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Un cura párroco atacó a golpes a un obispo durante una reunión en Mendoza

El agresor también rompió una silla y fue suspendido. Un grupo de sacerdotes del sur de la provincia había pedido la renuncia de monseñor.

El obispo de San Rafael, Eduardo María Taussig, agredido por un sacerdote.
Actualizada: 22/12/2020 13:46
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Un sacerdote agredió a golpes de puño al obispo de San Rafael, Eduardo María Taussig. La agresión tuvo lugar este lunes por la tarde, cuando los religiosos mantenían una reunión en el Obispado de esa localidad del sur de la provincia de Mendoza.

Según detalló en un comunicado el Obispado de San Rafael, según publicó TN, el padre Camilo Dib, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen de la ciudad de Malargüe, “de improviso, atacó con violencia al Señor Obispo”. Luego, “siguió la rotura del asiento en que estaba sentado el Obispo”. Por esta agresión, el cura “fue suspendido y prohibido de todo uso de su ministerio sacerdotal”, agregó el texto oficial.

“No hubo una pelea, fue una persona que atacó a otra”, aclaró a TN el vocero del Obispado de San Rafael, José Álvarez, en alusión a que el obispo no respondió a la agresión del cura.

Álvarez confirmó que Taussig “recibió un par de golpes”. Una foto a la que pudo acceder TN.com.ar muestra al obispo con algunos moretones en la cara. Sin embargo, el vocero aclaró que “fue algo muy mínimo”, dando a entender que no tuvo que ser atendido por personal médico.

Consultado por el motivo que llevó a Dib a explotar de esta manera, Álvarez señaló que “las razones psicológicas o de libertad moral las tendrá que explicar después”. Y criticó que “fue desordenado” y que lo que hizo “fue un delito muy grave”.

El objetivo de la reunión era ofrecerle al sacerdote la oportunidad de un descargo sobre su participación en un escrache que tuvo lugar en Malargüe, el pasado 21 de noviembre en una jornada de protestas por el cierre del Seminario Santa María Madre de Dios, informó el Obispado.

Según publicó el portal Diario San Rafael, en noviembre, cuando Taussig visitó este departamento para realizar una misa en la Parroquia del Carmen en homenaje al padre Pablo Fuentes, también había sido recibido por un grupo de vecinos con pancartas que pedían su renuncia. “¡Que se vaya, que se vaya!”, gritaron los participantes. En esa oportunidad, también le pincharon las cuatro ruedas de su auto y tuvo que volver en otro coche.

En el momento del incidente, formaban parte de la reunión el Presidente de la Comisión Diocesana de Justicia Víctor Torres Jordán, y el Canciller de la Diócesis Luis Gutierrez Drisaldi.

“El Derecho Canónico, en su cánon 1370, declara que si un clérigo usa violencia física contra el obispo, incurre automáticamente en la censura de Suspensión, por lo cual quedó suspendido automáticamente por el hecho realizado, y Camilo Dib tiene prohibido todo uso de su ministerio sacerdotal”, explicaron en el documento.

Según indicaron, tras este primer ataque, los otros participantes “intentaron detener la furia del sacerdote que, a pesar de todo, una vez más intentó atacar al Obispo que, gracias a Dios, pudo ser cubierto por uno de los presentes, retirándose de la oficina en la que se encontraban”.

Taussig se fue al comedor y, cuando todo parecía haberse calmado, “Dib volvió a enardecerse y, fuera de sí, trató de atacar una vez más” al monseñor. Las fuentes del Obispado de San Rafael detallaron que, finalmente, el padre Alejandro Casado acompañó al atacante hacia la salida y ambos se fueron juntos en su vehículo.

El cierre del seminario se dio medio de una disputa por el incumplimiento de algunos sacerdotes que se negaban a dar la hostia en la mano a los fieles, en lugar de hacerlo en la boca, tal como lo indica el protocolo sanitario por la pandemia de coronavirus. Tras esa decisión, la comunidad católica local teme por el destino de los seminaristas que cursan en San Rafael actualmente. Ya que todavía se desconoce dónde y cómo continuarán su carrera vocacional el año próximo.

En las protestas de las semanas previas, los manifestantes sostenían carteles con leyendas como “Monseñor traidor”, “Lobo vestido de cordero”, “Estamos huérfanos de pastor”, “No al cierre del seminario” o “Pedimos un visitador apostólico”. Pancartas con mensajes similares fueron colgadas frente a la sede del obispado en San Rafael.

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