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A más de medio siglo del final de Los Beatles, uno de los acontecimientos de 2021 será "Get back"

El director de la saga de "El señor de los anillos", Peter Jackson, adelantó una parte del montaje de un documental destinado al éxito, que se estrenará en agosto.

El Show icónico de Los Beatles.
Actualizada: 04/01/2021 19:34
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El documento tiene un valor que excede cualquier parámetro conocido sobre un momento clave de la cultura occidental, el del final de The Beatles hace poco más de medio siglo: es una bomba épica de sensaciones que va explotando en cámara lenta ante los ojos y oídos de espectadores cautivados por un montaje excepcional.

El cineasta Peter Jackson –responsable de la exitosa saga de “El señor de los anillos”—acaba de anticipar al público de la aldea universal cinco minutos del montaje de “The Beatles. Get Back”, una película documental basada en 56 horas de archivos fílmicos inéditos del trabajo en conjunto del cuarteto, al final de su era.

El film, que debió ser estrenado en setiembre pasado, estará listo para agosto y supone una alianza entre tres poderes: la vigencia de la música del mejor grupo de pop de la historia, el talento narrativo del realizador que dirigió, y produjo dos trilogías exitosas adaptando las historias de fantasía de J. R. R. Tolkien, y un coloso corporativo llamado The Walt Disney Studios.

La adrenalina que produce a cualquier espectador del siglo XXI desprevenido el topetazo por ese viaje hacia atrás por el túnel del tiempo, poblado de imágenes nunca vistas de la intimidad del grupo en estudios, se mezcla con una sensación que confronta la información conocida, que insiste en que era aquella una época de peleas permanentes entre sus integrantes.

El anticipo astutamente lanzado como en un gesto casual parece probar lo contrario, sobre un sonido restaurado que explota a full las posibilidades del tema “Get back”: es una cabalgata colorida por escenas de compañerismo, buen humor, gracia y familia entre los cuatro fantásticos y su colorido entorno, que incluye a Yoko Ono, Linda Eatsman, George Martín y Billy Preston.

Mirando a cámara desde una habitación en Nueva Zelanda, que podría ser una cuarto de su casa, o de su productora, el director recuerda al presentar el video que el trabajo que aceptó luego del hallazgo de las 56 horas en fílmico debería estar concluido hace tiempo, pero que todo se complicó porque en el medio estuvo el año de la pandemia.

“Lo único bueno en realidad es que estamos editando la película en Nueva Zelanda, y ahora que nuestro país ha eliminado en gran medida el virus, podemos volver a la sala de montaje y continuar con el trabajo”, puntualiza, antes de explicar que difunde un anticipo para ayudar a que el público tenga acceso a un material que ayude a mejorar los humores.

Unos segundos después, con una toma en que Ringo Starr queda como maestro de ceremonias -"Buenos días, buenos días a todos. Otro día brillante. Buenos días, cámara"- el público puede ver como John Lennon lee en voz alta una noticia de un diario sobre un juicio contra George Harrison por haber agredido a un fotógrafo tras salir de un local nocturno, mientras sus compañeros bromean.

"No es un tráiler ni una escena del documental, es un montaje de fragmentos que capta la esencia del documental que estamos haciendo", ha aclarado Jackson para situar exactamente al espectador sobre que verá en estos minutos que causan una emoción grande a personas de cualquier generación con un mínimo de sensibilidad.

El material original fue filmado durante enero de 1969 cuando el grupo preparaba los temas del disco “Let it be” y permite reconstruir como unos meses antes de separarse planeaba dar su primer concierto luego de dos años, en el tiempo que todo su accionar artístico conjunto se desarrollaba en los estudios de Abbey Road.

Las horas de rodaje que han sido restauradas muestran por primera vez en su totalidad la última actuación del grupo, el inolvidable concierto en la terraza de Savile Row, así como otras canciones y composiciones clásicas de los últimos dos discos “Abbey Road” y “Let It Be”,

El cineasta que pudo rodar aquel material en 1969 es Michael Lindsay-Hogg, hijo biológico del genial director estadounidense Orson Welles, que ahora tiene 80 años abriles, y había colaborado con la banda en la grabación de varios clips que promocionaban temas como “Hey Jude”, y “Revolution”.

Linday-Hogg, que fue adoptado y educado por un noble inglés, era una figura esencial cuando empezaba aquella relación entre el cine documental y las grandes bandas: rodó el famoso film testimonial “Let it be” y tuvo el privilegio de registrar con sus cámaras el proyecto “Rock And Roll Circus”. de The Rolling Stones.

El documental surge de una alianza mayor entre Disney, la empresa británica Apple Corps Ltd.y la neozelandesa Wing Nut Films Productions Ltd y tiene una poderosa carta en las manos: jugar con la posibilidad de que McCartney y Starr acepten reunirse para por lo menos un show evocativo, que después de todo “Get back” significa “volver”

El hecho de que los hijos de Harrison y Lennon sean músicos, y hasta se les parezcan físicamente, originó un histórico rumor, ante todo nacido del deseo del público, que tuvo su apogeo cuando Londres fue sede en 2012 de los Juegos Olímpicos, pero finalmente solo participó de una hermosa ceremonia de apertura el bueno de Paul.

