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El árbitro de la mano de Dios, sobre Diego: "Sinceramente estoy muy triste por su muerte"

El tunecino Ali Bennaceur, que hoy tiene 76 años, lamentó la pérdida de Maradona y contó que en 2015 lo fue a visitar a su casa. "Pasamos una tarde muy agradable y nos hicimos muy amigos", contó.

Ali Bennaceur.
Actualizada: 05/12/2020 13:02
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El 22 de junio de 1986 quedará grabado en la historia del fútbol mundial. Diego Armando Maradona le marcó dos goles legendarios a Inglaterra y si bien mucho se dijo sobre ese momento, pocos lo vivieron tan de cerca. Uno de ellos fue Ali Bennaceur, el árbitro de aquel duelo de cuartos de final. Su recuerdo sigue intacto y la tristeza por la muerte del Diez mucho más.

En una entrevista con La Nación, el tunecino, hoy de 76 años, no pudo ocultar su pesar: "Me enteré de su muerte con mucha tristeza y desconsuelo porque Maradona es una leyenda, un gran señor y murió demasiado joven, tenía sólo sesenta años. Lo conocí hace mucho tiempo como jugador, pero en el 2015 él vino a mi casa de Túnez a visitarme y pasamos una tarde muy agradable y nos hicimos muy amigos. Maradona merece todo el respeto y sinceramente estoy muy, muy triste por su muerte. Pero Dios quiso eso".

Y entre risas recordó aquella mítica acción de la mano de Dios. De paso, se sacó responsabilidad. "Nosotros teníamos instrucciones muy claras de la FIFA que tenían que ver con el colega árbitro de línea, búlgaro, que tenía la responsabilidad junto a mí. A él le tocaba decidir si el gol había sido de mano o de cabeza. Yo recuerdo que lo miré a mi colega y él me confirmó que el gol era normal, no de mano", dijo.

Y agregó: "Yo estaba obligado a reconocer el gol, ya que no había podido ver la falta porque los dos jugadores me daban la espalda. Era la responsabilidad de mi colega, pero usted sabe cómo es el fútbol, los errores de arbitraje…Pero yo estoy contento por Maradona, que marcó con la mano de Dios".

Está claro que esa acción marcó la vida de Bennaceur: "Fue el gran acontecimiento de mi carrera deportiva. Ese partido fue en 1986 y terminé mi carrera internacional de árbitro en 1991, así que seguí arbitrando otros cinco años más, partidos importantes. Pero mi nombre quedó para siempre vinculado a esa famosa ‘mano de Dios’. Si la salud me lo hubiera permitido, habría viajado a Buenos Aires para la ceremonia de despedida".

Para finalizar, el exárbitro recordó aquel día de 2015. "Oh… Maradona, Maradona… Era un gran señor, un señor popular, cuando uno hablaba con él apenas quince minutos, se daba cuenta. Todo el mundo lo quería porque él daba lo máximo, era humilde y generoso. Y fue un gran honor para mí poder pasar esas horas en mi casa con este gran señor que fue Maradona, una verdadera leyenda", cerró.

 

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