y no tenemos colaboración de nadie. Lo que si esperamos es el apoyo y el acompañamiento del Gobierno, porque es imposible abrir sin un Estado presente”, insistió.

Páez expuso que el rubro es uno de los que más se vio perjudicado en sus finanzas: “Claramente la pérdida que estamos teniendo es importante. Tenemos empleados, alquileres y obligaciones que pagar”.

En este sentido, contó que como su familia se dedica a la construcción, han logrado “subsistir sin depender netamente del boliche”.

“No recibimos asistencia de ningún Gobierno. En ese aspecto el rubro ha estado golpeado o entendemos que se les ha dado prioridad a otros. Nosotros hemos enfrentado los gastos en forma personal, con el esfuerzo para tratar de llegar todos los meses con impuestos, alquileres, sueldos que nos quedan. Y nos reinventamos con la gente que trabajaba en el bar y pasó a la empresa”, precisó.

Borra señaló que en su caso lograron acceder al ATP que brindó la Nación. “Tenemos a los empleados en blanco y eso nos viene cubriendo los sueldos al 100% porque como trabajamos dos o tres días a la semana, abarca mucho más que el salario mínimo”, agregó.

“A nivel provincial no ha habido nada. Incluso tuve que pagar Ingresos Brutos, el 931 no me bajaba de 35 mil pesos por mes. Es el mínimo porque deducen que tenés una actividad económica aunque no la estés ejerciendo”, comentó.

En relación al futuro y la nueva normalidad a la que deberán readecuarse, en Point se abocarán a trabajar bajo la forma de bar (como lo hicieron en las últimas tres semanas antes que el Gobierno dispusiera el regreso al aislamiento).

“Con esta medida básicamente los más afectados somos nosotros porque te restringe a las nueve de la noche. Con delivery es mucho más difícil”, sostuvo al respecto.

Además, mencionó que en otros lugares “se hablaba de una manera de aislar las mesas, que puedan levantarse y bailar en su lugar”, lo que también limitará la capacidad por metros cuadrados de los edificios.

“Estamos medios frenados, pero con muchísimas ganas e ideas para llegar a hacer algo”, manifestó Páez y puntualizó que con el cambio de ubicación de Sky están analizando la posibilidad de eventos al aire libre donde se respete el distanciamiento entre los asistentes.

Tampoco descartó la posibilidad de funcionar como bar: “Como nos trasladamos, todavía estamos en proceso de terminar nuestro nuevo lugar”.

“Siempre estamos viendo cómo se van manejando los boliches de otros lados con una infraestructura grande. Ahora hemos apostado a casi triplicar el espacio”, finalizó.

Ofría desestimó la posibilidad de cambiar el rubro porque su “interés” es un boliche bailable, tal como fue la idea inicial.

“¿Qué sentido tiene tener un local que está habilitado y pagando un impuesto, para terminar abriendo al aire libre? Tenemos muchos espacios al aire libre en los dos locales”, apuntó.

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