"El documental captura las interacciones entre los miembros de la banda, las reacciones de los fans y de los empleados de las oficinas de los alrededores, y los absurdos intentos de detener el concierto por parte de dos jóvenes policías londinenses que acudieron porque alguien se había quejado del ruido", abundó Disney en un comunicado.

Jackson, que también dirigió en 2015 una nueva versión de “King Kong” –con Naomi Watts, Jack Black y Adrien Brody– ya trabajó en la restauración de materiales de archivo, utilizando imágenes mudas filmadas en la Primera Guerra Mundial, para dar forma a su documental “They Shall Not Grow Old" (“No llegarán a viejos”), estrenado en 2018.

La música del grupo de Liverpool, que será clave en la película, ha sido completamente restaurada –en base a 140 horas de versiones nunca antes oídas– por lo que el público, afirman los publicistas de un proyecto que en realidad se vende solo, tendrá acceso a “una experiencia brillante, inmersiva y festiva”

Paul, que acaba de editar un gran disco con once canciones nuevas llamado “McCartney III”, en que toca todos los instrumentos –lo grabó durante la pandemia, encerrado en una granja—tuvo acceso a una primera edición del material con que trabaja Jackson en Oceanía y dijo que fue tranquilizador tener la constancia visual de que no se llevaban mal por entonces.

“Ves la película y decís: ‘Gracias a Dios, no es verdad’”, puntualizó en una entrevista con un diario inglés. “Obviamente nos estamos divirtiendo. Podes ver que nos respetamos y estamos haciendo música juntos, y es una alegría observan cómo se desarrollaban las cosas. Este metraje es la prueba”.

Agregó: “Creo que yo compré el lado oscuro de la ruptura de The Beatles y pensé: ¡Oh Dios, tengo la culpa! Sabía que no la tenía, pero es fácil empezar a pensar eso cuando todos lo dicen. En el fondo de mi mente siempre estuvo la idea de que no era así, pero necesitaba ver pruebas”.

“Hay una gran foto que Linda tomó, que es mi favorita, de John y yo trabajando en una canción, brillando de alegría. El material de este documental es el mismo. Se ve que los cuatro nos divertimos mucho. Y me encanta, debo decirlo porque así es como era”, garantizó.

Para Paul, que al principio le dijo a Jackson que tal vez este material fuese aburrido, hay momentos impresionantes, que vuelven a su memoria: “George creando la letra de “Something” o yo tratando de darle forma a ‘Get Back’ … Lo que vi me recuerda que, aun teniendo peleas, como una familia, nos queríamos, y eso es el fuerte de la película”

La experiencia de acceso a estos minutos que encienden la llama no parece para el público un viaje sólo nostálgico, como podría pensarse, sino una zambullida impensable hasta ahora en la intimidad de trabajo de un grupo de veinteañeros que generaron una obra tan llena de matices que sus temas mantienen una lozanía cuanto menos sorprendente.

El éxito de la película por estrenar es un secreto a voces: la suma de motores que acumula por detrás la propulsarán hacia cifras de ganancias siderales, ya que funciona a sus espaldas un mecanismo que garantiza campañas promocionales gigantescas, que harán que su efecto crezca como una indetenible bola de nieve, más allá de cualquier opinión o crítica, en un ejemplo claro de cómo está configurado hoy el universo de consumo audiovisual.

Aquel estudio especializado en dibujos animados fundado por Walt en 1923 como una empresa familiar que respaldaría una galería de personajes simpáticos que cautivaron a millones es ahora el grupo de producción audiovisual más importante del planeta, con un plus de origen: la palabra Disney está asociada a las sonrisas, la buena onda, a sus ocho parques temáticos desparramados por el mundo.

El imperio Disney incluye hoy medios y marcas de la importancia de ESPN, Fox, Marvel, Pixar, Lucas Films, National Geographic, Endemol, ABC, The Muppets y 20th Century Studios, casi todos presentes en el consumo audiovisual en la Argentina, país en el que acaba de cerrar un diferendo legal en torno a su contrato de exclusividad para la transmisión del fútbol de primera división hasta el año 2030.

La división musical de Disney, que maneja el sello Hollywood Récords, descubrió, apadrinó y produjo en lo que va del siglo las carreras de artistas qué, montados en su gigantesco, y a veces invisible, sistema de promoción, se convirtieron en estrellas mundiales, entre ellos Hilary Duff, Selena Gomez, Demi Lovato, Jonas Brothers, Miley Cyrus y la argentina Tini Stoessel.

El gigantesco catálogo de películas, series y canales de que es dueña la empresa posibilitó su desembarco, hace pocos meses, en el mercado de la televisión on demand, colisionando con los intereses de Nexflix y Amazon, con una oferta inicial para el público estadounidense y un lanzamiento gradual en otras partes del mundo, que ya llegó a la Argentina.

El menú de “Disney+”, que aspira a convertirse en un jugador clave de este mercado emergente pero consolidado, incluye todos sus clásicos, la colección de films de “La guerra de las galaxias”, las joyas animadas de Pixar. los documentales de National Geographic y buena parte de los programas de Fox, entre ellos “Los Simpson”, además de una producción exclusiva de películas y series que ya están llegando a los abonados, como la flamante “Soul”.

Fuente: NA.

 

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