Los familiares del interno que murió después de un incendio en la cárcel piden justicia
Responsabilizaron a las autoridades del Complejo Penitenciario por no actuar “con inmediatez”. Gastón Ezequiel Allende estaba detenido por una causa de drogas.
El fallecimiento de Gastón Ezequiel Allende puso en escena qué responsabilidad tuvo el penal, donde el hombre de 27 años cumplía una condena de 3 años por infracción a la ley de estupefacientes.
El Gobierno informó sobre el caso recién el pasado martes cuando Allende falleció, luego de cuatro días de internación. Las llamas de un colchón causaron quemaduras en casi todo el cuerpo.
En medio de la versión oficial, la familia tiene dudas y cuestionamientos a la institución.
“El sábado alrededor de las 15 nos llama mi hermano, el mayor, y nos comentó que se habían comunicado de la Penitenciaría para decirle que se había originado un incendio y que Ezequiel había salido perjudicado. Por lo que inmediatamente emprendimos viaje”, contó Mariana Allende, una de las hermanas, en comunicación con El Chorrillero.
Al día siguiente fueron hasta el Hospital de San Luis y les informaron que el hombre “estaba teniendo fallas multiorgánicas” por la gravedad de las heridas que le causó el fuego.
Les detallaron que había ingresado “entubado con respiración mecánica y con quemaduras del 70 % de su cuerpo, de la cintura hacia arriba”.
Después de eso, insistieron en la Penitenciaría para ser recibidos. Querían saber qué había pasado en la celda que habitaba Allende.
“El director (Segundo) Giménez nos detalló que estuvo presente cuando ocurrió el siniestro y que mi hermano le había contado lo sucedido. Mencionó que tardó sólo cinco minutos para socorrerlo”, señaló la mujer.
Allí también se enteraron que días atrás “había salido de un correctivo disciplinario” porque le encontraron un celular junto a sus pertenencias.
“Me llamó la atención porque no tenía celular solo se comunicaba con nosotros cuando le prestaban, pero ante el alivio de saber qué había pasado nos quedamos tranquilos y le pregunté si Ezequiel había tenido algún conflicto, pero la respuesta fue negativa”, sostuvo además la hermana.
“Lo que vi fue un horror, me encontré con el peor panorama, no tenía rostro, lo quemaron vivo, estaba pagando por un error que cometió, pero nadie tiene derecho a quitarle la vida de esa forma, murió de la peor manera”, relató al recordar el momento en el que pudo pasar a terapia para verlo.
Agregó que “Ezequiel vivía con temor” hacia los guardias: “Era porque lo discriminaban por ser mendocino, ante esto no dormía por las noches”.
Dijo que por otros internos después supieron que “ellos pedían auxilio cuando comenzó el fuego para que le abrieran la celda y lo socorrieran, pero los agentes tardaron en reaccionar”.
“En la cara Giménez me dijo que personalmente lo sacó de inmediato y no fue así, nos mintió descaradamente diciendo que mi hermano fue el que le mencionó lo que había sucedido cuando estuvo a minutos de calcinarse”, sentenció.
Además manifestó que hay cosas que “no cierran”, y acusó que “el compañero de celda se le subió encima, lo cubrió con una colcha y con un colchón prendido fuego”.
“Ezequiel media 1,80 era robusto y grandote, me cuesta creer que no se defendió, sacando conclusiones anticipadas pienso que le pegaron en la cabeza o lo rociaron con gasoil para que arda rápido”, dijo, y en medio del dolor pidió “que se tomen las medidas necesarias”.
Indicó que accionarán de manera judicial: “Sabemos que van a querer tapar todo pero el Servicio Penitenciario tiene obligaciones con los presos y no cumplieron. Los derechos de Ezequiel fueron vulnerados. No queremos que su muerte quede impune”.
Remarcó que como hermana, lo único que reclama “es que se haga justicia por él y por sus tres hijas”.