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Vecinos de la zona oeste de la ciudad se manifestaron porque están cansados de los robos

Cortaron el tránsito sobre avenida Julio A. Roca, a la altura de Sargento Cabral. Pidieron que la Policía brinde seguridad por la noche, porque los robos son consecutivos.

Foto Daniel Sosa Isgro
El escenario es “insostenible”: durante la noche los vecinos se turnan para hacer guardias y duermen en sus automóviles particulares para proteger a toda la vecindad.
Actualizada: 10/01/2021 21:12
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La inseguridad acecha a los propietarios de locales comerciales y viviendas particulares, desde hace tiempo. Ya no saben cómo hacer frente a los delitos, y por eso salieron a la calle.

Plantearon que la situación se agrava con los días y los vecinos están comunicados a través de un grupo de whatsapp, para sentirse (de alguna manera) cuidados entre todos y estar alerta.

El escenario es “insostenible”: durante la noche los vecinos se turnan para hacer guardias y duermen en sus automóviles particulares para proteger a toda la vecindad. “Presencia policial no hay”, expusieron este viernes por la mañana cuando decidieron cortar el tránsito de Julio A. Roca, a la altura de Sargento Cabral.

Vecinos de la zona oeste de la ciudad se manifestaron por los frecuentes robos.

Los delincuentes, en varias ocasiones, han sido capturados por las cámaras de seguridad mientras cometían los delitos, y también caminando por la zona con los elementos sustraídos.

También dijeron que reclamaron en la Comisaría 4°, pero nunca tuvieron respuestas. Recién hoy, durante la protesta se acercaron las autoridades de la dependencia, e inclusive el subjefe de la Unidad Regional I, Sergio Chareum.

Ante esto, escucharon los reclamos y se comprometieron a estar más presente al admitir que de acuerdo al mapa de delito se han incrementado los robos en la zona.

Los robos y los testimonios

La mayoría de los habitantes tienen una mala experiencia para narrar.

Sergio Bilotta, uno de los propietarios del lubricentro “El Mostro” le contó a El Chorrillero que “desde hace dos meses los robos a mano armada, los arrebatos y los intentos de ingresos para hurtar”, no cesan.

“En el taller mecánico que tiene el lubricentro me forcejearon la puerta con unas barras de hierro y nos sustrajeron un montón de herramientas muy costosas”, denunció Bilotta en cuanto a la gran pérdida que tuvo hace un mes y medio.

Señaló que “hace pocos días” le rompieron la puerta a una carnicería y le arrebataron el celular a una señora en plena calle.

“Nosotros pedimos que nos cuiden y también cuidar a la Policía porque es un trabajo en conjunto. Pero ellos son los idóneos, y nosotros somos civiles”, manifestó Bilotta.

Contó que en una casa de cambio de moneda que queda en Santa Fe y Buenos Aires sufrió un asalto violento: los delincuentes entraron armados y escaparon con el dinero.

Brisa Domínguez es dueña de la forrajería “Mi Buen Amigo”, situada en la misma zona. En diálogo con este medio contó cómo tuvo que cambiar su vida después de ser asaltada, y cómo se vive “con temor”.

“Hace tres meses alquilé el local y en un primer momento intentaron ingresar, pero no lo lograron ya que la vecina del frente los vio y alertó. Pero la segunda vez sí lograron su objetivo”, indicó Domínguez.

Explicó que detrás del negocio hay una vivienda donde habita una persona mayor. Hace aproximadamente dos meses, los delincuentes la apuntaron con armas de fuego en la cabeza, y así ingresaron al local de Domínguez.

La mujer asaltada se terminó yendo del lugar: se fue a vivir con un hermano.

“Recuerdo que fue un domingo alrededor de las 23, me llevaron todo. Bolsas de alimentos, una balanza digital, una moledora de maíz y todo el pedido que habíamos hecho el día sábado. Fue lamentable porque tuve que volver a empezar”, detalló.

Una ferretería corrió la misma suerte; en plena siesta le robaron artículos que estaban exhibidos en la vereda: lampazos y escobas.

Por otro lado, una vecina que pidió reserva de su identidad por miedo a represalias, añadió en una de las paradas de colectivo, muchos pasajeros fueron víctimas de asaltos.

“Los robos son consecutivos, te golpean las puertas, te sacan lo que pueden y hasta se llevan las antenas de wifi”, expuso.

Hace dos meses aproximadamente, en horas de la madrugada le golpearon la puerta a una vecina; cuando abrió eran dos delincuentes vestidos como policías. Cuando entraron golpearon a los dueños de casa, los maniataron y le sacaron todo el dinero que tenían.

Los casos se repiten por varias cuadras, por eso los vecinos están unidos en el reclamo de mayor seguridad, para vivir tranquilos.

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